Malas hierbas

Recuperar la España vacía

Amplias zonas de nuestro país están azotadas por la despoblación: un 13% del territorio nacional es oficialmente desierto, con una densidad de población por debajo de 8 habitantes por km2, y tremendamente envejecida. Si no se adoptan medidas efectivas, en 20 años muchas de estas zonas estarán completamente despobladas.

Sin duda esta situación tiene consecuencias a todos los niveles, y es necesario adoptar las medidas necesarias para tratar de corregir esta situación. La lucha contra la despoblación puede ser efectiva. Hay países como Escocia o Finlandia que, con situaciones similares, han conseguido dar la vuelta a esta situación en regiones con problemática similar como Laponia o las Highlands. Teniendo en cuenta los resultados de los programas llevados a cabo en esos países, es imprescindible aprender de ellos; de las acciones que se están tomando allí y que han conseguido resultados. En las Hignland escocesas, por ejemplo, gracias a las medidas adoptadas se ha conseguido la vuelta a niveles de población de hace 30 años.

Lo cierto, sin embargo es que a pesar de la cantidad de recursos que se han invertido en España, las prácticas aquí no han sido efectivas. Una vez más, los abundantes fondos europeos recibidos para el desarrollo rural se han gastado fundamentalmente en la construcción de infraestructuras, en el ladrillo; estrategia que no ha servido para fijar población, vista la situación actual.

Desde nuestro punto de vista, es necesario en primer lugar diseñar medidas a largo plazo y con un enfoque integral. Para el diseño de esas medidas es imprescindible un proceso participativo en el que participen las personas que todavía habitan en esas zonas, contando con administraciones, emprendedores, comunidades rurales y universidades, centros de investigación e instituciones educativas para el diseño y ejecución de las acciones propuestas. Es imprescindible un proceso de abajo-arriba. Asimismo, abogamos por apoyar el trabajo de muchos colectivos que están trabajando intensamente y desde hace años por revitalizar el mundo rural.

En este sentido creemos en la innovación como una herramienta fundamental para la recuperación de la actividad en los pueblos, teniendo en cuenta que muchas de las ocupaciones tradicionales han perdido su lugar en la sociedad actual. Es también imprescindible la introducción de medidas fiscales , que han sido muy efectivas en otros países.

Otro elemento clave es la llegada de internet rápido a todos los rincones de España, algo que todavía está muy lejos de ocurrir.

Abogamos también por impulsar medidas, algunas de las cuales hemos propuesto en el Congreso. Por ejemplo, no entendemos que las actividades a promover en el mundo rural se restrinjan al mundo de la caza y la pesca, habiendo múltiples actividades posibles, muchas de ellas de gran seguimiento en el mundo actual, como el senderismo, la ornitología, el montañismo, actividades acuáticas de ocio como el kayak o el rafting. De la misma manera, no sólo existe el regadío en agricultura. Hay otras prácticas como la ganadería extensiva o la agricultura ecológica, mucho más intensivas en generación de empleo y fijación de población.

Necesitamos recuperar nuestro espacio rural, nuestros pueblos y las gentes que viven en ellos, no porque sean el patio de recreo que las ciudades, sino porque son una parte vital para nuestro país.

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