Aquí no hay playa

Novedades en el desGobierno de Cifuentes

Hace una semana se celebró el Debate del Estado de la Región en la Asamblea de Madrid. Es probable que no sepas que se trata de un debate que se celebra anualmente, al comienzo de curso, para abordar la situación de nuestra Comunidad y donde el gobierno suele exponer sus logros y la oposición sus críticas y sus propuestas. En el debate de este año hubo dos cosas especialmente llamativas.

La primera cosa destacable fue la constatación de que el Gobierno de Cristina Cifuentes vive en una realidad paralela y que no tiene ningún escrúpulo a la hora de mentir o maltratar los datos para que la realidad no le estropee sus preciosos titulares. Si nos fiásemos del discurso de Cifuentes parecería que no vivimos en la región más desigual de Europa, en una de las comunidades con más brecha salarial entre hombres y mujeres o que el empleo que se crea es de calidad y de carácter indefinido*. Es más, si de lo escuchado a la heredera de Aguirre y González dependiera, cualquiera podría creer que la sanidad pública ha mejorado durante su mandato, que ningún alumno se ha quedado sin plaza en la educación pública o que se están reduciendo las víctimas de violencia machista. Por desgracia, no es así.

El segundo elemento llamativo fue que Cristina Cifuentes anunció rápido y corriendo, al final de sus más de seis horas y media de intervención, una re-estructuración de su gobierno. Lo hizo con la boca pequeña, aprovechando que la atención política y mediática está en Catalunya y sin dar detalles ni explicaciones de su decisión. Hoy, unos días después, ya conocemos los fichajes y los descartes en el equipo de Cifuentes.

La primera, y previsible, salida es la de Jesús Sánchez Martos, más conocido como el consejero-tuitero que tiene en su haber logros como el de poner de acuerdo a toda la comunidad sanitaria en su contra o ser el máximo responsable de los derrumbes e inundaciones de los hospitales de nuestra región. Quizá te suene porque tuvo la brillante idea de recomendar a los estudiantes abanicos de papel ante la ola de calor o por ser el primer consejero reprobado, a propuesta de la diputada Mónica García, en la Asamblea de Madrid. Si bien Sánchez Martos abandona el hemiciclo –él no iba en las listas de Cifuentes- no se va con las manos vacías. El PP, que sabe pagar los servicios prestados, le ha colocado en menos de 24H en uno de sus tantos colocaderos, en este caso la Fundación MadrI+D, que está denunciada ante la Comisión Europea. Mucho nos tememos que al igual que aportó poco a la Sanidad pública, más allá de bochornos, fallos en la gestión y falta de diálogo, no pasará a la historia por su contribución a la innovación y la educación de Madrid.

La segunda salida, igual que la anterior, tenía que haber ocurrido hace tiempo. Se trata de Jaime González Taboada, un púnico de pura cepa. Señalado hasta la saciedad por testigos, implicados en la trama y cada sumario judicial. De exquisito comportamiento, Taboada fue la mano derecha de Granados, siendo el hombre fuerte en lo relacionado con las inversiones regionales en los municipios. ¿Te suenan los documentos relacionados con la Púnica que desaparecieron en verano? Taboada anda por ahí. En estos dos años han sido numerosas las ocasiones en las que hemos advertido del peligro que suponía mantener a este sujeto gestionando dinero público al frente de una Consejería fundamental para la cohesión y el re-equilibrio territorial de nuestra región. Sin embargo, a diferencia del anterior, Taboada sí se queda en la Asamblea, como "diputado raso" y, lo que es más importante, como coordinador general del PP de Madrid. Así que nada de tranquilidad, que seguirá haciendo de las suyas. ¿Qué información debe manejar Taboada para que Cifuentes se vea incapaz de apartarle definitivamente?

Además de estas "bajas", hay nuevas entradas y ascensos. La primera irrupción en el gobierno, la de Jaime de los Santos. Antiguo Director General de Promoción Cultural, más conocido por ser el personal shopper de Viri, la esposa de Mariano Rajoy, se encargará de la recién creada Consejería de Cultura –esa que Cifuentes consideraba innecesaria cuando Jazmín Beirak se la propuso-. Al frente de Sanidad, entra Enrique Ruiz Escudero, viejo conocido del PP de Pozuelo, el del confeti de Ana Mato, y con posturas beligerantes contra los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres. Otra incorporación es la de Rosalía González, que fue jefa de gabinete de la pacífica y dialogante Cifuentes cuando fue Delegada del Gobierno en Madrid, a cargo de la Consejería de Vivienda y Transportes.

El ascenso principal se lo ha llevado Pedro Rollán que será el responsable de Medio Ambiente y Organización territorial. ¿Sus méritos? Los permanentes ataques al gobierno de Manuela Carmena por proponer una movilidad sostenible y el agujero de 5.8 millones de euros que dejó en Torrejón cuando fue alcalde. También han sido promocionados a viceconsejeros Pedro Ballarín, sobre el que habría que preguntar en Moncloa-Aravaca por su habilidad para trocear contratos hasta límites insospechados, e Isabel Díaz Ayuso cuya islamofobia y antifeminismo latente han cotizado al alza.

En definitiva, nuevas caras para lo mismo de siempre: corrupción, sectarismo y absoluta ausencia de proyecto para la región. En los dos años que quedan de legislatura asistiremos a nuevas maniobras de marketing que, lejos de mejorar la vida de los madrileños y madrileñas, sólo estarán orientados a blanquear al partido más corrupto de Europa. También podremos ver cómo desde la oposición se hacen propuestas que, ante los medios de comunicación, el gobierno de Cifuentes tildará de locuras u ocurrencias y que meses después aplicará de forma descafeinada y sin reconocer la autoría.

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