Crónicas insumisas

Colosal aumento del gasto militar

Pere Ortega
Centre Delàs d'Estudis per la Pau

De momento, cómo no hay posibilidad de aprobar el presupuesto de 2018 se prorrogará el de 2017. Pero a tenor de lo declarado por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ya se anuncian cambios de importancia. Así, en vísperas de Navidad, Cospedal anunció que el presupuesto de Defensa aumentará hasta el año 2024 en 10.000 millones hasta alcanzar los 18.000 M€ (en 2017 fue de 8.716,5 millones). Y a tal efecto ha enviado una carta al Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, comprometiéndose a alcanzar esa colosal cifra.

En realidad, no era nada nuevo, pues Mariano Rajoy se había comprometido en la cumbre de la OTAN en Gales, de septiembre de 2014, cuándo, Estados Unidos de la mano de Barack Obama, exigió que los países miembros de la Alianza debían alcanzar, al menos, un gasto militar equivalente al 2% de su PIB. Que los aliados europeos acataron dándose un plazo de diez años para alcanzarlo. En la actualidad, los países de la OTAN tienen una media de gasto de 1,5% del PIB.

Pero existía una dificultad para cumplir con ese compromiso, la crisis económica. Y sin superarla parecía imposible que tanto los gobiernos europeos como el gobierno español se lanzaran a gastar tanto en defensa. Para España, si se tiene en cuenta sólo el presupuesto del Ministerio de Defensa de 2017, con respecto al PIB, representa un 0,78%. Claro que eso depende de cómo se calcule el gasto militar, pues sí se tienen en cuenta todas las partidas militares repartidas por otros ministerios y que la propia OTAN dice que se deben contabilizar como gasto: seguridad social, pensiones y mutua militar; misiones militares en el exterior; ayudas en I+D a las empresas militares (Ministerio Industria); el cuerpo militar de la Guardia Civil (Ministerio Interior); cuotas OTAN (Ministerio Exteriores). Entonces, nos encontraríamos que el presupuesto de defensa español es más del doble que el consignado y España se situaría con un gasto de 18.800 millones. Con lo cual, España, hoy, ya se sitúa en un gasto del 1,6% del PIB. Pero si sumamos los 10.000 millones que pretende aumentar Cospedal y añadimos esos otros gastos militares repartidos en otros ministerios nos encontraremos que en 2024 podemos gastarnos en defensa la inverosímil cifra de 28.000 millones al año.

Para corroborar lo indicado, en la Pascua militar del 6 de enero pasado y como regalo de Reyes, ante la plana mayor del ejército, la ministra Cospedal lanzó un nuevo anuncio: que Defensa adquirirá siete nuevos grandes programas de armas (blindados Piraña, fragata F-110, blindados Pizarro, UAV Reaper, avión de reabastecimiento en vuelo, nodos UME, helicópteros Chinook,), así como la renovación de las infraestructuras militares (cuarteles, dársenas y aeropuertos). Un ciclo inversor que en los próximos quince años pueden suponer una inversión de 15.000 millones. Además, Cospedal, también anunció que se enviarán más militares a las misiones en el exterior. Y añadió, que desde el pasado 13 de noviembre, España junto a Alemania, Francia e Italia participa en la creación de la PESCO (Cooperación Estructural Permanente de Defensa), el nuevo organismo multilateral de defensa de obediencia europea, que supondrá un gasto militar extra, pues a tal efecto se ha creado un Fondo Europeo de Defensa con un presupuesto 500 millones que a partir de 2021 será 1.500 y al que España deberá contribuir. Todo lo cual sitúa a España en un escenario de un enorme gasto militar.

Es decir, se dispondrá de muchos recursos para combatir las amenazas violentas que dicen provienen del exterior en aras de una seguridad indefinida. Pero no habrá recursos para combatir las violencias internas de tipo estructural de una seguridad, ésta sí, muy definida: falta de vivienda social, guarderías, renta mínima garantizada, asistencia social, reducir listas de espera en sanidad, combatir la violencia de género. Por ejemplo, ésta última, ha generado una enorme alarma social por la violencia contra las mujeres, para combatirla, se suscribió un pacto entre todos los grupos parlamentarios para dotar un programa con 200 millones, que de momento tendrá que esperar pues no hay presupuesto y se funciona con el prorrogado de 2017.

Pero mientras tanto, el empresariado industrial militar de la mano de María Dolores de Cospedal y el beneplácito de la cúpula militar está preparando un escenario inversor que pretende llevar el gasto militar a proporciones inverosímiles y esperemos que inaceptables por la oposición.

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