Otras miradas

¿El feminismo no es para las mujeres de derechas?

Ana Bernal-Triviño

Periodista

¿El feminismo no es también para las mujeres de derechas? ¿No las pegan, no las maltratan, no les gritan, en su casa todo es maravilloso, cuando tienen hijos no van a la cocina? ¿No tenemos que hablar para todas las mujeres? Las mujeres de derechas no perciben el feminismo porque no perciben que ese discurso (de feminismo de izquierdas) vaya con ellas. Perciben que es ajeno a sus familias, a sus vidas. Reflexionemos sobre ello.
Pregunta de una asistente como público en UOC Alumni Madrid. 11 de julio de 2018

Esta pregunta nos la trasladó una asistente a un acto de la Universitat Oberta de Catalunya sobre medios e Igualdad, donde estábamos como ponentes la directora de este periódico, Ana Pardo de Vera; Cristina Fallarás, Lucía Mbomio, Rosa María Calaf y yo. La respuesta que tanto Cristina Fallarás como yo le dimos fue breve, y creo que merece más detalle.

La asistente nos pedía que "reflexionemos" a quienes, desde la izquierda, defendemos el feminismo. Esa reflexión es lo que, como feministas, llevamos pidiendo a las mujeres de derechas para que nos expliquen por qué la inmensa mayoría de ellas se oponen a derechos como al aborto, algunas digan que hemos creado la "ideología de género", que "la ley de violencia de género es discriminatoria" o que "las cuotas fomentan la desigualdad". Como estas frases, cientos, en las que jamás hemos podido entender cómo siendo mujer se puede estar en contra de todas las políticas que fomentan los derechos de la mujer.

La asistente nos decía "¿El feminismo no es también para las mujeres de derechas? ¿No las pegan, no las maltratan, no les gritan, en su casa todo es maravilloso, cuando tienen hijos no van a la cocina?". Respuesta: Por supuesto.

Por eso, cuando las feministas salen a la calle o las feministas llegan a las instituciones no proponen medidas legislativas solo para las mujeres de izquierdas, por eso no pelean por ellas mismas sino por todas.

Por eso, las feministas que están en asociaciones o en centros de atención a las víctimas no preguntan a las víctimas por su ideología, porque lo único que interesa es salvarlas.

Por eso, cuando tenemos que defender a Juana Rivas, a la víctima de La Manada o a cualquier otra, no le preguntamos por su pensamiento político.

Por eso las leyes que hay (de Violencia de Género o de Igualdad) respaldan a TODAS las mujeres, independientemente de su partido e independientemente de que critiquen el feminismo por donde puedan.

Por eso el feminismo está siempre que se vulneran los derechos de la mujer.

Lo que sí creo que muchas compañeras deben hacer es aceptar, de una vez, que el feminismo es política. Porque es la política la que lucha o no contra las desigualdades, la que aprueba o no presupuestos a favor de nuestros derechos, la que nos invisibiliza o nos reconoce como sujeto político. A menudo, la propia derecha nos ha ridiculizado vendiéndonos como un grupo de desquiciadas, en lugar de ser compañeras feministas que exigen que se cumplan los derechos humanos de la mujer contemplados, además, en convenios internacionales.

La izquierda tiene un problema con el feminismo, y muchas de nosotras hemos criticado el machismo dentro de esta ideología. Si a alguien no se les puede señalar falta de autocrítica, es a las militantes de izquierdas que se han enfrentado al machismo dentro de sus propios partidos. Pero, ¿cuánta crítica y autocrítica han hecho las mujeres de derechas a sus partidos o a los representantes que han votado?

El feminismo no se dice, se hace. Quizás es conveniente que las mujeres de derechas miren hemeroteca, hagan memoria y respondan ellas mismas a las preguntas que nos lanzan como culpables.

Si buscan un poquito encontrarán a una Dolors Montserrat (PP) rechazando ser feminista, a Rivera (Ciudadanos) no apoyar el 8M, al PP haciendo los recortes más brutales en la lucha contra la violencia de género (y sí, si recortan ahí también perjudican a las mujeres de derechas maltratadas), o al PP rechazando hace menos de una año aumentar la dotación para evitar mujeres asesinadas.

Si buscan encontrarán a un Toni Cantó (Ciudadanos) dando alas a bulos como las denuncias falsas, a Ciudadanos proponiendo equiparar a mujeres y hombres en la violencia de género o al entonces ministro Gallardón llevando a cabo la reforma contra el derecho al aborto más dañina o diciendo que la maternidad nos hace "auténticamente mujeres".

Si buscan encontrarán a mujeres de derechas como Ana Botella diciendo que Cenicienta es un modelo porque recibe malos tratos sin rechistar, a un Casado (PP) que dice que el aborto no es un derecho y quiere volver a la ley del 85 que su propio partido llevó al Tribunal Constitucional, o a una mujer del PP como Andrea Levy que replica lo mismo que su líder.... Todo esto se queda corto para lo que hemos visto estos años.

Por lo tanto, no es que el feminismo sea o no de izquierdas, es que los mayores ataques al feminismo han venido desde la derecha. La cuestión es que las propias mujeres de derechas reflexionen y tomen conciencia de si les compensa votar contra sus propios intereses cuando tu partido recorta en violencia machista y si, de forma constante, están renegando de los derechos de la mujer.

Quizás no sea que el discurso del feminismo haga que las mujeres de derechas no se identifiquen con él, como decía la asistente. Quizás es que las mujeres de derechas han aprendido de sus partidos, mujeres y líderes de derecha que el feminismo es algo a lo que no acercarse ni que defender. Y, ahora, que algunas dicen aceptarlo y reconocerse feministas, lo dicen en teoría pero no son feministas en práctica. Resulta como decir que soy católica prácticante pero cada día cometo un pecado. Resulta como decir que soy animalista pero que defiendo las corridas de toros. Resulta como decir que soy vegetariana y comer hamburguesas.

Otro apunte importante. El feminismo, además de política, es de clase, y es de clase porque estamos en un neoliberalismo brutal. Si el feminismo, entre otras cosas, pide la igualdad es totalmente contradictorio apoyar a un neoliberalismo que fomenta la desigualdad, donde las decisiones de los partidos nos empobrecen a las mujeres, a las familias y nuestros hijos. Miren las cifras de pobreza infantil. Los derechos económicos no hay que olvidarlos porque construyen el futuro y la dignidad de las personas en democracia. Que gran parte de las mujeres se dediquen a los cuidados o que tengan los trabajos más precarios no es mala suerte, es sistema. Y que algunas mujeres puedan prosperar profesionalmente porque puedan pagar a otras mujeres para que limpien su hogar o cuiden de sus hijos, nos habla de las relaciones de clase entre nosotras y de la igualdad de oportunidades.

Si una de mujer de derechas es asesinada guardamos un minuto de silencio por ella.
Si una mujer de derechas es maltratada y no es asistida correctamente por el Estado, aquí estaremos las feministas para denunciarlo y defenderla.

Si una mujer de derechas es violada, gritaremos por ella en las calles.

Pero si una mujer de derechas nos ataca, anula o ridiculiza nuestras acciones, no solo nos está haciendo daño a nosotras, sino que está haciendo daño a ella misma y a todas las generaciones de mujeres.

Quizás, por coherencia, tienen mucho que reflexionar.

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