Rosas y espinas

La marquesa Aguirre y el conde Drácula

Paquí Pallá Sociedad Limitada. Así se inscribió en el Registro Mercantil una de las empresas creadas por la banda de Esperanza Aguirre para financiar ilegalmente al Partido Popular, sus elecciones, sus victorias, los millones de banderitas rojigualdas made in China con las que hipnotizaron a su respetable electorado, los himnos, las comilonas, los confetis, los azafatos, las groupies, los profidenes catódicos, los autobuses, los cochazos, los globitos y los simpáticos drones.

Paquí Pallá S.L. Lo que no se le puede negar a los delincuentes del Partido Popular es su fino sentido del humor en el momento de esquilmarnos. Extraña, sin embargo, que Hacienda no se hubiera dado cuenta de que una empresa que se llama Paquí Pallá solo puede estar diseñada para blanquear. Ya lo dice su marca corporativa. Mover el dinero de aquí p´allá hasta que se pierda el rastro.

Esperanza Aguirre nunca engañó a nadie. Siempre se presentó ante los medios de comunicación en evidente actitud de estarse riendo de nosotros. De los que la votaron y de los que no. La marquesa consorte que no llegaba a fin de mes. La consorte marquesa que de joven había corrido delante de los grises gritando contra Franco. La presidenta autonómica que destapó la trama Gürtel. Aguirre es la lideresa de las mil caras, y por eso sigue en libertad. ¿No os hace gracia esta simpática y pícara abuelita?

Nuestra tradición literaria siempre coloca al simpático pícaro en los escalones más bajos de la sociedad, cuando el pícaro español de más solera, el más poético, el más galdosiano y valleinclanesco, pertenece siempre a la nobleza, a la corona o al clero. Solo hace falta soplar un poco el polvo de nuestros libros de historia para comprobarlo. Los españoles somos gente muy orgullosa y solo nos permitimos pícaros de muy elevada genealogía, para así poder presumir de ellos. Por eso seguimos siendo no solo monárquicos, sino lo que es peor: borbónicos. Escucho todavía a mucha gente decir que Rodrigo Rato fue el mejor ministro de Economía que tuvo España. Es como otorgarle el premio Nobel de Medicina, por sus avances científicos en la transfusión de sangre, al conde Drácula.

Se ríe la derecha porque se tiene que reír.

"¿Esto es un saqueo? No, es el mercado, amigo", dijo Rodrigo Rato riéndose no ha mucho del Congreso de los Diputados. "Qué se jodan", gritó entre carcajadas Andrea Fabra cuando la mayoría absoluta de su partido votó un recorte a las prestaciones a los parados.

No critico la risa de la derecha, pues me parece una reacción natural. Es lícito reírse de alguien cuando no hay nadie enfrente. Aquí nos preocupamos de la risa de Vox cuando antes no nos inmutamos ante los golpes de Honduras, de Brasil, de Argentina y ahora de Venezuela. Se ríen las marquesas y los condes transilvanos, jajaja.

Paquí Pallá SL es un chiste de Gila, un chiste de Eugenio, un chiste de Forges y un chiste de Chiquito de la Calzada al mismo tiempo. Y también es un apotegma en su mismidad, pues nos enseña en sentencia breve todo lo que tenemos que saber de nosotros mismos: que somos unos pardillos; que nos dejamos engañar; que hasta en sus empresas pantalla se ríen de nosotros; que no nos merecemos el voto libre, pues no lo ejercemos. Solo somos parte de esa idiotez que el alma habita. Y solo en Donald Trump hay un nosotros.

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