El reto de limpiar basura de las playas lo inventó 'Verano Azul' hace 38 años

El llamado 'trashtag challenge', más conocido como “el único reto de internet que sirve para algo”, consiste en limpiar un paraje natural de plásticos, botellas y, en general, todo residuo humano y publicar en las redes sociales de rigor el antes y el después.

Como idea puede parecer rompedora, y así lo están celebrando los medios de medio mundo, pero lo cierto es que lo de limpiar las playas y contarlo a los cuatro vientos ya se le ocurrió a la 'pandi' de 'Verano Azul' hace 37 años, en 1981. Sucedió en el segundo capítulo de la serie, 'No matéis mi planeta, por favor', emitido por primera vez el 18 de octubre de 1981 (y otras 16 veces después). El plot de aquel episodio era el siguiente:

“Tito y Piraña encuentran numerosos peces muertos en la playa y corren a decírselo a Chanquete. Él piensa que es obra de una fábrica de productos químicos que cada cierto tiempo contamina el río. Juntos van al ayuntamiento a contárselo al alcalde para que envíe una queja a la fábrica. Los chicos crean una patrulla de limpieza bajo el lema, 'Operación planeta limpio', para dar ejemplo de civismo y concienciar a la gente de que no deben ensuciar la playa”.

Esta escena que hemos seleccionado para la audiencia estrambótica resume a grandes rasgos la 'Operación planeta limpio'. El plan se gesta en la casa de Julia, escenario habitual de las confabulaciones de la 'pandi'. Chanquete y la propia Julia, cabecillas a la sombra del complot, envían a Javi, Pancho, Bea, Tito, Piraña, Desi y compañía (Quique) a limpiar la playa de Nerja, en hora punta y el objetivo expreso de afear los hábitos de sus padres.

El padre de Javi, que siempre fue el más facha de los progenitores (recordemos que la calzó una yoya a su hijo por practicar el nudismo/exhibicionismo en el chalet de un compinche), muestra su habitual faceta hosca, mientras el papá de Bea, de perfil más progre y razonable, jalea la acción protoecologista de los chavales. La mirada que cierra esta escena es un cara a cara entre las dos españas:

Aquel mensaje caló fuerte entre los chavales de la época. No olvidemos que en aquel entonces era casi de rigor hacer una paella en la playa de Gandía o en la Casa de Campo, y dejar tirados o enterrados en la arena, los restos de la merendola: botellas de Mirinda, latas de berberechos e incluso la paella, si se había quemado en el proceso. Aquellos que fuimos niños de los ochenta somos incapaces de dejar una colilla en la arena de la playa, por más que hallamos llegado hasta allí en nuestro 4x4. Un respeto. Que ni el viento la toque, oiga.

Con información de RTVE y Wikipedia.

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