Opinión · Posos de anarquía
Las granadas de Vox
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El lanzamiento ayer de una granada al centro de primera acogida de menores de Hortaleza (Madrid) no es casual. Vox y el resto de extrema-derecha, como el indeseable Hogar Social Madrid, llevan demasiado tiempo sembrando odio, racismo, xenofobia... con el beneplácito de partidos que se dicen constitucionalistas, como PP y Cs.
Vox lanza granadas todos los días. No son como la arrojada ayer al centro de Hortaleza, pero sí dialécticas y, en los casos en los que tiene poder o influencia administrativa, políticas. Su desprecio por las personas migrantes, el modo en que criminaliza sin motivo a los migrantes menores no acompañados provoca hechos como los de ayer. Resulta indiferente si los responsables fueron o no grupos de ultraderecha -todo indica que sí, dado el odio desplegado-porque, en último extremo, la llegada de Vox con su discurso ruin ha creado el escenario propicio para esta granada.
Escuchar anoche al secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, nos revolvió las tripas a todo los que somos demócratas. El tipo es mezquino hasta para condenar este ataque, pues al tiempo que lo hace vuelve a criminalizar a los menores que allí viven. Y de nuevo, como describía en el artículo de ayer, Vox vuelve a estrellarse contra las estadísticas.
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Ortega Smith, Monasterio y el resto de jauría de ultraderecha adjudican el incremento de criminalidad en la acogida a estos menores migrantes. Sin embargo, si uno atiende a las estadísticas oficiales de la consejería de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid, se lleva sorpresas (gráfico inferior).
El barrio de Salamanca, granero de votos de la derecha y en el que no hay centros de acogida, registró el año pasado casi tres veces más intervenciones de la Policía Municipal con detenidos e imputados que Hortaleza: 956 casos del distrito ricachón frente a los 339 del barrio obrero. ¿Han visto a la extrema-derecha tomar estos datos de la Dirección General de Policía Municipal y criminalizar a buena parte de quienes viven en esos balcones del barrio de Salamanca envueltos con la bandera de España? Claro que no.
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Vox destila votos del odio que desarrolla y despliega por doquier, en los más diversos frentes. En realidad no es tanto que genere fascistas, sino que éstos y éstas estaban latentes y ahora se creen con carta blanca para soltar sus exabruptos y cometer sus tropelías sin que nadie pueda rechistarles. Se equivocan: en España hay demasiada gente decente y honesta que no está dispuesta a consentir por más tiempo esta continua vulneración de libertades civiles y Derechos Humanos (DDHH), que no se callan, que reaccionan y plantan cara con todos los instrumentos democráticos a su alcance y la ilegalización del partido gana cada vez más enteros si continúa por estos derroteros.
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