“Este virus lo paramos juntas”: seis asociaciones que trabajan por la comunidad migrante en Barcelona
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Tatiana Rojas Sánchez (@TataRojas_)
Frente al contexto que se vive mundialmente, en Barcelona hay varias colectivas, plataformas y organizaciones que se han movilizado para colaborar, ayudar y resistir, garantizado el derecho a una atención digna y prioritaria a las personas migradas y refugiadas.
La pandemia de la COVID-19 puso en evidencia, una vez más, que la población migrante y refugiada es una de las más vulnerables y olvidadas y España no es la excepción. Según estimaciones del Observatorio de la Inmigración hay 600 mil personas que se encuentran en situación administrativa irregular y esto conlleva a vivir en condiciones precarias en términos laborales, sanitarios, económicos, sociales y, además, se encuentran en riesgo de exclusión, vulneración y desprotección porque no cuentan con medidas que garanticen igualdad de trato y oportunidades.
Tras la declaración del estado de alarma y el confinamiento obligatorio que se declaró desde el sábado 14 de marzo de 2020, el gobierno español lanzó una campaña de conciencia para cumplir con las medidas y frenar la expansión del coronavirus: “Este virus lo paramos unidos”, fue el mensaje del presidente Pedro Sánchez.
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Sin embargo, más de 200 asociaciones, organizaciones y colectivos de migrantes inundaron las redes bajo el mensaje “Este virus lo paramos juntas, poniendo la vida de todas en el centro” y con el hashtag #RegularizacionYa. Los colectivos han dejado claro que si el gobierno pretende derrotar el virus solo será posible en condiciones de igual para todas y sin discriminación. Por eso exigen una “regularización permanente y sin condiciones de todas las personas migrantes y refugiadas ante la emergencia sanitaria”. Además, un cambio en la ley de extranjería la cual —hasta el día de hoy— tiene políticas insolidarias, explotadoras y ciegas a la realidad que siguen legitimando la burocracia, el racismo, capitalismo, machismo y la violencia institucional contra migrantes y refugiadxs.
Según el informe del Instituto Nacional de Estadística español (INE) hay 47.4 millones de habitantes en España. Excluyendo la población con ciudadanía europea, la población migrante más presente es de Latinoamérica (1 millón 505 mil 956). Por países de origen, los grupos de población más numerosos proceden de Colombia (272,596), Venezuela (188,735), Ecuador (130,795), Honduras (121,695), Perú (106,588).
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El total de mujeres migrantes es de 57.5%. Las mujeres que migran se exponen a una situación de discriminación múltiple: por género, por clase social y por condiciones laborales. Teniendo en cuenta que, la mayoría, tienen trabajos mal remunerados, poco cualificados y desvalorizados socialmente y muchas veces no tienen que ver con la formación profesional.
Frente al contexto que se vive mundialmente, en Barcelona hay varias colectivas, plataformas y organizaciones que se han acuerpado para colaborar, ayudar y resistir, garantizado el derecho a una atención digna y prioritaria a las personas migradas y refugiadas: a sus compañeras, su familia, a su gente.
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A continuación, se recogen algunas de las iniciativas de estas seis colectivas que trabajan continuamente frente a esta pandemia.
Asociación de Mujeres Migrantes Diversas
Es una colectiva creada por trabajadoras del hogar y los cuidados: feminista comunitaria y pro-LGBTI. Son más de 400 mujeres que hacen parte, la mayoría, de Latinoamérica.
“Somos feministas, reivindicamos lo mismo con las mujeres de aquí pero vamos más allá y cuando hablábamos de los cuidados se tienen que poner los cuidados en el centro pero no como un eslogan. Ya veníamos de situaciones de gran precariedad pero ahora con la crisis del coronavirus muchas compañeras han sido despedidas por WhatsApp, sin indemnización, ni días pagados. Para muchas de ellas perder el trabajo es también perder su vivienda y quedarse en cero ingresos, además, en otros casos quienes han empezado a hacer sus trámites para regular su situación y perder su trabajo implica perder la oportunidad de hacer los papeles, por eso muchas compañeras se han visto obligadas a pasar el confinamiento en el lugar que trabajan. Tenemos una compañera que cuida a 3 niños de una pareja médica, esta compañera cobrará el mismo saldo de antes, estando interna, y este matrimonio está haciendo un trabajo necesario igual que el de la compañera, pero con la diferencia que ellos cobrarán una nómina que les reconocerán todas las horas extras, pero a ella no”, explica Carmen Juares, coordinadora de Mujeres.
Este colectivo nace para darle respuesta a todas las necesidades de las trabajadoras del hogar, mujeres que con o sin pandemia trabajan al pie del cañón, en una economía sumergida, la mayoría, no cuentan con afiliación a la Seguridad Social, ni paro, bajos salarios y mucho menos con horas o días libres.
Una de las ayudas que tienen desde la asociación es una caja de resistencia que se ha creado para apoyar a las compañeras: pagar la renta, para productos necesarios de higiene y comprar comida. Además, han repartido mascarillas que han sido donadas por los manteros del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes y Top Manta quienes han repartido más de 11.000 batas y mascarillas para hospitales y para las compañeras que se han quedado aisladas. Por último, han repartido cajas con alimentos básicos que han sido donaciones de otras cooperativas y las han repartido a aquellas familias con hijes que están pasando una situación difícil.
La asociación Mujeres Pa’lante llevan más de 12 años de experiencia en el acompañamiento integral a mujeres y de ahí se crea la cooperativa de trabajo de Servicio de Atención y ayuda a Domicilio, SAD Mujeres Pa’lante.
“Desde la asociación se han atendido a miles de mujeres migrantes recién llegadas, el 90% en situaciones precarias límites. La inmensa mayoría se ha dedicado al trabajo del hogar y los cuidados, prácticamente sin tener situación regular, por lo tanto, sin tener contrato ni derechos y muchas víctimas de las vulneraciones más básicas. Desde la asociación se ha hecho siempre esta primera acogida para derivarlas a distintos recursos que ofrece la ciudad. Nosotras tenemos accesoria jurídica con una abogada que atiende todos los jueves, asesoría psicológica en convenio con Psicóloga Sensa fronteras y asesoría socio laboral. También se ha hecho formaciones permanentes de catalán, castellano, inglés, informática básica y formaciones más amplias: auxiliar de cocina, atención socio sanitario y costura básica”, explica Leire Buitrago, presidenta de la cooperativa.
Una de sus iniciativas ha sido la distribución de frutas y verduras, y material de protección como mascarillas y guantes para el grupo de mujeres trabajadoras del hogar y de cuidados. Por otro lado, cuentan con un grupo de WhatsApp en el que se encuentran mujeres migrantes, el 90% de ellas en situación administrativa irregular. Ahí comparten de todo: alegrías, tristezas, miedos e inquietudes, pero también cuentan con asesorías para saber cómo y dónde se les puede ayudar.
Es una plataforma que articula a colectivas y activistas gitanas, latinas, migradas, racializadas, afrodescendientes, afrocatalanas, africanas y refugiadas de diversos orígenes, raíces y culturas.
“Nació en el 2018 en el marco de la organización del 8M por la necesidad de las compañeras que veníamos de otros orígenes, razones y necesitábamos dentro del movimiento feminismo hegemónico un espacio y voz propia. Muchas de nosotras venimos del activismo desde nuestro país de origen, no nos hicimos activistas aquí. Somos Diverses8M a pesar de que en nuestras redes seguimos Migrantes8M, pero la diversidad es desde una perspectiva inclusiva, no queremos ser identificadas por un origen propio, sino por diversos y con voces diversas. Nuestra lucha es contra el racismo, fascismo, capitalismo y heteropatriarcado desde una mirada descolonial, antirracista y antifascista”, comenta Sara Cuentas, periodista y miembra de Diverses 8M.
Desde esta plataforma trabajan constantemente en incidir hacia entidades públicas de Cataluña y del ámbito Español denunciando el racismo y exigiendo la aprobación de una ley. Así mismo, políticas públicas de interculturalidad y apoyando la campaña #RegularizaciónYa.
Algunas de sus iniciativas frente a la pandemia han sido: impulsar la caja de resistencia de las compañeras de Red de Migración, Género y Desarrollo y Cuidadoras.sinpapeles. Por otro lado, junto a las compañeras de ANCDones, quienes les han donado 1 millón de mascarillas, las han compartido a todas las compañeras de todas las colectivas.
La Red de Migración Género y Desarrollo
La RedMGD nació en el 2011 y es una colectiva integrada por mujeres y organizaciones de diversas latitudes con acción activista en sus territorios de origen que decidieron impulsar una apuesta colectiva y transformadora desde el feminismo descolonial.
Arlene Cruz, miembra de la colectiva, cuenta en qué consiste la caja de resistencia que tienen actualmente para las mujeres migradas en precariedad y mujeres en situación irregular. “La caja de resistencia es una acción de autoorganización que nace para enfrentar el desamparo e indefensión en que el Estado deja a muchas personas migradas tras declarar el estado de alarma por la COVID-19. Muchas compañeras perdieron sus trabajos y por diversas situaciones no se encontraban dentro de las medidas de «protección» que adoptó el Consejo de Ministros. Es una acción impulsada por Diverses 8M, la RedMGD y el Sindicato de Mujeres Cuidadoras sin Papeles pueden acceder a ella mujeres que realicen trabajo del hogar y de los cuidados y que estén en situación administrativa irregular, así como mujeres en precariedad. Cuando se lanzó la campaña se solicitó la colaboración a través de donativos y se designó una cuenta bancaria para ingresos y/o transferencias y, una cuenta de paypal. La RedMGD prestó sus datos para llevar a cabo la misma”.
Esta caja de resistencia ha ayudado alrededor de 15 mujeres. Además, están impulsando una caja de resistencia “Todas las luchas en todos los territorios cuentan” para apoyar la resistencia de compañeras de El Salvador, República Dominicana y Senegal.
El sindicato de mujeres migrantes trabajadoras del hogar y del cuidado nació en Barcelona en el 2011 con la agrupación de mujeres de varios países: Cuba, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Argentina Uruguay, México, Paraguay, Brasil, Asia, Pakistán, África, Senegal, Nigeria.
“Somos un sindicato autogestionado de economía feminista e independiente, no recibimos aportaciones de otros sindicatos. Nos autogestionamos a través de nuestros proyectos: ‘Saberes y Sabores’ que es un servicio de catering, ‘Mimopolítica’ que es mimarnos y hacer arte y ‘Sindiart’ nuestra ludoteca. Una de las cosas más importantes del sindicato es quitar esa idea paternalista que hace el sistema patriarcal de ‘pobres mujeres migradas que están sufriendo’, nosotras nos definimos como mujeres que estamos en pie de lucha. Somos fuertes y hemos sobrevivido y seguimos sobreviviendo a muchas situaciones de violencia y racismo», comenta Aurea Ayon, activista del Sindicato.
Una de sus iniciativas por estos tiempos es la campaña que lleva el nombre de las Sindirebels, una caja de resistencia, ya que en estos tiempos de confinamiento, las mujeres trabajadoras del hogar y del cuidado han perdido muchos de sus empleos, por eso están creando unas muñecas de tela para entregarlas como algo simbólico a las personas que hacen su aportación. “Nosotras no queremos recibir dinero sin dar nada a cambio”, expresa Aurea.
Durante este tiempo han ayudado a más de 80 personas y han apoyado a colectivos como de mujeres peruanas, hondureñas y nepalíes.
Es una asociación catalana que nace en 2002 para personas migrantes y refugiadas LGTBIQ+ de orígenes diferentes de Latinoamérica. Acathi pretende favorecer el reconocimiento e inclusión de la diversidad sexual, de género, con el propósito de prevenir la discriminación y persecución.
“Acathi tiene la iniciativa de ayudar a los colectivos más vulnerables en este caso: las mujeres trans trabajadoras sexuales y los chicos gays trabajadores sexuales. Teniendo en cuenta que son personas LGTBI recién llegadas que estaban en proceso de petición de asilo y no tienen ninguna ayuda económica. Acathi ha repartido comida y un Vale de 20€ para las personas que tengan solucionado el problema del alquiler, pero no el de la comida. Aparte, cuenta con una trabajadora social para ayuda psicológica a las personas que estén en situación de depresión o ansiedad en esta cuarentena”, dice Carol Murcia, miembra y trabajadora en Acathi.
Este artículo fue originalmente publicado en Distintas Latitudes
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