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Opinión · Dominio público

Resolución 2728 de NNUU, ¿se aplicará o se mirará hacia otro lado?

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Los embajadores- excepto la embajadora de Estados Unidos Linda Thomas-Greenfield (2i)- levantan la mano para votar a favor de la resolución que pide un alto el fuego inmediato en Gaza, durante la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.- EFE/SARAH YENESEL

Por primera vez en los seis meses de guerra abierta en Gaza se conseguía aprobar la primera resolución de alto el fuego gracias a la abstención de EEUU en el marco del Consejo de Seguridad de NNUU. Esta resolución 2728 completa una veintena de resoluciones de NNUU que, desde 1947, intentan gobernar una situación anómala provocada por un errático proceso de creación de un Estado y que Israel ha despreciado durante 75 años , y otro más errático de descolonización que es lo que subyace en el origen de la matanza sistemática del pueblo palestino desde el mes de octubre de 2023. 

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En estos días se cumplen dos meses desde que la Corte Internacional del Justicia planteara unas medidas provisionales ante la apelación por genocidio que impulsó Sudáfrica.  Esas medidas eran seis y en ellas Israel debía cumplir para impedir cualquier acto que pudiera considerarse genocida incluyendo matar a miembros de un grupo, causar daños corporales, imponer condiciones destinadas a provocar la destrucción de un grupo; debía garantizar que el ejército no cometiera ningún acto genocida; debía prevenir y castigar cualquier comentario público susceptible de ser considerado como incitación al genocidio; garantizar el acceso humanitario a la Franja de Gaza; impedir la destrucción de pruebas y presentar un informe al tribunal en el plazo de un mes desde que se dictó esta orden. 

Pues bien, ninguna de estas medidas ha sido adoptada por Israel. Tal es así que Israel no sólo no ha cumplido con ellas sino que alardea de no haberlo hecho sabiéndose protegido por un aliado más poderoso, EEUU. Y sin embargo, el Derecho Internacional está para ser cumplido. De este modo, si una de las partes dejara de cumplir lo impuesto por la Corte, es el Consejo de Seguridad el que realiza una recomendación o adopta alguna medida para que se lleve a cabo la medida del CIJ. En esta ocasión, se ha conseguido una resolución del alto el fuego que, por supuesto, al igual que las 19 anteriores, no parece que vaya a ser acatada y cumplida por Israel. Tampoco parece que se vaya a apelar al Capítulo VII  de la Carta de NNUU en sus artículos 41 y 42 que incluyen tanto medidas coercitivas  sin uso de la fuerza armada, pero también si éstas no fueran suficientes, el uso de la fuerza sería una opción. 

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Además de la importantísima resolución que pide el alto el fuego, se ha presentado ante el Consejo de Derechos Humanos el Informe de la Relatora de NNUU para Palestina, Francesca Albanese, donde se muestran los indicios que confirman la comisión de genocidio por parte de Israel en, al menos, tres supuestos: el asesinato de miembros de un grupo, daños graves a miembros de un grupo y el favorecer condiciones de destrucción física de miembros de un grupo. Este informe se ha titulado Anatomía de un genocidio. 

Y, sin embargo, a pesar de todo, parece poco probable que estas herramientas que se han comentado no vayan a poder aplicarse. La razón es bien sencilla: EEUU no va a permitirlo. Su abstención, como bien se ha encargado de remarcar John Kirby: “no representa un cambio en nuestra política”.  

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La lectura de estos dos hechos, la abstención y las declaraciones de Kirby deben ser leídas con distintas gafas. Para las de cerca, en EEUU, el posicionamiento en la resolución de alto el fuego va dirigida a potenciales votantes del partido demócrata, jóvenes y musulmanes, especialmente aquellos que residen en alguno de los denominados “swing states”: Michigan, Minnesota, Arizona, Wisconsin, Florida, Georgia, Nevada o Pennsylvania. En diciembre de 2023, líderes de las comunidades musulmanas de estos Estados se reunieron para ponerse detrás de un cártel que decía “¡Abandonen a Biden, alto el fuego ya!”. Y si este dato lo cruzamos con las encuestas de opinión veremos que Biden justamente puede perder las elecciones del mes de noviembre si pierde cinco de Estados. Por tanto, sí, las gafas de cerca, de la política interna norteamericana, ayudan a entender el cambio de posición en el voto. 

Y en cuanto a las gafas de lejos, entonces ahí es dónde tienen sentido las declaraciones de Kirby. El efecto de la votación lo es en términos diplomáticos, pero no sobre el terreno. Y se suma a la última posición conjunta realizada también por el Consejo Europeo de la semana pasada donde se pidió una pausa humanitaria en Gaza con motivo del Ramadán. Parece que las potencias del norte global comienzan a darse cuenta de la enorme crisis reputacional que están provocando con la utilización de los dobles raseros y las distintas lecturas del Derecho Internacional en función de la región del planeta y los intereses que se ven involucrados.  

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Así las cosas, tenemos unas medidas provisionales dictadas por la Corte Internacional de Justicia que no se están cumpliendo, una resolución de NNUU pidiendo un alto el fuego inmediato y un informe lapidario de la relatora especial para Palestina de NNUU, a partir de aquí es el turno de los Estados el actuar en consecuencia. Durante su visita a Madrid, Francesca Albanese fue muy clara, “es el momento de pasar de las palabras a los hechos”. Y los hechos en el caso de los Estados que dicen respetar el Derecho Internacional es la finalización de todo el apoyo militar, financiero y político al Estado de Israel, así como el freno total a la compra y venta de armas y tecnología con destino y origen en Israel. Todo aquel que no cumpla con el Derecho Internacional podrá ser ulteriormente acusado de complicidad en la comisión de graves crímenes de guerra y contra la humanidad, cuando no de genocidio. Si desde países democráticos y defensores de un mundo basado en reglas éstas no se cumplen, no hará falta que venga Rusia o China a cuestionarlo, nosotros nos habremos encargado ya de su total destrucción. 

 

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