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Opinión · Ecologismo de emergencia

Europa quiere desproteger al lobo

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Europa quiere desproteger al lobo

Para su desgracia, el lobo es mucho más que un animal. Desde hace siglos se ha convertido en el símbolo de la naturaleza salvaje, indómita, que no se somete a los dictados del ser humano. De ahí que lleve décadas generando grandes rechazos, aunque también acérrimos defensores. Por su  condición de símbolo, el lobo se ha convertido en estos últimos años en Europa en la víctima de los ataques a las políticas verdes de la UE. La rebaja en la protección del lobo podría ser el primer paso en toda una serie de pasos atrás que ya han comenzado.

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Con una Unión Europea cada vez más escorada a la derecha, el liderazgo europeo en políticas verdes globales está comprometido. Sí Europa no es capaz de proteger adecuadamente a su especie animal más emblemática, qué ejemplo está dando al resto del mundo. Cómo va Europa a pedir a otros que protejan sus ecosistemas, si ni siquiera somos capaces de defender lo que tenemos. En este contexto la elección de Teresa Ribera como Comisaria de casi todo no parece que vaya a frenar la marcha atrás. Más bien será la guinda verde en el pastel gris, tirando a negro, en que se está convirtiendo Europa.

La propuesta de rebajar la estricta protección del lobo en la legislación europea no tiene ninguna base científica. Se trata simplemente de dar respuesta a las presiones políticas que se reciben desde una derecha que ha convertido al lobo en el chivo expiatorio de todos los males del sector primario europeo. Ni siquiera el pony de Von der Leyen estará más seguro. Pero eso es lo de menos, el caso era ofrecer la cabeza del lobo como ejemplo del sacrificio de las políticas verdes.

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La recuperación del lobo es un objetivo contemplado tanto en el Convenio de Berna, como en la Directiva Habitats, pero todavía no conseguido. Según la UICN seis de las nueve poblaciones transfronterizas de lobo en la UE son vulnerables o casi amenazadas. Reducir su protección ahora dificultará el objetivo de tener poblaciones viables y estables de lobo.

De todas las reacciones a la propuesta de rebajar la protección del lobo, la más rápida ha sido la de las federaciones de cazadores, lo cual confirma que en realidad, lo que hay detrás es el afán por seguir matando lobos.  La ciencia ha  confirmado que la caza del lobo no reduce la depredación sobre animales domésticos. Al contrario, la caza rompe las manadas y deja a individuos aislados incapaces de cazar en la naturaleza, y cuyo único sustento es la depredación sobre el ganado doméstico.

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Por otro lado la rebaja en la protección del lobo cuestiona que va a ocurrir con otras especies. Surge la duda de cómo va a garantizar  la CE que los futuros cambios en las especies anexadas en la Directiva Hábitats estén basados en la ciencia y no en intereses políticos, como ha sido en el caso del lobo.

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