Público
Público

Un documental muestra los desmanes en la balsa radiactiva de Huelva

'Un lugar diferente', dirigido por los periodistas Eduardo López-Jamar y Rafael González, revisa el caso de la balsa de fosfoyesos, un problema medioambiental y de salud que se topa con demasiados lazos políticos y puertas giratorias.

Un hombre mide las radiaciones en la balsa de fosfoyesos. Al fondo, Huelva.

LUCÍA VILLA

MADRID. -Más de 100 millones de toneladas de residuos tóxicos yacen desde hace décadas al aire libre a medio kilómetro de la ciudad de Huelva. Son el resultado de los miles de vertidos contaminantes de las empresas químicas asentadas en los años sesenta en las afueras de la ciudad. Un cementerio radiactivo de 1.200 hectáreas calificado por los ecologistas como “uno de los mayores desastres medioambientales de Europa”, que sin embargo ha pasado inadvertido para la mayor parte de la población española.

El documental Un lugar diferente de la productora 360 Globalmedia y dirigido por los periodistas Eduardo López-Jamar y Rafael González, revisa el caso de la balsa de fosfoyesos de Huelva, inmerso ahora en un largo proceso de negociaciones sobre su futuro inmediato.

“Consideramos que era importante hacerlo ahora que se está decidiendo qué hacer con él”, dice a este periódico Rafael González tras su estreno en Madrid. “Es importante que la gente lo conozca ahora, porque pensamos que el caso se podía perder en la desidia de las administraciones públicas”.

En 2010, el Tribunal Supremo ordenó el fin de los vertidos y la regeneración de toda la zona, pero hasta la fecha todo sigue intacto. Fertiberia, la empresa responsable de la mayor parte de esos vertidos, ha presentado un plan de regeneración para 750 hectáreas que consiste en aislar, cubrir y reforestar el área contaminada. Aunque el Ministerio de Medio Ambiente ha considero “idóneo” el plan de la empresa, algunas agrupaciones ecologistas como WWF y el colectivo social La Mesa de la Ría, personada en el proceso judicial contra Fertiberia, han solicitado que se retiren los fosfoyesos de la marisma de Huelva, un proyecto millonario que ninguna administración quiere asumir.

“Es una pelota que va pasando de tejado en tejado. Tienes a tres administraciones [Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Ministerio de Medio Ambiente] y ninguna quiere tomar una solución para la ciudadanía de Huelva. Es un círculo vicioso del que no salen y los vertidos siguen estando ahí”, dice González.

Un lugar diferente hace un recorrido histórico de la instalación del Polo Químico en Huelva, visita la balsa de fosfoyesos para hacer mediciones de radiación, habla con ecologistas, representantes de las tres administraciones y de la empresa, ex trabajadores de las fábricas, expertos en salud pública, investigadores y afectados, en una visión completa y exhaustiva de un problema que se topa con demasiados lazos políticos y puertas giratorias.

Fertiberia es una compañía de fertilizantes propiedad de Juan Miguel Villar Mir, uno de los empresarios más poderosos de España, ex ministro de Hacienda en la última época franquista y amigo íntimo del rey Juan Carlos. Además, estuvo imputado en el 'caso Bárcenas' por presuntos pagos ilegales al PP. Por su parte, la actual ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, trabajó antes como directiva de Fertiberia.

La balsa de fosfoyesos de Huelva supone, además, un grave caso de salud pública. Según estudios realizados por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III o la Universidad Pompeu Fabra, el índice de cáncer en esa zona es el más elevado de España, con un riesgo un 50% mayor que en el resto del país.

Un estudio del CSIC indica que en Huelva hay un exceso de mortalidad por cáncer del orden del 10% para los hombres y del 6% para las mujeres, en comparación con la media andaluza. Greenpeace denunció que las balsas de fosfoyesos emiten radiación 27 veces por encima de lo permitido por la ley española.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

lea también...