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"Hemos hecho un Anacleto crepuscular, el 'Sin perdón' del cómic"

Javier Ruiz Caldera dirige la adaptación al cine de las historietas de Anacleto: agente secreto, que creó Vázquez en los sesenta. Humor, acción y cierta crítica social, con Imanol Arias y Quim Gutiérrez en los papeles principales

'Anacleto agente secreto'.

BEGOÑA PIÑA

MADRID.- El Anacleto de Vázquez caía de una altura de varias decenas de metros, con la pajarita impecable y el pitillo en la boca, y cuando le faltaba medio metro para estamparse en el suelo… "¡Qué tontería, esto me lo salto yo!". Caía, naturalmente, de pie.

El Anacleto del director Javier Ruiz Caldera, que también es el de los guionistas Fernando Navarro, Breixo Corral y Pablo Alén, sigue protagonizando piruetas como aquella, pero ahora, con tres decenios más a sus espaldas, está un poco "más embrutecido" y si hace falta una picadora de carne… Parodia de las películas de espías y de acción de hoy, Anacleto: agente secreto presenta al personaje treinta años después de su última aparición en los quioscos. Ahora tiene una identidad secreta, la de charcutero, y un hijo, Adolfo, un treintañero que no sabe de verdad quién es su padre. Sigue teniendo el mismo archienemigo, el malvado Vázquez, pero para pelear contra él tiene algunos problemillas nuevos. A fin y al cabo, vive en la España de 2015, la de los recortes y los sueldos de risa.

El actor que físicamente más se parece al Anacleto de Vázquez, un Imanol Arias en plena forma, revela un talento para la comedia que no había descubierto nunca del todo. Y Quim Gutiérrez hace el papel más divertido de su carrera. Con ellos, los habituales en las películas de Ruiz Caldera. Carlos Areces es el villano Vázquez, un tipo que juega al bingo y da un poco de grima ("¿pero tú quieres que de mal rollo?" le preguntaba el actor al director en el rodaje); Alexandra Jiménez es la novia de Adolfo y Berto Romero, el hermano de ella y el mejor amigo de él. Emilio Gutiérrez Caba, Rossy de Palma y Eduardo Gómez completan el reparto.

'Anacleto agente secreto'.

'Anacleto agente secreto'.

No sé si tiene edad suficiente para haber sido lector de Anacleto. Esa circunstancia marcaría el que haya sentido más o menos respeto al firmar esta adaptación.

Leía los tebeos, estaban en mi casa y los seguí leyendo hasta los quince o así. Y, desde luego, ha sido un reto. Toda película lo es, pero de mis cuatro películas ésta ha sido la más complicada de hacer, por la mezcla de acción y humor, pero una acción con un nivel muy exigente y un humor que sabíamos que nacía en la viñetas de Vázquez.

Su Anacleto reaparece 30 años después…

Sí, es un Anacleto crepuscular, es el Sin Perdón del cómic. Esos treinta años nos han dado el margen que necesitábamos para tomarnos ciertas licencias.

¿Licencias como la de crearle la identidad secreta de charcutero?

Bueno, necesitábamos una identidad secreta y pensamos en qué debía ser. James Bond sería algo mucho más cool, desde luego, pero nosotros vimos unos fuets y se nos ocurrió la idea de que Anacleto podía hacer embutidos caseros…

Vázquez metía mucha crítica social en sus viñetas, usted lo ha hecho en la película.

Vázquez usaba muchos toques de crítica, a veces muy ácida, y de burla. Se burlaba de los trapicheos de los políticos, de los que manejan el dinero, se burlaba hasta de su propia empresa… había muchas pullas ocultas en sus historietas. Nosotros hemos querido mantener ese espíritu y aprovechamos la España de 2015. Ahí están los recortes, los sueldos bajos…

¿Buscaban entonces ese choque entre el cómic y la realidad?

El choque es ese, sí. Todo empezó pensando cómo íbamos a enfrentar el mundo del cómic antiguo, con esa agencia de espías en decadencia, con la generación de ahora de los 25-30 años. Y la comedia se genera justamente en ese choque. Nosotros hemos presentado esa generación con el personaje de Quim, apalancado en el sofá, con una novia estupenda que no se da cuenta de que tiene hasta que la pierde…

¿La comedia es un buen vehículo para hablar de la realidad al público joven?

La comedia, la que creo que es más divertida, habla de cosas reales, mucho más allá de las astracanadas. Nosotros hablamos de una situación económica concreta y hacemos comedia con ella. También hablamos de padres e hijos que apenas se conocen… Pero el objetivo principal es hacer reír a la gente.

El Anacleto de Vázquez parodiaba las novelas y las películas de espías de entonces, ¿el suyo parodia las de ahora?

Sí. Anacleto, en su día, parodiaba a los espías de aquella época, que eran mucho más naif. Nosotros parodiamos también el cine de acción de ahora. El James Bond de hoy es mucho más bruto que el del principio.

¿No es también el cómic español en el cine frente a las superproducciones de Marvel de superhéroes?

Y el límite lo pone el presupuesto. De pequeño, al lado de Anacleto y de Mortadelo, tenía a Spiderman y Superman, y no los distinguía. La película es resultado precisamente de ese mejunje. La idea era coger un cómic de Bruguera y tratarle como uno de Marvel. El presupuesto es lo único que nos frena.

¿Siempre pensó en Imanol Arias para hacer el personaje de Anacleto?

Cuando leía el guion veía tan claro que debía ser Imanol Arias. Es un grande, un actor mítico y yo quería que todo lo que tiene de clase, de elegancia, se lo traspasara al personaje. No se me ocurría un plan B. Así que le invitaron los productores a ver mi anterior película, Tres bodas de más, y a la salida le abordé. Se quedó un poco… Fue una encerrona. Pero dice muchísimo de él como actor que se tirase a la piscina, con una comedia, además.

Ha arriesgado llevando el tono a un terreno más radical, a veces casi gore…

Hay muchas cosas del cómic, pero todo está más elevado y más salvaje. Si Anacleto ha estado estos treinta años dándose esos trompazos, seguro que se ha embrutecido. Ya decía antes, es una parodia de lo de ahora y ahora todo es más salvaje.

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