Público
Público

Nosotras creamos, nosotras editamos 

Si no estás en la Red, no existes, y por ello en esta nueva edición de la 'Editatona' o maratón de creación de entradas de Wikipedia, los participantes investigarán sobre el papel de la mujer en la música electrónica y volverán a poner sus nombres en la historia.

Una 'Editatona' es un maratón de edición colectiva de entradas de la enciclopedia libre. / PERIODISMO CIUDADANO

SARA CALVO TARANCÓN

MADRID.- Los apellidos Moog y Theremin son célebres por haber dado nombre a los inventos que ingeniaron. En el caso de Robert fue el sintetizador -conocido como sintetizador de Moog-, el primer instrumento capaz de crear una gama infinita de sonidos sintéticos que pasarían a llamarse música electrónica. Léon Theremin fue el creador del único instrumento que suena sin que lo toques. Pero ninguno de los dos objetos serían tal y como los conocemos hoy si dos mujeres, Wendy Carlos y Clara Rockmore, no hubieran mejorado sus creaciones. Este sábado, en Madrid, el centro de cultura digital Medialab-Prado lanza una Editatona, una convocatoria abierta al público para incluir estos y otros nombres femeninos en la gran enciclopedia libre y de creación colectiva.

Los datos son esclarecedores: Wikipedia.org se encuentra entre las siete páginas de Internet más consultadas, compitiendo con gigantes como Google o Facebook. En la página en español de la enciclopedia, las biografías de mujeres suponen menos del 17%. “Estamos un poquito peor que la inglesa pero mejor que otras, como la Wikipedia en italiano”, apunta María Sefidari, vicepresidenta de la Fundación Wikimedia. “A través de las Editatonas tratamos de volver a poner a las mujeres en la historia. Es complicado, principalmente, porque siempre se ha invisibilizado su papel”.

Para introducir contenido en Wikipedia necesitas fuentes secundarias -libros, publicaciones académicas, noticias- para referenciarlo, “por eso es importante que se visibilice el rol de las mujeres, por ejemplo, en los medios de comunicación”. Que se hable de los logros de las deportistas y científicas, que copen portadas, que se las valore por lo que son y no por con quién comparten cama. “La entrada de Wikipedia de Sergio Ramos empezaba diciendo que era un futbolista del Real Madrid y hasta el final no aclaraba que también era la pareja de Pilar Rubio; en cambio, en la entrada de ella lo primero que leías es que se acostaba con Ramos, y después, si eso, venía que era periodista”, se queja Paz Castro, editora de la enciclopedia colaborativa en sus ratos libres. “Lo mismo pasaba con Rosalía Mera, la que fuera mujer de Amancio Ortega. Además de esposa, fue la empresaria de éxito más rica de España. Pero esa información, hasta que la cambiamos, parecía irrelevante más allá de que era la mujer de Ortega”.

No solo faltan creadoras

María Sefidari señala otro problema presente en los 15 años que lleva funcionando Wikipedia: "Existe toda una generación en África que está dando el salto directamente al móvil sin pasar por el portátil y es importante que esa experiencia sea más sencilla y más cómoda”. Paz añade que la incorporación de un nuevo editor visual hace la experiencia fácil y accesible porque se evita tener que saber lenguaje HTML para aportar en las entradas. Esto facilita que personas diversas puedan participar de forma activa para incluir más puntos de vista y que no solo prevalezca el perfil mayoritario del varón blanco, entre 25-35 años con estudios universitarios y de estrato social medio/alto. “Tenemos muchos contenidos que están maravillosamente bien, como la biografía de los personajes de los Simpson pero nos faltan entradas sobre, por ejemplo, cultura de otros países", creadas por colectivos variados para que puedan representar al grueso de la sociedad.

“Las mujeres somos la mitad del mundo y nuestra perspectiva tiene que estar”, dice Paz. Ella forma parte del grupo de trabajo Wikiesfera, que se reúne todos los lunes por la tarde en Medialab para hacer el proceso de documentación colaborativa de nuevas ediciones de Wikipedia. La coordinadora tanto de este grupo de trabajo como de la cuarta edición de la Editatona que se celebra este sábado es Patricia Horrillo. En esta ocasión, la propuesta se centra en incluir, entre todos los asistentes, nuevas entradas que hablen de mujeres compositoras de música electrónica. "La idea ha sido un cruce de mi grupo de trabajo, Wikiesfera, con el de Jesús Jara, que es un gran conocedor del tema".

"Tenemos muchos contenidos que están maravillosamente bien, como la biografía de los personajes de los Simpson pero nos faltan entradas sobre, por ejemplo, cultura de otros países"

Theremin y La naranja mecánica

Jesús Jara es uno de los mediadores que investiga en Medialab la programación de sonido digital con software libre. Además, va a hablar en la Editatona sobre las mujeres que fueron pioneras en el campo de la electrónica. "Siempre nos centramos en los compositores y olvidamos el papel de la mujer; ellas aportan una visión muy rica de la música, muchas veces más completa que la de los hombres". Y justifica esta afirmación con un nombre femenino y una historia: Wendy Carlos y la forma en la que mejoró el gran invento del siglo XX en el campo de la música electrónica: el sintetizador. La versión modular del aparato la firmó Robert Moog "pero ese invento no significa que ya de por sí sirviera para crear buena música".

Wendy fue una compositora transexual de Rhode Island, EE. UU, que limó los flecos que encontró en el sintetizador de Moog: propuso cambios y consiguió algunas de las mejoras que tienen hoy en día los famosos Moog. Además, su primer disco, Switched-On Bach fue, para muchos, el primer álbum que osaba sustituir la orquesta por sonidos producidos en los sintetizadores, aparte de ser una recopilación de versiones electrónicas de los grandes clásicos del emblemático compositor pasadas por el tamiz del sinte de Moog. “Con un instrumento nuevo no tienes por qué crear nueva música”, también puedes revisitar a los clásicos, comenta Jesús. Algo así debió pensar Wendy y lo cierto es que ese primer disco suyo la encumbró como compositora, tanto que Kubrick le encargó parte de la banda sonora de La naranja mecánica.

Clara Rockmore y su dominio del instrumento

Pero hay más ejemplos: Clara Rockmore conoció a Léon Theremin en Nueva York, en 1928. Rockmore tocaba el violín desde los 5 años y era una auténtica virtuosa del instrumento hasta que una enfermedad ósea derivada de un problema de desnutrición infantil le afectó el brazo con el que sostenía el arco. Tuvo que abandonar su apreciado violín y decidió cambiarlo por uno de los instrumentos más difíciles de tocar que existen. El Theremin no requiere ningún tipo de presión o esfuerzo para hacerlo sonar, y Clara se interesó mucho por mejorar la técnica para tocarlo. Porque ese primer prototipo requería mejoras. "Quiso ampliar las octavas del violín de tres a cinco para añadir notas más graves en el Theremin. También pidió a Léon suavizar los cambios entre una nota y otra". Tenía una técnica de tocar muy particular: no acercaba el brazo a la antena sino que simplemente movía un poco los dedos y con esto llegaba de manera más exacta a la nota. Pidió tener un altavoz detrás en el escenario para oír la nota antes que nadie y poder así corregirla.

Y fue otra mujer también, llamada Daphne Oram, la primera que intentó representar la música electrónica de forma gráfica "como si se tratara de un pentagrama, para que alguien pueda volver a tocar lo que tú has creado”, relata Jesús, con una máquina que ella misma inventó y que hoy en día se puede visitar en el Museo de Ciencias de Londres.

“Las mujeres somos la mitad del mundo y nuestra perspectiva tiene que estar”

Ellas hacen ruido

Junto a Jesús Jara, esta nueva edición de la Editatona va a contar con Natalia Piñuel, historiadora del arte y productora cultural, para esas charlas previas contextualizadoras sobre la importancia de las creadoras de música electrónica pioneras y contemporáneas. Natalia puso en marcha el proyecto She Makes Noise en 2013 precisamente para “dar visibilidad a mujeres que trabajan en la música electrónica y el arte sonoro”. De idea virtual pasó a festival que celebrará su segunda edición en octubre en La Casa Encendida de Madrid y que pretende justamente dinamitar “la brecha de género presente en la sociedad tradicional y que resulta especialmente relevante en el campo de la música electrónica: hay machismo en la electrónica y reflexionaremos sobre ello en la Editatona del sábado”.

Natalia Piñuel cuenta que las jóvenes que deciden emprender una carrera dentro de la producción musical se encuentran con el problema de que no existen referentes, “porque las mujeres no aparecen en los libros de historia y no hay información suficiente online. De hecho, el 95% de las mujeres de las que voy a hablar no están reseñadas en la Wikipedia, tenemos que solventar este agujero negro”.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?