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Michel Hazanavicius: “Me río de Godard porque a veces resultaba ridículo”

El cineasta se ‘carga’ como ser humano a Jean-Luc Godard, un intocable del cine mundial, en su comedia 'Mal Genio (Le redoutable)'. Insultado y abucheado en Cannes, el director reconoce que se esperaba “muchas más hostias”.

"Me río de Godard porque a veces resultaba ridículo”

Soberbio y sabelotodo, machista, posesivo y celoso, cargante y grosero, además de artista genial, revolucionario. El cineasta francés Michel Hazanavicius asesina en una sola película, Mal genio (La redoutable), a un intocable universal, el gran Jean-Luc Godard. Se lo carga como ser humano con una comedia, bastante mala leche y un olfato cero para el peligro.

Arremeter de esta manera contra una de las divinidades de la historia del cine, especialmente en su país, se podría interpretar como un intento de suicidio. Si el plan hubiera sido ese, le habría salido fatal. Es verdad que en Cannes llegaron a los insultos, pero, como él mismo reconoce, “la verdad, esperaba muchas más hostias”.

Inspirada en buena parte en la autobiografía que escribió Anne Wiazemsky, ex mujer de Godard que tristemente falleció hace solo unos días, la película está protagonizada por Louis Garrel, que sabía que se la jugaba con este trabajo para el que decidió incluso renunciar a su magnífica melena. Stacy Martin, Bérénice Bejo (que hizo con Hazanavicius The Artist) y Grégory Gadebois completan el reparto. 

¿Cuál ha sido la reacción en Francia con su película? Al fin y al cabo, usted arremete contra un ‘intocable’ de la cultura.

Bueno, en Cannes, los críticos y la prensa un poco intelectual me gritaron y luego metieron mucha cizaña, pero cuando la película salió en Francia fue muy bien. La verdad, esperaba muchas más hostias.  

Bueno, no es el primer genio de la historia que no es la mejor persona del mundo, ¿no?

No, pero yo no juzgo, no tengo que perdonar o no. Lo paradójico es que en su éxito artístico no hay nada que tenga que ver con su trayectoria como ser humano. A todos nos gustaría que los genios fueran buenas personas, pero no es así de sencillo. Sin embargo, para el cine esta paradoja es muy interesante. 

De cualquier modo, hacer una comedia sobre Godard en Francia ¿no es un ejercicio de provocación premeditado?

No fue esa la primera idea, aunque inmediatamente me di cuenta de que la película iba a sacudir a la gente. Los críticos, periodistas, directores… son muy susceptibles, pero yo no hago películas para ellos, sino para la gente normal. Creo que para el público la provocación está siempre en otro sitio. 

Jean-Luc Godard tiene ahora 86 años…

Y vive solo en Suiza. Yo le asimilo a un artista contemporáneo. Es un hombre que ha hecho su recorrido con una continuidad en su conjunto. No es un tipo sociable, tiene un lado muy solitario.  

Y usted se ríe de él.

Pero no solo eso. Además, me río de él porque a veces era ridículo. Hay una frase de Lubitsch que dice: “Incluso el hombre más grande del mundo resulta ridículo dos veces al día”. En la película también se le humaniza y se comprenden muchas cosas de él y de su forma de funcionar. No se trataba solo de reírse de él. 

Michel Hazanavicius en el rodaje.

Michel Hazanavicius en el rodaje.

'Mal genio' muestra el lado político de Godard y su cine, y usted la ambienta en mayo del 68, ¿hay un intento con ello de provocar más interés por la política?

No hay, pero las cosas han cambiado mucho. Antes las películas eran obras excepcionales y no había muchas más formas de ver ciertas imágenes. Los que hacían cine tenían una palabra que se escuchaba mucho. Hoy, con tantas cadenas de televisión, las películas no son excepcionales. Y, por otro lado, las redes sociales hacen pública la palabra de cualquier persona. Por eso es más lógico que los intelectuales que dan su palabra en público sean los filósofos, los pensadores, los sociólogos… Los artistas lo tienen cada vez más difícil. 

Usted hace gala en su película de una libertad narrativa que el cine le debe en buena medida a Godard.

No me siento heredero de Godard porque no soy de la nouvelle vague, pero, por supuesto, me he aprovechado de esta libertad narrativa. Lo que pasa es que yo soy más gente de comedia haciendo cine popular. Naturalmente, todos debemos a Gogard que abriera tantas puertas, pero hay otros que son mucho más herederos de la nouvelle vague.  

Para hacer esta película se inspiró en el libro de Anne Wiazemsky, la ex mujer de Godard, ¿en algo más?

Sí, hay una biografía enorme sobre Godard, he visto muchos programas de televisión, escritos suyos en los que habla de sus trabajos y sobre todo he visto sus películas que son las que mejor hablan de quién es.

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