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The Party Sally Potter: "Si la izquierda falla ¿qué coño se puede hacer?"

La cineasta británica reflexiona acerca de la crisis mundial de la izquierda y del futuro del feminismo y los servicios sociales en ‘The Party’, una comedia política envuelta en tragedia, divertidísima, aguda, muy ácida y con un reparto impresionante.

Un instante en 'The Party'

Sally Potter pertenece a esa generación que se formó con el idealismo de los años setenta y que hoy tiene que vérselas cara a cara con el desencanto. Ahora, la cineasta británica, comprometida con su tiempo y consciente de la ineficacia política de muchas de aquellas ideas de la izquierda, se ha enfrentado a sus propias elecciones de entonces con una película, The Party, una comedia política rodada en blanco y negro sobre “esta Inglaterra que se desgarra”.

"El feminismo nos ha enseñado que lo personal es político"

Ácida, incisiva, audaz… ejecutada en tiempo real y con un reparto de auténtico lujo —Patricia Clarkson, Kristin Scott Thomas, Cherry Jones, Timothy Spall, Emily Mortimer, Bruno Ganz y Cillian Murphy—, la película es la historia de una celebración que muda en tragedia. Janet (Scott Thomas) acaba de ser nombrada ministra de Sanidad y reúne a sus amigos en su casa para festejarlo. Durante la noche se desvelan algunos secretos que permiten a la cineasta provocar al espectador con temas vitales. De la transformación del feminismo, pasando por la crisis mundial de la izquierda, hasta el debate entre la Sanidad pública y privada o la forma de afrontar una enfermedad terminal, todo se debate en estos poco más de setenta minutos, divertidísimos y muy valiosos.

¿Cuáles fueron los motivos por los que quiso usted hacer esta película?

Era consciente, sobre todo, de que teníamos que recapacitar sobre lo que pasa cuando la gente pierde sus principios, sobre lo mal que pueden ir las cosas cuando pasa esto… Las cosas pueden ir fatal.

Es un retrato de su generación en la actualidad, pero lo ha rodado en blanco y negro ¿por qué?

Es el retrato de este momento, pero al mismo tiempo mi deseo era que fuese un presente universal. Por eso está en blanco y negro, por eso no aparece ninguna fecha, ni ningún nombre de un partido político… Los temas vuelven al inicio de la tragedia griega, pero es una comedia de hoy.

No hay nombres de partidos, pero los personajes son de la izquierda…

Porque es la izquierda la que está siempre en crisis, porque hay una crisis de la izquierda política en todo el mundo.

Es una película sobre el desencanto, ¿usted se siente como la mayoría de estos personajes?

No. Mis ideas son más fuertes hoy de lo que lo han sido nunca, no soy como los personajes. Pero sí, ese es el estatus de una sociedad que hoy está luchando dentro de la izquierda de la democracia parlamentaria. Deben afrontar la realidad de que sus ideas no parecen haber tenido efectos políticos. Es importante reflexionar sobre este tema. Lo que pasa es que siempre sale la misma pregunta, entonces ¿qué coño se puede hacer? si la política de izquierdas falla…

También falla la ética, el sistema de valores… ¿todavía no le ha decepcionado el ser humano?

Mantengo una creencia feroz en la bondad esencial del ser humano. La Tierra es el Jardín del Edén y si el planeta estuviera en manos de alguien con sensatez…. Hay comida para todos, agua… todos podríamos tratarnos con respeto y dignidad. Eso es posible si somos capaces de usar nuestras mentes. Creo en ello y en compartir esto desde el cine. Y la comedia es un arma con la que se puedes despertar a la gente.

Entonces ¿usted no cree en la maldad?

No, no creo en ello. Cuando la gente se porta de modo muy malo es porque les han herido muy pronto y no han podido recuperarse y entonces exteriorizan la violencia que sienten. Los soldados son capaces de la mayor brutalidad porque han sufrido la brutalidad. Sé que mi punto de vista no es muy popular, pero filosóficamente es más útil. Se dice que con la gente mala no hay nada que hacer, con alguien que está herido, sí se puede hacer algo.

¿Qué se puede hacer?

La película lleva a todo el mundo a plantear precisamente estas grandes preguntas, que son preguntas políticas y que toca los temas de la creencia.

¿La solución pasa por los movimientos de resistencia ciudadana?

Sí, aunque creo que es difícil medir el efecto de las distintas voces de la resistencia. Y luego están los ataques que estas sufren. Por ejemplo, con el movimiento feminista hay una amnesia histórica terrible. Las mujeres no han tenido derecho a votar en muchos países hasta los años sesenta y nadie lo sabe. Cuando se piensa en eso y en el sacrificio que hicieron las sufragistas, o en lo que se luchó para la abolición de la esclavitud… son grandes logros, pero es, justamente, por ellos por los que a mucha gente se la ridiculiza, se la ataca y se la humilla todavía. Al movimiento de las mujeres se le ha humillado y se le sigue humillando.

Sally Potter con Emily Mortimer y Cillian Murphy, en el rodaje

Sally Potter con Emily Mortimer y Cillian Murphy, en el rodaje

A pesar de ello cada día es más fuerte.

El feminismo es el movimiento político más poderoso del último siglo. Es un movimiento valiosísimo que nos ha enseñado que lo personal es político, algo que he querido que estuviera en esta película. Pero el feminismo tiene que servir para mucho más de lo que sirve y hoy no hay que perder de vista la cuestión económica de la desigualdad.

Tratar todos estos temas tan serios desde la comedia ¿es más eficaz?

Sí, es mucho más eficaz. El humor viaja y no enajena a la gente. La película en el Reino Unido ha fascinado a todos, ha pasado con los críticos de derechas. Les ha encantado la película porque se han reído. Y ha pasado también con la izquierda. El modo de explorar estos temas no es a la defensiva. Si puedes bromear, ironizar, sobre un tema, es que es demasiado fuerte ya, y el feminismo lo es.

El personaje de Patricia Clarkson es el vivo retrato del cinismo, ¿es el punto al que han llegado muchas personas de esta generación?

Muchos han llegado ahí, sí. Pero con este personaje hay que atender a toda su trayectoria. Al principio parece una cínica, dice cosas agudas, ácidas, pero al final es ella la que dice a su amiga: “Eres la única que intenta hacer algo grande”. Muestra su amor y admiración y quiere ayudar a su amiga en todo. Su aparente cinismo sale del amor y del activismo.

El ministerio que ha elegido para el personaje es el de Sanidad, ¿por qué?

"Las cosas pueden ir fatal cuando la gente pierde sus principios"

Porque los británicos siempre hemos estado orgullosos de nuestro sistema de asistencia universal que, sin embargo, ahora empieza a debatirse en la calle. Los servicios sociales son muy importantes y estos personajes creen en ello, pero la película plantea ciertas cosas. Si alguien que amas está enfermo, no quieres que espere una semana para hacerse una prueba. Hay algunos que ven los servicios sociales como un gasto, pero, no, no lo es. Lo que pasa es que necesitamos más inversión en Sanidad y definiciones más amplias. El derecho a la Sanidad es fundamental y es lo primero que se ataca en el sistema capitalista.

La suya es una generación que aboga por el internacionalismo ¿cómo se siente en un mundo en el que cada día hay más nacionalismos?

El nacionalismo es para la gente que se agarra a la definición más estrecha de identidad. Lo triste es que cada vez se agarra a eso más gente, y lo hacen por cuestiones de género también. Piensan que si son abandonados dentro de la globalización vivirán un anonimato enorme y eso les da terror, terror de no existir. En el cine es todo mucho más sencillo, si trabajas en el cine es todo fácil, porque ya estás en un medio internacional. En mi caso, hay más personas que han visto mis películas fuera del Reino Unido que dentro, mi público es internacional. Y yo trabajo con argentinos, franceses, irlandeses, etc. Lo importante es la experiencia personal. Tengo la relación natural con las personas de otros géneros y razas, amor y curiosidad. Lo otro es mentira y se basa en el miedo.

Precisamente de la mentira y la verdad habla también en su película…

La verdad no siempre se sabe qué es, es resbaladiza. Yo elijo en lo que creo, pero luego a menudo me ocurre que estoy un poco asqueada y me pregunto si realmente creo en eso. Necesitamos auto examinarnos.

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