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Estreno: 'La Favotita' 'La favorita': la impúdica guerra de poder de tres mujeres en la corte de Ana Estuardo

Yorgos Lanthimos se ha metido a la crítica en el bolsillo con su desvergonzada y socarrona crónica de la guerra de poder de tres mujeres en la corte de Ana Estuardo. Gran Premio del Jurado en Venecia y Copa Volpi para Olivia Colman, es la preferida de los BAFTA.

La actriz Olivia Colman interpreta a Ana Estuardo en 'La favorita'.

BEGOÑA PIÑA

Ha caminado al borde del barranco a sabiendas de que en cualquier momento podría despeñarse. El cineasta griego Yorgos Lanthimos se la ha jugado en su nueva película, La favorita, historia de la sucia y traicionera guerra por el poder de tres mujeres en la corte de Ana Estuardo. Divertida, a menudo desde la socarronería; decidida y públicamente infiel a la Historia, virtuosa estéticamente y muy elegante, desvergonzada, en el límite a veces de la grosería, la película –para la inmensa mayoría de la crítica, victoriosa- es un ingenioso juego, inquietante y retorcido, de dobles verdades. Lanthimos no ha caído al vacío.

Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia, donde Olivia Colman, que interpreta a la reina Ana se alzó con la codiciadísima Copa Volpi, La favorita es la máxima aspirante a los BAFTA de la Academia Británica del Cine, con doce nominaciones, entre ellas, las de Mejor Película, Mejor Película Británica y Mejor Dirección. Reconocimientos para una historia de intrigas palaciegas protagonizado por mujeres astutas, ambiciosas, manipuladoras y sin escrúpulos, y donde los hombres son unos peleles con pelucón, tacones y polvos blancos en la cara.

Márgenes escabrosos

Con la mirada de la cámara desde abajo, sumisa, contemplando a esas mujeres –espléndidas las tres actrices, Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone-, la película se desarrolla en la corte de Ana Estuardo en los primeros años del siglo XVIII, en plena Guerra de Sucesión Española (en la que se cedieron a Inglaterra los territorios de Gibraltar y Menorca). Durante su reinado, Inglaterra y Escocia se unieron y Ana se convirtió en la primera soberana de Gran Bretaña. Una reina de vida desgraciada –varios abortos y diecisiete hijos muertos- y de salud frágil que se apoyó en dos mujeres, Sarah Churchill primero y después Abigail Masham, para dirigir el reinado.

La favorita cuenta la lucha entre ambas mujeres por conquistar el favor de esta reina y lo hace desde los márgenes más escabrosos de un conflicto cruento. Sarah Chuchill, amiga íntima de Ana Estuardo desde la infancia es ahora su consejera política, estratega inteligente y rápida, y su amante. Abigail Masham es una prima suya que acude a la corte a pedir trabajo después de que su padre muriese y dejara a la familia en la miseria. Y empieza una guerra despiadada.

Mujeres en el poder

Sexo, traiciones, mentiras y puñaladas traperas nacidas del peor instinto político o de la simple supervivencia. La imagen de la mujer manipuladora, intrigante, sin remordimientos, malvada y que no le hace ascos a nada con tal de conseguir el poder se eleva aquí a su máxima potencia. Queda más claro que el agua que, en opinión de Lanthimos, las mujeres en el poder reproducen, incluso refinan, los peores vicios de algunos hombres.

Y, desde la mirada de Lanthimos, nada de esto es un reproche, sino lo contrario. En alguna de las entrevistas que concedió en el Festival de Venecia dejó bien claro que su intención era dar el protagonismo a las mujeres, una cosa que hace años “era muy raro”. Y, en esas mismas declaraciones, subrayó tantas veces como pudo que La favorita era también “una historia de amor”. “Lo que más me llamó la atención fueron estos tres personajes, su poder, sus relaciones frágiles y cómo el comportamiento de tan pocas personas, la forma en que se sintieran o las relaciones que hubiera entre ellas, podía alterar el curso de una guerra y el destino de un país. También es para mí una historia de amor que puede ser bastante divertida, dramática y que se tiñe de oscuridad”.

Llenas de defectos

Oscuridad que el cineasta extiende a nuestros días a tenor de sus palabras en las notas de dirección. “Cuando ruedas una película ambientada en otra época, siempre es interesante ver cómo se relaciona con la nuestra. Te das cuenta de cuán pocas cosas han cambiado aparte del vestuario y el hecho de que ahora tenemos electricidad o Internet. Hay muchas similitudes aún vigentes en el comportamiento humano, la sociedad y el poder”. Ha dicho Yorgos Lanthimos, al que se le ha escapado un ‘pequeñísimo’ detalle, las mujeres no están hoy en el poder y dar por hecho que lo que se puede constatar en muchas guerras de poder entre hombres es idéntico a lo que ocurriría entre mujeres es un vaticinio bastante atrevido.

Emma Stone junto al director de 'La favorita', Yorgos Lanthimos.

Emma Stone junto al director de 'La favorita', Yorgos Lanthimos.

Pero todo sea por la originalidad de la que habla el productor Ed Guiney que ha afirmado que en La favorita “ves a las mujeres comportarse como suelen hacerlo en la vida real, de una forma que no suele verse en las películas. Tienen el control absoluto, sin embargo, en otros momentos son caprichosas, celosas, se enfadan y, como la mayoría de las personas, están llenas de defectos. Contemplas eso en todo su esplendor, toda su ambigüedad, toda su fragilidad, todo su poder. Y luego, cuando pones a estas mismas mujeres en la olla a presión de un país en guerra y en el epicentro de la toma de decisiones, resulta algo muy original”.

Contemplar durante dos horas cómo dos mujeres se destrozan entre ellas, aunque el tono sea de comedia negra y aunque pudiera existir en la realidad, puede ser, al menos lo es para mí, un poco cargante, especialmente si lo haces después de conocer las palabras de Guiney –“comportarse como suelen hacerlo en la vida real”-. En su descargo y en el de Lanthimos hay que decir que el retrato que éste hace de los hombres en esta película es demoledor, así que parece que su sentimiento más negro es hacia toda la humanidad.

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