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'Juego de tronos' encara su final entre reencuentros y secretos al fin revelados

La octava y última temporada de 'Juego de tronos' se estrenó esta madrugada y ya está disponible en HBO y Movistar+.

Daenerys (Emilia Clarke), en una imagen del primer capítulo de la temporada final de 'Juego de Tronos'. - HBO / HELEN SLOAN

AVISO: ESTE TEXTO PUEDE CONTENER SPOILERS.

Esperar una gran batalla en el primer episodio de la temporada final de Juego de tronos no habría tenido sentido y, de hecho, no hay ni rastro de ella. Por cómo acabó The Dragon and the Wolf, aún quedaban algunas piezas del tablero de Poniente por colocar y reunir y eso es a lo que se ha dedicado la serie creada por David Benioff y D. B. Weiss en su regreso. A eso y a regalar algún que otro momento de músculo en el apartado de producción (sí, hay dragones volando en escenarios espectaculares) y alguna escena con cierto toque de ¿humor? mientras la información empieza a circular.

Escrito por Dave Hill y dirigido por David Nutter, este capítulo de Juego de tronos plantea una primera escena en la que se presume de tropas y se pone en relieve algo que era de suponer, que Daenerys (Emilia Clarke) no va a tener fácil ganarse ni el corazón ni la confianza de los norteños. Era una tarea que se esperaba harto complicada y que no tiene que ver solo con una cuestión de lealtad hacia los Stark y su trono rendido. Está relacionado con la desconfianza hacia los de fuera y con el hecho de que la madre de dragones se haya acostumbrado en los últimos tiempos a tirar de mano dura cuando alguien se niega a postrarse ante ella. Una táctica que no le va a funcionar si lo que quiere es ganarle la batalla al Rey de la Noche y contar para ello con los Stark y sus aliados.

Mermar las huestes humanas por orgullo no parece ser la mejor táctica a seguir. Además, mantenerse en esa línea no haría otra cosa que hacerla subir un peldaño más en el escalón al trono de la prepotencia y la maldad en el que se sienta su enemiga, Cersei (Lena Headey), que sigue jugando sus propias cartas convencida de que tiene la mano ganadora y de que es ella quien maneja a los que están a su alrededor a placer. A estas alturas de la serie, ¿son realmente tan distintas la una de la otra? ¿Puede seguir haciendo gala Daenerys de esa superioridad moral que (casi) siempre sacan a relucir sus aliados cuando tratan de convencer a otro de que le brinde su apoyo?

Jon Snow (Kit Harington). - HBO / HELEN SLOAN

Jon Snow (Kit Harington). - HBO / HELEN SLOAN

Este arranque, tras más de año y medio de espera, ha propiciado algunos de los reencuentros más esperados y/o emotivos. Hermanos, esposos, rivales, aliados y amigos que en medio de la tormenta que se avecina han encontrado hueco para dar un abrazo o lanzar un dardo/mirada/puñetazo a quien hace tanto tiempo no veían y, de alguna manera, ponerse al día. La mayoría de ellos ha perdido en el camino una inocencia que ya no volverá. El único que parece seguir confiando en la bondad de quien tiene al otro lado es Jon Snow (Kit Harington), al que su amigo Sam (John Bradley) intenta quitar la venda de los ojos.

El enfrentamiento con el verdadero enemigo tendrá que esperar y, aunque está al caer, en lo que se centra este capítulo que inicia la cuenta atrás para el desenlace final es en la importancia de la información y cómo esta puede hacer virar los designios de una persona y de la historia. Al fin y al cabo, planear una guerra se basa en estrategia y para eso es mucho lo que hay que saber de antemano. Muchas cosas han cambiado en Invernalia desde que Arya (Maisie Williams) y Jon jugaban juntos. Ahora el escenario es otro, los herederos de Ned Stark (Sean Bean) están al mando como símbolo de un relevo generacional que hace tiempo que llegó. Los hijos heredaron las consecuencias de las decisiones de sus padres y han de tomar las suyas para cambiar un escenario que le es propicio al enemigo para ganar.

En un mundo en el que los secretos, los complots y los rumores malintencionados siempre han campado a sus anchas, ha llegado la hora de revelar la verdad de cada uno. Y de eso va un poco este primer episodio, de sacar a la luz lo que ha permanecido demasiado tiempo oculto. Nada nuevo para el espectador, que ya estaba al día en ese sentido, pero sí para algunos de los personajes, que descubrirán cosas hasta ese momento desconocidas para ellos y de suma importancia para Poniente.

Otro de los aspectos a destacar de este primer episodio es cómo ellas mantienen la voz dominante en una serie en la que los personajes femeninos han hecho gala a lo largo de siete temporada de su poder. No se trata solo de que Cersei ocupe actualmente el trono, de que Daenerys aspiré a hacerlo cuando todo acabe, de que Sansa (Sophie Turner) sea la señora de Invernalia o de que Yara tenga posibilidades de reinar de nuevo en las Islas de Hierro. Se trata de cómo ellos remarcan ese poder y se someten a él. Las escenas de Euron (Pilou Asbaek), Sam, Tyrion (Peter Dinklage) y Theon (Alfie Allen) con cada una de ellas son un libro abierto en este sentido. Cómo ellas los definen a ellos y/o a la inversa. De sus cruces de palabras salen algunas de las mejores frases del episodio.

Al final, en un capítulo en el que los reencuentros y la información son primordiales, estos vienen aderezados con un par de escenas espectaculares visualmente para salpicar tanta conversación y aligerar la carga emocional. Todo para llegar a la conclusión de que lo más probable es que Jon Snow preferiría seguir no sabiendo nada.

Sansa Stark (Sophie Turner) en primer plano, durante un momento del primer capítulo de la temporada 8 de 'Juego de Tronos'. - HBO / HELEN SLOAN

Sansa Stark (Sophie Turner) en primer plano, durante un momento del primer capítulo de la temporada 8 de 'Juego de Tronos'. - HBO / HELEN SLOAN

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