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Festivales de verano Rosalía y el empoderamiento femenino del Primavera Sound

Como cada año, Barcelona se ha vuelto a convertir en la capital mundial de la música con la celebración del Primavera Sound. En su 19ª edición y con importantes novedades en su línea artística bajo el lema “The New Normal”, el festival ha vuelto a dejar un buen puñado de conciertos memorables y para todos los gustos, y ha superado una vez más los 220.000 asistentes en total, aunque no ha habido 'sold out'.

Rosalía, durante su actuación en el Primavera Sound. - (Fotografía cedida por la organización del festival).

Primavera Sound siempre ha apostado por traer mujeres a sus escenarios, pero ha sido este año cuando por fin ha alcanzado la paridad de género, con un 50% de artistas femeninas en el cartel. De entre todas ellas, la que sin duda pasará a la historia de esta edición es Rosalía, en el que quizás era el concierto más importante de su carrera, y que confirmó su estatus de reina del panorama musical nacional.

Cantó y se movió como la estrella que es, acompañada de unas bailarinas en una coreografía muy cuidada y estimulante. En una hora de concierto, Rosalía dio un repaso a los temas más célebres de su todavía escaso repertorio, incluyendo su versión de Te estoy amando locamente de Las Grecas. Ha sido un escaparate internacional perfecto para ella, que sin duda le ha hecho subir un peldaño en proyección internacional, puede que aún más que cuando actuó en el Coachella de California. Aquí ha estado en hora punta el sábado en uno de los escenarios principales, y hay que tener en cuenta que más de la mitad de los asistentes a Primavera Sound vienen de otros países, y que se trata de un público muy exigente que valora especialmente las propuestas de este evento.

Aun así, Rosalía no olvidó que estaba en casa, y entre canción y canción se dirigió al público principalmente en catalán, intercalando también frases en castellano pero sin hablar en inglés. En cualquier caso, como embajador internacional de Rosalía estuvo en el escenario el inglés James Blake para interpretar con ella Barefoot in the Park, en uno de los momentos cumbre de esta edición. En definitiva, una mezcla de tradición y modernidad del arte español que se repite cada bastante tiempo. Rosalía es a la música española de principios de este siglo lo que fue García Lorca a la poesía del anterior.

Las mujeres toman los escenarios

Pero Rosalía no fue la única mujer que brilló, ni mucho menos. El show de Janelle Monáe fue espectacular, también con una coreografía excelente y musicalmente arrolladora, en el que además tuvo tiempo para reivindicar los derechos de las minorías y mostrar su disgusto con las políticas de Trump en su país. Por su parte Solange, consolidada desde hace años como mucho más que “la hermana de Beyoncé”, volvía una vez más al festival para presentar las canciones de su nuevo disco, las cuales incluyen más elementos de jazz y psicodelia; y de nuevo encandiló al público con su voz.

También fueron grandiosas las veteranas cantantes suecas Robyn y Neneh Cherry, ambas con estupendas propuestas bailables que supieron conectar con la audiencia, así como la australiana Courtney Barnett con un rock de gran calidad que bebe mucho del grunge e indie noventero. Y directamente inolvidable fue lo de Lisa Gerrard, de Dead Can Dance, que junto con el coro femenino de folk búlgaro de The Mystery of the Bulgarian Voices ofreció uno de los conciertos más bonitos y especiales celebrados en el interior del Auditori.

El Primavera Sound ha superado de nuevo los 220.000 asistentes. - (Fotografía cedida por el festival)

El Primavera Sound ha superado de nuevo los 220.000 asistentes. - (Fotografía cedida por el festival).

Quien no terminó de convencer fue Miley Cyrus, que pese a su carisma no consiguió alcanzar el mismo nivel que otras divas del cartel ya mencionadas. Le faltó algo de garra en el escenario, y además su pop comercial no logró conectar con el público de Primavera Sound. Más divertida estuvo Carly Rae Jepsen, con una propuesta similar, aunque también era un entretenimiento un tanto simple para lo que nos tiene acostumbrados este festival. Por su parte, el neo soul de Erykah Badu era más sofisticado, pero no tuvo su mejor día, y su espectacular voz y puesta en escena no fueron suficientes para salvar un concierto que fue lento e irregular.

En cuanto a J Balvin, está claro que ha sabido renovar el reguetón y dotarlo de elementos valiosos que suponen una evolución en el género, pero no deja de ser un experimento extraño poner un concierto como este en un escenario principal del Primavera Sound (y además no hubo dueto con Rosalía pese a que actuaban la misma noche). Muchos lo bailaron, pero tantos otros corrieron a refugiarse en otros escenarios.

Bandas muy queridas por el público

La gran reunión de esta edición era sin duda Stereolab, y su concierto estuvo a la altura de las expectativas. La selección de canciones fue muy acertada, con un repaso a las mejores de su larga trayectoria, la cual dejaron en suspenso hace unos años y ahora retoman, ojalá de forma permanente y duradera. La ejecución de la banda, empezando por la gran Lætitia Sadier, dejó muy buen sabor de boca y supo recuperar su sonido avant-pop como si no hubiesen pasado los años. Los fans también quedaron satisfechos con el buen concierto de Guided by Voices, que despacharon nada menos que 30 canciones, entre ellas sus grandes clásicos.

Por otra parte, hay bandas que siempre son garantía en un festival como Primavera Sound, por muchas veces que vengan. Un claro ejemplo de ello es Suede, cuyo cantante Brett Anderson volvió a marcar la diferencia con una actuación extraordinaria: a sus 51 años cantó, se movió de un lado a otro e interactuó con el público con tanta intensidad que aún parecía un veinteañero. Algo parecido se puede decir de Primal Scream, que fue una fiesta con un enorme Bobby Gillespie defendiendo con acierto los imperecederos temazos de su banda.

Janelle Monáe, durante su actuación. - (Fotografía cedida por la organización del Primavera Sound).

Janelle Monáe, durante su actuación. - (Fotografía cedida por la organización del Primavera Sound).

El rock psicodélico de Tame Impala también cumplió, aunque fue un concierto demasiado predecible y similar al que ofrecieron hace ya tres años en el mismo escenario, con sólo un par de canciones nuevas en el set. Interpol fue otra de las actuaciones de ese Primavera más clásico y fiel a sus orígenes: tan bien vestidos como siempre, tampoco arriesgaron mucho y se centraron principalmente en sus viejos temas, himnos del post-punk e indie rock de principios de siglo, aunque también dedicaron algo de tiempo a tocar unas pocas canciones de sus últimos lanzamientos discográficos.

Quienes no tuvieron problema en dar todo el protagonismo a sus nuevas temas fueron Low. Su último álbum, el aclamado Double Negative, sorprendió por su producción experimental que tan bien funcionó, pero en directo toman su vertiente más tradicional y presentan estas canciones sin las florituras electrónicas; suenan maravillosas de una y otra manera. Hubo además momento drone con la vieja Do You Know How to Waltz?, la cual enlazaron de manera magistral con el clásico Lazy. Sin duda fue uno de los mejores conciertos del festival, tanto a nivel instrumental como vocal, gracias a las preciosas voces del matrimonio formado por Mimi Parker y Alan Sparhawk.

El festival más especial

Más allá de la calidad de su cartel, hay muchos detalles que convierten a Primavera Sound en un festival diferente y especial, y que explican por qué tanta gente viene de tan lejos todos los años al evento barcelonés. Uno de los más importantes es que la música no se limita al recinto principal del Parc del Fòrum (y eso que da para mucho con sus 17 escenarios), sino que en el centro de la ciudad también hay conciertos adicionales durante toda la semana. Destaca siempre la jornada del domingo noche en la Sala Apolo, una traca final de lujo por la que en esta edición desfilaron artistas tan variados como Amyl and the Sniffers, Efrim Manuel Menuck, The Beths y Miya Folick (impresionante el concierto que dio esta última, una de las grandes sorpresas del festival).

En definitiva, ha vuelto a ser una gran edición de Primavera Sound, con cientos de artistas maravillosos. Ahora bien, ¿en qué quedará el lema “The New Normal” para próximos años? En lo que respecta a la paridad de género, no cabe duda de que es el camino a seguir, y en esta edición ha quedado muy claro que las mujeres son más que capaces de dar los mejores conciertos de un festival. Muchos otros organizadores deberían seguir este ejemplo para equilibrar cada vez más la balanza. Eso sí, en cuanto a normalizar el protagonismo del reguetón y el trap como gran reclamo de Primavera Sound, la cosa es más cuestionable. Aunque seguirán estando presentes, es probable que lo más razonable sea bajar la apuesta de cara al próximo año. Será el 20 aniversario, y Primavera Sound lo va a celebrar por todo lo alto con una nueva edición en Los Ángeles, que se unirá a las de Barcelona, Oporto y otra por desvelar. Antes de eso tendremos un aperitivo de lujo con el Primavera Weekender, un nuevo evento que se celebrará en Benidorm este noviembre.

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