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Blatter se hace la víctima: "Estoy siendo condenado sin ninguna evidencia de malas prácticas"

El todavía presidente de la FIFA insiste en que no piensa dejar su cargo hasta el congreso extraordinario del 26 de febrero de 2016, "ni un día antes".

Imagen de archivo de Joseph Blatter. /EFE

EFE

BERLÍN.- El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, afirmó este miércoles que se siente "condenado de antemano" en medio del escándalo de corrupción que sacude a la organización que dirige y ratificó que no piensa dejar su cargo hasta febrero de 2016.

"La situación no es agradable. Estoy siendo condenado sin haberse encontrado ninguna evidencia de malas prácticas por mi parte. Es monstruoso", apunta Blatter, en declaraciones a la revista femenina alemana Bunte.

El presidente de la FIFA rechaza en ese medio la posibilidad de una dimisión inmediata e insiste en que dejará el puesto, tal como anunció en su momento, el 26 de febrero de 2016, durante el congreso extraordinario de la FIFA en el que se elegirá a su sucesor.
En ese momento dejará "definitivamente" el cargo", "pero ni un día antes", sostiene.

La fiscalía suiza abrió el pasado septiembre sumario contra él, en medio del escándalo de corrupción de su organización, lo que disparó las presiones sobre Blatter para que deje el cargo. Desde Alemania, el ministro del Interior, Thomas de Maizière, responsable del gobierno de Angela Merkel para el deporte, expresó ayer su convicción de que el complejo asunto que afecta a la FIFA debe resolverse "cuanto antes", sin esperar a febrero.

A principios de mes, tres de los grandes patrocinadores de la FIFA -Coca-Cola, McDonald's y Visa- exigieron la inmediata retirada de Blatter por quedar imputado por la justicia de su país por el escándalo de presuntos sobornos y comisiones ilegales.

Blatter fue reelegido presidente a finales de mayo, pero días después puso su cargo a disposición y la FIFA convocó el Congreso de febrero para celebrar nuevas elecciones.

Ambas decisiones siguieron a la detención en Suiza, el 27 de mayo, de varios altos cargos de la FIFA a solicitud de la justicia estadounidense que les acusa de organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero. El suizo es el octavo presidente de la FIFA y lleva diecisiete años ininterrumpidos en el cargo, al que llegó como sucesor del brasileño Joao Havelange.

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