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Champions Messi doblega al Chelsea y lleva al Barça a sus undécimos cuartos

Los azulgranas golean a los ingleses (3-0) con dos tantos del argentino y uno de Demebélé.

Messi celebra su segundo gol al Chelsea. REUTERS/Albert Gea

EUROPA PRESS

El FC Barcelona ganó este miércoles al Chelsea FC en el Camp Nou (3-0) en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones y logró el pase a los cuartos de final haciendo bueno el 1-1 de la ida y con un Leo Messi centenario ya en cuanto a goles en la Champions, con un doblete que doblegó a los 'blues' junto al primer gol de Ousmane Dembélé como blaugrana, demasiado para los londinenses.

Con este triunfo el Barça estará este viernes en el sorteo de los cuartos de final de la Liga de Campeones que tendrá lugar en la sede de la UEFA en Nyon (Suiza). Será la undécima ocasión consecutiva en esta fase, un logro histórico que permitirá a los blaugranas seguir luchando por levantar su primer título desde 2015, aunque todavía esté Kiev muy lejos.

Antes de empezar el partido, Messi vio primero de reojo y después con detalle, avisado por Luis Suárez, la pancarta con su imagen celebrando un gol en la remontada del año pasado frente al PSG en el Camp Nou. La instantánea estaba acompañada del lema God Save the King, aludiendo al himno británico y cambiando a la Reina por el '10' argentino. Y el rey blaugrana respondió de la mejor manera.

El argentino pudo dedicar el primer gol a su tercer hijo, Ciro Messi, a los 2 minutos y 8 segundos de juego, su gol más tempranero en la Champions y el quinto en ocho partidos en lo que va de campaña. Listo como siempre, el argentino intentó una pared con Dembélé pero fue Suárez quien se la dio y le permitió, con túnel y de primeras con la derecha, sorprender a Courtois.

Fue el gol número 99 de Messi en la Liga de Campeones y dio tranquilidad al equipo blaugrana. El Chelsea reaccionó muy bien a ese tanto en contra, estirando líneas y jugando muy cerca de la portería de Marc-André Ter Stegen, que anuló esta vez los disparos lejanos de Willian -autor del gol blue y de dos palos en la ida- o de Marcos Alonso, que tuvo las dos grandes ocasiones del Chelsea en la primera parte.

A diferencia del duelo en Stamford Bridge, el Barça estuvo acertado de cara a puerta y supo romper las líneas de un Chelsea más estirado, obligado a buscar la portería contraria y no sólo a golpe de contraataques. Los de Antonio Conte, por necesidad más que por voluntad, no daban la espalda a tener el balón y se toparon con un Barça que en ese sentido es mejor y que, superando algún mal momento, fue superior.

Así, en el minuto 20, otra gran jugada de fe de Messi al robar un balón a Cesc en el centro del campo para después driblar a Christensen y a Azpilicueta en velocidad, acabó en un pase milimétrico para la llegada de Ousmane Dembélé, cuyo trallazo se fue a la red pese a ser desviado ligeramente por Courtois. Primer gol en partido oficial del francés con el Barça, en una gran noche en la que se destapó.

Pese a una falta directa de Marcos Alonso que se estrelló en el palo, muy cerca de la cruceta, y que pudo cambiar todo, el Barça se fue 2-0 al descanso y en la reanudación estuvo cerca de repetir el guión de la primera parte. Luis Suárez, robando un mal pase de Courtois, regateó y disparó pero el belga arregló su error desviando el disparo del uruguayo, que evitó otro gol cantado a cabezazo de Paulinho en los minutos finales. Tampoco el Chelsea estuvo acertado, con un remate de cabeza de Rüdiger al palo.

El Chelsea se iba a por el 2-1 con ahínco y sin vigilar su espalda. El Barça vivió los diez primeros minutos de la reanudación con agonía, incómodo, atrapado en su área por el Chelsea. No acostumbra a jugar así, al toque y mirando claramente hacia arriba, el equipo de Conte pero el 2-0 no les dejaba otra opción y mostraron una versión asociativa más que interesante, con Hazard, Willian o Fàbregas al frente.

El paso del tiempo templó el partido, el Chelsea no pudo mantener su gran entrega física y tampoco tuvo ocasiones claras de gol. Andrés Iniesta, que fue titular pese a lesionarse hace diez días, pidió calma a sus jugadores antes de dejar su lugar en el campo a Paulinho. Poco después entró más músculo con André Gomes, y Messi acabó con el Chelsea con su segundo gol de la noche, el número 100 en Champions, y de nuevo cavando un túnel entre las piernas de Courtois.

La sinceridad y a la vez emoción con la que André Gomes explicó a la revista Panenka que estaba viviendo un pequeño infierno en el Barça al ver que no le salía en el campo el buen juego que él mismo se exige, aportando además que había llegado a sentir vergüenza al salir a la calle por ello, tuvo la mejor respuesta posible del Camp Nou; ovación a su entrada al campo y aplausos en sus acciones.

Lo pidieron tanto Sergio Busquets, al que reemplazó, como Ernesto Valverde en la previa; la mejor manera de contribuir a la mejora de un jugador es apoyándole y animándole. André Gomes no destacó en ataque pero cumplió con creces su papel en busca de noches mejores en las que poder sacar a la luz su fútbol. También Pedro, quien como Cesc volvía al Camp Nou, fue ovacionado.

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