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La directora del FMI que predica moderación salarial gana 2,2 millones en casi seis años

El organismo, al nombrar a Christine Lagarde, le exigió una conducta ética, pero la mantiene en el cargo pese a haber sido condenada en su país por “negligencia en la desviación de fondos públicos”.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una rueda de prensa en Washington, con motivo de la Asamblea Anual del organismo. AFP/Zach Gibson

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho suyo el refrán “consejos vendo que para mí no tengo”: lleva años predicando la moderación salarial, pero sus directivos no se la aplican. El caso más evidente es el de la responsable de la institución, Christine Lagarde, que se ha embolsado más de 2,2 millones de euros limpios de polvo y paja desde que llegó al cargo en julio de 2011.

La última proclama a favor de la moderación salarial, al menos por lo que se refiere a España, la ha lanzado el FMI esta misma semana. En su evaluación anual de la economía correspondiente a 2016, se deshace en elogios hacia la reforma laboral, que en su opinión ha impedido la destrucción de 900.000 empleos, pese a que introdujo mayores facilidades para el despido.

También propone profundizar en los factores de “flexibilidad” establecidos en la reforma, y específicamente en aquellos que contribuyan a la contención de los salarios. Para el FMI, punta de lanza de las políticas neoliberales desde hace tiempo, no es suficiente el 10% de poder adquisitivo que han perdido por término medio los trabajadores españoles durante la crisis.

Lo más llamativo es que ese consejo lo dé un organismo que no se caracteriza precisamente por la sobriedad con que retribuye a sus directivos. El sueldo de Lagarde supera los 350.000 euros anuales (casi cinco veces el del presidente del Gobierno español), a los que hay que añadir otros 65.000 para gastos personales derivados de su cargo y que ni siquiera necesita justificar.

El sueldo de Lagarde supera los 350.000 euros anualesmás otros 65.000 para gastos personales

Eso significa que en los cinco años y medio transcurridos desde su nombramiento, se ha embolsado más de 2,2 millones de euros. Y, además, con la particularidad de que están libres de impuestos, porque los directores gerentes del FMI no tributan ni en Estados Unidos, donde está la sede del organismo, ni en su país de origen, que en el caso de Lagarde es Francia.

Pero no sólo en el primer nivel de decisión del Fondo la retribución no es alta. Los subdirectores gerentes cobran alrededor de 300.000 euros al año y los directores ejecutivos, unos 180.000. Antes, su diferencia con el máximo responsable era menor, pero Lagarde decidió subirse el sueldo un 11% nada más tomar posesión, ampliando así la brecha con sus subordinados.

El acuerdo por el que se la nombró exigía que cumpliera con estándares de “conducta y ética” coherentes con los valores de “integridad, imparcialidad y discreción”. Sin embargo, se da la circunstancia, de que Lagarde fue condenada en diciembre por “negliencia en la desviación de fondos públicos” cuando era ministra en su país, pero el tribunal la dispensó de cumplir la pena.

No es el único director gerente que ha tenido problemas con la justicia. Su antecesor, Dominique Strauss-Kahn, dimitió en mayo de 2011 tras ser detenido bajo la acusación de agresión sexual, aunque finalmente se dio carpetazo al asunto. Rodrigo Rato, que lo precedió entre 2004 y 2007, tiene varias causas abiertas a raíz de su paso por la Presidencia de Bankia.

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