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La quiebra de Lehman Brothers Los seis conceptos que aprendimos con la gran crisis financiera

Formaron parte de una de las mayores crisis económicas tras el colapso de un sistema financiero que ya se había estado germinando antes de 2008 debido a una burbuja inmobiliaria que tuvo graves consecuencias.

Una imagen de archivo de una casa embargada en California. / REUTERS - ROBERT GALBRAITH

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Este 15 de septiembre se cumplen diez años desde la quiebra de Lehman Brothers, el gigante financiero estadounidense, que hizo tambalear el sistema económico debido a sus prácticas fraudulentas a través de las subprime o hipotecas basura. Los bancos de Estados Unidos la usaron para obtener beneficios con las hipotecas concedidas a personas con dificultades de solvencia pensando, erróneamente, que  esta práctica nunca fallaría. 

Una década después de la llegada de la crisis, los ciudadanos han interiorizado algunos conceptos debido a unos largos años llenos de incertidumbre económica. Palabras como subprime, activos tóxicos o mercado interbancario aparecían -y lo siguen haciendo en menor medida- en los telediarios de forma frecuente para intentar explicar la causa de aquel periodo de recesión y que afectó a miles de personas en todo el mundo.

Estos seis términos formaron parte de una de las mayores crisis económicas después de la Segunda Guerra Mundial tras el colapso de un sistema financiero, que ya se había estado germinando antes de aquel verano de 2008 debido a una burbuja inmobiliaria que tuvo graves consecuencias.

Burbuja inmobiliaria

El incremento excesivo de los bienes inmuebles provocados por la especulación del precio de la vivienda en Estados Unidos dio forma a la burbuja inmobiliaria. Esta hizo que los precios se alzaran de una forma que no era sostenible, modelándose una economía financiera que no tenía nada detrás. Cuando finalmente pinchó a finales de 2006 desató sus efectos efectos negativos en la economía del país, aunque por aquel entonces nadie se atrevía a alertar sobre la llegada de una posible recesión.

La falsa creencia de que el precio de la vivienda nunca iba a bajar fue el origen del problema ya que se utilizó en la estafa subprime o hipotecas basura. En esta se vieron involucrados numerosos actores como los bancos de inversión o las instituciones reguladoras estadounidenses.

Un cartel indica que una casa es propiedad del banco en California, en una imagen de archivo. / AFP - JUSTIN SULLIVAN

Un cartel indica que una casa es propiedad del banco en California, en una imagen de archivo. / AFP - JUSTIN SULLIVAN

Subprime o hipotecas basura

Las hipotecas subprime, o basura, afectaron a la gran mayoría de la población debido a los créditos que se concedían a pesar de que los beneficiarios presentaban un bajo nivel de solvencia. ¿Qué supuso la concesión de estos créditos? Las facilidades que ofrecieron los bancos para fomentar la compra a través de las hipotecas fue el principio de la caída de varios bancos como Lehman Brothers. Cuando la desconfianza se cernió en las oficinas de las entidades se cerró de cuajo el sistema de préstamo de dinero entre bancos, lo que más tarde incidió directamente en los ciudadanos y que tuvo consecuencias globales.

Los bonos de las viviendas de los principales bancos estadounidenses colocados en el mercado suponían una manera de obtener beneficios de forma rápida pero cuando empezó a decaer el valor de esas viviendas, y las personas endeudadas dejaron de abonar las cantidades correspondientes, este sistema empezó a mostrar fisuras.

Los fondos de alto riesgo del banco estadounidense Bear Stearns se vieron perjudicados por las inversiones especulativas en las hipotecas subprime. Un sistema que se creía seguro pero que llevó al sistema financiero a un estado de desconcierto e inestabilidad. La Reserva Federal tuvo que rescatar a Bear Stearns usando a la entidad JP Morgan Chase a modo de comprador, aunque las consecuencias de sus prácticas ya habían hecho mucho daño al sistema . Una maniobra que no se repitió con Lehman Brothers, que terminó quebrando y dejando un largo camino de dificultades y heridas.

Manifestantes en la sede de Bear Stearns protestan por la venta del banco de inversión respaldada por el Gobierno estadounidense. / AFP - CHRIS HONDROS

Manifestantes en la sede de Bear Stearns protestan por la venta del banco de inversión respaldada por el Gobierno estadounidense. / AFP - CHRIS HONDROS

“Esta no es simplemente otra crisis masiva de crédito, tan familiar en la historia del capitalismo, sino una nueva fase en el desarrollo de las contradicciones del sistema de capital monopolista-financiero”, escribieron en 2009 los profesores John Bellamy Foster y Fred Magdoff, autores de La Gran Crisis Financiera: Causas y Consecuencias.

Activos tóxicos

Las entidades financieras que llevaron a cabo la política de las hipotecas subprime se contagiaron por activos tóxicos, que presentaban una ‘mala calidad’ en sus balances. La base de estos activos era el elevado riesgo que corrían los bancos a la hora de recuperar el dinero que habían prestado.

Este sistema perjudicó a los bancos porque los activos tóxicos ocasionaron grandes pérdidas por la devaluación de su valor en un momento en el que reinaba la incertidumbre. Esa inquietud, sumada a los factores antes analizados, fueron los que incidieron en la crisis económica contagiosa que se estalló hace diez años.

Mercado interbancario

En este tipo de mercado los bancos se prestan dinero unos a otros para poder hacer frente a los requerimientos de liquidez de sus clientes. Cuando se sembró la desconfianza en la banca estadounidense debido rumores de un posible colapso dejaron de colaborar, haciendo que el sistema se hundiera de forma inminente.

Estos préstamos a corto plazo tienen un tipo de interés fijados por varios actores como el euríbor en la Unión Europea o la Federal funds rate en Estados Unidos, quienes fijan a diario un tipo de interés promedio. Un tipo de interés que incide de forma significativa en los créditos que los bancos conceden a los ciudadanos a la hora de realizar un préstamo hipotecario.

Tipos de interés cero

La Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo usaron los tipos de interés cero en el escenario financiero, años más tarde, para reactivar la economía tras las consecuencias que trajo consigo la crisis de 2008. Una inyección para aumentar la inflación, es decir, poner en marcha la máquina de fabricar dinero.

"El helicóptero de dinero", expresión acuñada por el Premio Nobel de Economía, Milton Friedman, en su libro The Optimum Quantity of Money and Other Essays (1969), no consiguió que el fantasma de la deflación se disipase.

La gran recesión

La semilla que se nutrió de todos estos factores dio una fruta podrida cuyas consecuencias se pagaron muy caro. La crisis económica de 2008, conocida como la gran recesión se caracterizó por la mala regulación de la banca por parte de los gobiernos, los elevados precios del sector inmobiliario alimentada por la especulación y su larga duración. Según el inversor y especulador, George Soros, en declaraciones a un medio austriaco en 2008, los políticos se dejaron guiar por el "fundamentalismo de mercado" y ya admitía que el mundo se estaba enfrentando a "la peor crisis financiera desde la Segunda Guerra Mundial". 

Una crisis, más importante desde el 'Crack del 29', que parecía que no iba a acabar por las grandes cicatrices que dejó en los países afectados, la mayoría desarrollados, que sufrieron fuertes caídas del PIB, rescates a la banca o miles de despidos y familias desahuciadas debido a la imposibilidad de hacer frente a aquellas hipotecas basura. 

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