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El club de las grandes fortunas en el mundo supera los 2.000 socios

El censo de multi-millonarios alcanza las 2.158 fortunas individuales. Un selecto club que ostenta un valor patrimonial conjunto de 8,9 billones de dólares. Más que las economías de Japón y Alemania (tercera y cuarta del mundo) juntas o casi la riqueza de sus cuatro seguidoras: Reino Unido, India, Francia y Brasil. De media, atesoran 4.100 millones de dólares per cápita. Sólo el 11% son mujeres.

Una mujer camina en la 27ª edición del Salón Internacional de Yates de Mónaco. / AFP - VALERY HACHE

DIEGO HERRANZ

La edición 2018 del estudio del banco de inversión UBS y Price Waterhouse Coopers (PwC) sobre grandes patrimonios mundiales arroja unos números que dejan pocas dudas de que el escenario de la post-crisis más grave desde el Crash de 1929 ha sido más que fructífero para las principales fortunas del planeta.

El estudio, en su quinta edición, habla de que al inicio de 2018 había en el mundo 2.158 personas con más de mil millones de dólares de riqueza individual, 1.979 más que al término de 2016, un 19% más.

En total, la acumulación de capital de este selecto club rebasó los 8,9 billones de dólares. Cifra que supone entre el 12,7% (suma del porcentaje del PIB alemán -5,9%- y del japonés -6,8%- en proporción a la economía global) y el 13,1% -que equivaldría a la suma de la actividad anual de Reino Unido, India, Francia y Brasil- de la totalidad de la riqueza que produce el planeta. Según datos del FMI del mismo ejercicio que analiza el estudio. Aunque de ellos, tan sólo un 11% son mujeres. También los ricos son un foco de desigualdad de género. O, dicho de otro modo. Las grandes fortunas contribuyen de forma decidida a la brecha entre hombres y mujeres del que acaba de hablar el último informe del World Economic Forum (WEF, la institución que organiza la cumbre de Davos) sobre igualdad, y que establece que deberán pasar más de dos siglos para lograr la equiparación económica y salarial entre ambos sexos y 108 años para reducir las diferencias sociales, políticas y educativas en el mundo.

Sus fortunas son fruto de 'start-ups' nacidas al calor del boom tecnológico de antes de la crisis de 2008 

No por casualidad, pues, los expertos de UBS y PwC denominan a este selecto club como el de los ultra-millonarios. De media, ostentan un patrimonio de 4.100 millones de dólares cada uno. China fue el país donde más creció el número de grandes fortunas. En concreto, un 39%, frente al 19% de Europa y el 12% de recientes multimillonarios en el continente americano. El estudio identifica a 332 ricos de nuevo cuño, surgidos a través de negocios innovadores. Es decir, que sus fortunas son fruto de start-ups nacidas al calor del boom tecnológico de antes de la crisis de 2008 y, sobre todo, tras el pistoletazo de salida de la revolución digital, la 4.0, en los ejercicios posteriores al credit-crunch de hace un decenio. Si bien una parte substancial -casi la mitad- es patrimonio heredado.

“En las últimas dos décadas, 3,4 billones de dólares han sido trasladados a la generación millennials” mediante donaciones o sucesiones de patriarcas familiares de alta alcurnia patrimonial. Aunque la nueva generación de propietarios de esa riqueza ha demostrado “un mayor dinamismo emprendedor”, con inversiones sostenidas y destinadas a la digitalización y que “han transformado el negocio familiar en familias de negocios”, dice Josef Stadler, director gerente de la Unidad de Altos Patrimonios Netos de UBS y responsable del estudio. El sustento patrimonial, obviamente, determina en gran medida el éxito de las carteras de inversión de cada fortuna individual. Además, por supuesto, de consolidar el cambio generacional en términos de riqueza. Sólo a lo largo de ese ejercicio, el número de herederos familiares que recibieron más de 1.000 millones de dólares fue de 44. El 56%, en América, el 28% entre familias europeas, del norte de África y de Oriente Próximo (el territorio EMEA) y el 16%, en el área APAC; es decir, en Asia. En total, obtuvieron 189.000 millones de dólares mediante testamentos.

La base patrimonial ha catapultado también las nuevas inversiones. Asegura el informe que el fervor inversor de quienes han heredado esas grandes fortunas ha impulsado operaciones de capital en los mercados en los siguientes doce meses a la adquisición de sus nuevas rentas. En más de una tercera parte de sus inversiones precedentes -un 38%, exactamente- en el caso de empresas familiares, y en casi la mitad -un 45%- si se atienden a carteras de capital individuales. En un 39% de las ocasiones, además, esas operaciones sirvieron para hacerse con el control de las empresas a las que habían dirigido sus tentáculos inversores mediante la adquisición de sus valores y acciones.

Invertir para perpetuar la riqueza

“El número de mil-millonarios se irá expandiendo, como siempre, por delante del dinamismo económico y beneficiándose de los riesgos a los que se enfrentará en el futuro la humanidad y las relaciones empresariales”. Así lo reconoce, primero, y lo atestigua, después, el informe de UBS y PwC. Del total de riqueza acumulada por este club de ultra-ricos, casi el 80% de las 40 carteras de inversión de mayor patrimonio que se colocaron en los mercados en 2017 se dirigieron a proyectos de innovación y el 70% de ellos, a negocios relacionados con las nuevas tecnologías. Ocho de cada diez, en América y la práctica totalidad, en EEUU. Este fenómeno está detrás del aumento, en 1,4 billones de dólares, de la riqueza que ganó este club en 2017. Hay otro dato que ilustra todavía más esta tesis. A lo largo de ese ejercicio, 199 firmas consideradas como vanguardia de la Cuarta Revolución Industrial, se convirtieron en unicornios. Es decir, con facturaciones superiores a los 1.000 millones de dólares anuales. Compañías que se aventuraron a operar entre los tres mundos de los negocios: el material, el digital y el biológico y que suponen “casi la tercera parte” de ellas, precisa Stadler: “especialmente, en grandes mercados asiáticos, en China, India e Indonesia”.

Por distribución geográfica, el informe señala a estos 19 países como los territorios que albergan el mayor número de multimillonarios.

16.- Tailandia. Con 30 grandes fortunas, un 43% más que en 2017.

15.- Suecia. El ranking los sitúa en 32, un 3% por encima respecto al año precedente.

14.- Taiwán-Japón. Con un 13% más, alcanza los 35 multimillonarios, empatado en número a Japón, aunque incrementa en menos, un 6%, su censo de ricos.

13.- Turquía-Suiza. Con 36 multimillonarios, un 24% más, en el caso turco y el mismo número, pero con un alza inferior, del 3%, en la nación helvética.

12.- Francia: 40 grandes fortunas, un 3% más.

11.- Brasil: 42 multimillonarios y un 5% más que en 2017.

10.- Italia-Australia: 43 personas con el estatus de ultra-ricos. Aunque para Australia supone un aumento del 26% y en el caso italiano, del 2%.

9.- Corea del Sur: 44 multimillonarios, un 16% más.

8.- Canadá: 46 grandes fortunas, un 28% por encima de su censo en 2017.

7.- Reino Unido. Alcanzó la cifra de los 54 ricos, con un alza del 2%.

6. Hong Kong: 67 multimillonarios, un 3% más.

5.- Rusia. Supera la centena: 101. Un 5% por encima del año precedente.

4.- India. Otro gran mercado emergente que alcanza los 119 multimillonarios, al registrar un aumento del 19%.

3.- Alemania. Con 123 ultra-ricos y un alza del 5%.

2.- China: 272 multimillonarios, un 5% más que en 2017.

1.- EEUU. Con un incremento del 4%, deja su registro en 585 grandes fortunas.

En España hay 29 mil-millonarios, cuatro más que en 2016

A España, el estudio registra 29 mil-millonarios, con cuatro nuevas riquezas respecto a 2016, si bien ninguno de la lista de este último ejercicio ha desaparecido. En total, atesoran una fortuna conjunta de 136.000 millones de dólares, más del 10% del PIB del país, lo que supone un 9% más que en el año precedente. El 48% de ellos son ricos de nuevo cuño. O lo que es lo mismo. No se han beneficiado de transferencia de patrimonios familiares expresas.

China, el gran semillero de ultra-ricos

La transformación económica de China ha sido la clave del espectacular repunte de nuevos ricos en la segunda potencia global. A un ritmo vertiginoso, de dos por semana. Aunque menos que el conjunto de Asia: más de tres semanales. Una velocidad que convertiría a esta región mundial en la de mayor renta acumulada del planeta al término del actual trienio. La irrupción de firmas chinas a la cabeza de las clasificaciones de tiburones bursátiles -las de mayor capitalización- de unicornios y de start-ups, ha posibilitado el gran salto de ultra-ricos en China, cuyo Ejecutivo ha anunciado rebajas fiscales para las rentas más altas del país. En 2006, apenas había 16 fortunas personales con más de mil millones de dólares. Shenzhen, el Silicon Valley de China, es el centro geográfico desde donde han emergido las grandes riquezas del gigante asiático. De donde han surgido hasta 89 nuevas firmas que, en 2017, alcanzaron el estatus de unicornios. Tres veces por encima de la cifra de EEUU.

Pero, además, China encabeza el crecimiento mundial de nuevas empresas. Al mando de las que se sitúan jóvenes emprendedores. Los millennials chinos son más ricos que los estadounidenses. En general, tienen hasta 20 posibilidades más de pagar una vivienda en propiedad. Trasladado a las grandes fortunas, esta generación, en China, se lleva la palma. Se han beneficiado más que ninguno de sus colegas internacionales de la fulgurante urbanización del país, de los índices de productividad, de los avances tecnológicos y de la revolución digital. También de la inclusión de la Inteligencia Artificial en áreas como la Sanidad o las Finanzas. Y, sobre todo, del cambio en el patrón de crecimiento del país. Una potencia que logra menores tasas de dinamismo, pero que se ha convertido en un paraíso de la demanda interna. El régimen de Pekín estimula el consumo de los hogares y la inversión de sus empresas y permite la instalación de productos de lujo para competir con sus vecinos asiáticos.

Un buen ejemplo de ello es Hong-Kong. Si hay un enclave con la consideración de alto standing, de residencia de las mayores riquezas del planeta, esa es la ciudad autónoma y principal centro financiera de China. Es el territorio con una concentración más elevada de personas de clase alta. En 2017, tenían registrados 93 multimillonarios con residencia oficial. Más que Nueva York, París o Tokio. No por casualidad, pues, es también la ciudad más cara del mundo. La carestía de sus inmuebles le ha llevado a liderar este ranking por octavo año consecutivo. Urbanizaciones de súper-lujo, como Peak, están entre las más caras del planeta. En sus límites geográficos hay 82 restaurantes con estrellas Michelín para apenas 7,4 millones de habitantes.

Entre sus vecinos ilustres destacan Li Ka-shing, en posesión de una riqueza de 29.300 millones de dólares, dueño de Hutchison Holdings, uno de los inversores más influyentes de Asia, o el fundador de Alibaba, Jack Ma, con un patrimonio superior a los 36.700 millones de dólares y que adquirió una mansión en Hong-Kong por 191 millones de dólares en 2015.

Diecinueve ultra-ricos, con sus 123.000 millones de dólares, residen en Deep Water Bay, la urbanización más exclusiva de Hong-Kong, que tiene 82 restaurantes con alguna estrella Michelín

El precio medio de una casa es de 1,28 millones de dólares. A no ser que seas residente oficial en el enclave y puedas acceder a un nano-apartamento de medio millón de dólares. Hong Kong es también la ciudad de las innovaciones en micro-viviendas. Deep Water Bay está considerado como el barrio más caro del planeta. Con accesos rápidos a tiendas de lujo y servicios de ocio de alta calidad. Un mercado dinámico gracias a la decena de consultoras inmobiliarias para grandes fortunas que han adquirido en pocos años la consideración de multinacionales en el sector. 19 de sus 54 ultra-ricos residen en esta parte de la bahía de Hong-Kong. Con sus 123.000 millones de dólares. Aunque Julius Baer, el banco de inversión suizo, le deja en un segundo lugar, después de Shanghai, como paraíso del gasto de las grandes fortunas. En algunos restaurantes el menú alcanza los 450 dólares. Por ejemplo, en el Caprice, restaurante francés en el barrio Four Seasons que está catalogado como “uno de los más glamurosos y elegantes del mundo”. Un cóctel tipo vale 25 dólares, pero si se consume una botella de Dom Pérignon Rosé el precio alcanza los 850 dólares. Un whisky Singleton de 21 años, 58 dólares. También tiene los clubs más exclusivos del continente, como el Aberdeen Marina Club, y se ha convertido en el reino de las carreras de caballos, superando a sus rivales de la Península Arábiga, Arabia Saudí, Kuwait y el resto de los emiratos incluidos. En la última temporada -2017-2018-, Hong-Kong concedió premios por un valor superior a los 15.800 millones de dólares. Mientras, lideraba las ventas de Ferrari y otras marcas automovilística de lujo, y los beneficios de firmas de moda y joyas.

Un año en compás de espera

Las perspectivas económicas para 2019 se han ensombrecido. Incluso se habla de que algo huele en los mercados que recuerda a 2007 -el ejercicio en el que se vislumbró las señales de la crisis de hace un decenio-, y que una nueva réplica de ese tsunami podría reaparecer el próximo año. Pero a las grandes fortunas le servirá como balón de oxígeno. A juzgar por el comportamiento de sus patrimonios en épocas de altas inestabilidades atmosféricas en los mercados. Tal y como constata un gráfico de UBS y PwC. Trampolines hacia su siguiente estación de riqueza.

Desarrollo patrimonial de multimillonarios por regiones entre 1995 y 2017. / UBS - PwC Billionaires 2018

Desarrollo patrimonial de multimillonarios por regiones entre 1995 y 2017. / UBS - PwC Billionaires 2018

Sin embargo, al cierre de 2018, y según estimaciones de Bloomberg, los ricos perdieron más de 511.000 millones de dólares. Aunque su radiografía se refiere sólo a las 500 mayores fortunas, que acumulan 4,7 billones de dólares, casi el PIB de Japón en dólares a precios de mercado. Jeff Bezos, presidente y fundador de Amazon, fue el gran inversor del año. Con un incremento de su patrimonio de 16.000 millones de dólares. Las tensiones comerciales globales, los riesgos de que la economía de EEUU entre en recesión y la caída de los mercados bursátiles están detrás del segundo retroceso anual del Bloomberg Billionaires Index desde su inauguración, en 2012 y que tuvo su máximo histórico en 2016, cuando sus integrantes registraron un capital de 5,6 billones.

El top-five de grandes fortunas con beneficios patrimoniales lo completan, además de Bezos, el director ejecutivo de Xiaomi, Lei Jun, que añadió a su cuenta bancaria 8.580 millones de dólares; Colin Huang, CEO de la firma de e-commerce china Pinduoduo, con 7.120 millones más; Tadashi Yanai, presidente de Fast Retailing, matriz de Uniqlo -5.920 millones- y Steve Ballmer, ex CEO de Microsoft y propietario de Los Ángeles Clippers (NBA), con 5.760 millones.

Por contra, el annus horribilis se lo llevó Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, que ha visto cómo su fortuna se recortó en 20.700 millones de dólares. Igual que el Amancio Ortega, fundador y el mayor accionista de Inditex, que perdió 16.700 millones por la caída de valor de las acciones del emporio textil; Georg Schaeffler, primera riqueza alemana, que registró un saldo negativo de 13.600 millones respecto a 2017; Wang Jianlin, jefe del Grupo Wanda, que se ha dejado nada menos que 10.900 millones, y Jorge Paulo Lemann, inversor global con presencia en firmas como la cervecera Anheuser-Busch InBev, la mayor productora de su sector, que vio cómo el mercado se quedó con 10.100 millones de su patrimonio.

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