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Mercado laboral La mitad de los asalariados trabaja sin la protección de un convenio

La precarización del empleo avanza imparable con un desplome en solo un año de casi un 19% del volumen de empleados que cuentan con el paraguas de los acuerdos colectivos, que ni siquiera alcanzan los 8,5 millones y cae a mínimos históricos

Un camarero en la terraza de un bar en el centro de Madrid. REUTERS/Susana Vera

La precariedad avanza sin piedad en el mercado laboral español, en el que casi la mitad de los trabajadores se ganan la vida ya sin contar con la protección de un convenio colectivo.

Los datos del Observatorio de la Negociación Colectiva del Ministerio de Empleo, reducen a 8,49 millones el número de trabajadores que tenían la protección de un convenio colectivo al cierre del año 2018, un registro que supone un retroceso histórico frente a los 10,376 millones de empleados del ejercicio anterior, con una caída del 18,1% en solo doce meses, y que se aleja casi un 30% de los casi doce millones de trabajadores cuyas relaciones laborales disponían de ese paraguas a principios de la década.

La cifra supone también la cota más baja de protección de la serie, ya que, con 16,4 millones de asalariados al cierre del tercer trimestre según la EPA, y una previsión de mejora para el cierre del año a la vista de la media de más de 19 millones de afiliados a la Seguridad Social (tres de ellos, autónomos), el paraguas afectaría únicamente al 51,6% de los empleados., muy lejos de las cotas de en torno al 70% que se registraban hasta 2014.

La estadística del Ministerio de Empleo refleja también un descenso acusado del número de convenios firmados a lo largo del año, con solo 3.480 registrados frente a los más de 5.000 de toda la serie (casi 6.000 en 2008) con la excepción del periodo 2011-2013, cuando no alcanzaron los 4.600.

“Hay un avance de la precarización”

“Hay un avance de la precarización que viene determinado por la reforma laboral”, señala Desiderio Martín, director de la Escuela de Formación de CGT, que atribuye la caída a “la eliminación de la cláusula de ultraactividad, que hace que si al cabo de un año no se ha renovado el convenio, la empresa pasa al de sector si lo hay, y si no al Estatuto de los Trabajadores. A partir de ahí, y de la modificación que permite a la empresa cambiar las condiciones de trabajo unilateralmente alegando causas técnicas, económicas u organizativas, el contrapoder obrero y sindical ha decaído”.

“La reforma laboral vino a decir que la vigencia del convenio desaparece como un acuerdo necesario, con lo que ya no estamos en una relación de equilibrio de fuerzas”, explica Martín, para quien “esa desprotección está llevando a una precarización integral de las condiciones de trabajo con la que la rentabilidad se dispara por la devaluación de los costes laborales”.

Antonio González, de la Secretaría de Empleo de UGT, pone en cuarentena esos datos. “La negociación colectiva estuvo retenida mucho tiempo el año pasado, y muchas negociaciones, que tendrán efectos retroactivos, no están cerradas”, indica, lo que modificará al alza esos registros pasados unos meses, conforme se vaya llegando a acuerdos y registrándolos.

“No hay ninguna razón conocida que explicara un desplome de esa magnitud en la negociación colectiva”, anota. No obstante, al mismo tiempo apunta que en la caída del número de trabajadores protegidos por convenios influye la pérdida de empleo generalizada desde la crisis, cuyos niveles previos de ocupación siguen lejos de recuperarse en el mercado laboral español.

Ignorando el acuerdo entre patronales y sindicatos

Por otro lado, las mesas entre comités y empresas no están siguiendo las indicaciones del Acuerdo de Negociación Colectiva que cerraron a finales de junio CEOE, Cepyme, UGT y CCOO, y que recomendaba subidas salariales de en torno al 2% más otro 1% variable en función de conceptos como la productividad, los beneficios o la reducción del absentismo.

En este sentido, resulta reveladora la diferencia entre las revisiones salariales que se dan en las negociaciones en los grupos empresariales, que se queda en el 1,1% (tres décimas menos que en 2017), y las de los convenios sectoriales de ámbito geográfico, que oscilan entre el 1,6% de los nacionales y el 1,9% de los autonómicos.

El boletín sitúa en el 2% la subida salarial media incluida en los convenios firmados a lo largo del año, si bien esta cae al 1,7% por el arrastre de los acuerdos cerrados antes pero con efectos en 2018, que fue del 1,6%.

En 2018 ha habido una negociación muy dura pese a haber un acuerdo de ámbito estatal que recomendaba subidas por encima del 2%”, explica González, que añade que “muchos convenios han llegado solo al 2% o se han quedado por debajo”.

Crece la productividad, baja el coste laboral

Martín achaca esa situación al cambio de las reglas del juego con la reforma laboral: “la gente se ve obligada a firmar convenios a la baja, en los que caen los sueldos y se modifican las categorías y las jornadas. Ha habido una devaluación salarial y laboral masiva con esa herramienta desreguladora, y los puestos fijos bien remunerados se han ido sustituyendo por otros temporales de menor coste”.

Los datos del Ministerio de Trabajo avalan los planteamientos de los sindicalistas en aspectos como la jornada de trabajo, que el año pasado repuntó de nuevo para situarse en 1.745,3 horas anuales (37,9 semanales) después de tres años de reducción.

Mientras tanto, la productividad y el coste laborales siguen tendencias tan contrarias como congruentes: la primera encadena seis años de ascenso para sumar un aumento del 2,7% mientras el segundo alterna congelaciones y retrocesos para alcanzar una caída del 2,9%.

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