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Cotizaciones y pensiones se acercan de nuevo al punto de equilibrio

El desfase entre enero y agosto se situó por debajo de los mil millones de euros por primera vez desde de 2012.

El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, en una rueda de prensa para informar sobre los datos de paro y de afiliación. MINISTERIO DE TRABAJO

VICENTE CLAVERO

La Seguridad Social recaudó 81.271 millones de euros por cotizaciones en los ocho primeros meses del año. Durante el mismo periodo, los gastos en pensiones ascendieron a 82.066 millones. Se produjo, por tanto, un desfase inferior a mil millones de euros, cosa que no ocurría desde agosto de 2012.

Ese año, primero de Mariano Rajoy en la Moncloa, el saldo entre ingresos por cotizaciones y gastos en pensiones fue negativo en poco más de 500 millones (65.700, frente a 66.218). A partir de entonces, las cuentas de la Seguridad Social empeoraron súbitamente, y en 2013 el agujero superó los 5.000 millones de euros.

Fueron los años en que se manifestaron con mayor intensidad los efectos de la reforma laboral del febrero de 2012, que tuvo consecuencias devastadoras sobre el empleo. Las empresas aprovecharon las facilidades que la nueva normativa les daba para ajustar sus plantillas en plena crisis y se perdieron más de 800.000 puestos de trabajo.

A partir de 2014, la brecha fue estrechándose, siempre tomando como referencia los datos sobre ejecución presupuestaria que facilita la Seguridad Social para el periodo enero-agosto de cada año. Pero cuando Pedro Sánchez de hizo cargo del Gobierno, tras la moción de censura, era todavía de casi 2.300 millones.

En agosto de 2019, el punto de equilibrio entre ingresos por cotizaciones y gasto en pensiones se quedó a tiro de 795 millones de euros, la cifra más baja en ocho años y también desde que la diferencia entre ambas partidas cambió de signo. Hasta 2011, la recaudación había sido superior, pese al desplome de la economía en 2008.

Lo que ocurrió después fue el resultado de la destrucción de empleo y de las políticas aplicadas por el PP para frenarla a base de bonificar las cotizaciones empresariales. Todo ello produjo tal impacto en las cuentas de la Seguridad Social que el Gobierno echó mano del Fondo de Reserva, conocido como la hucha de las pensiones, hasta dejarlo casi a cero.

Si no llegó a tanto fue porque ni antes el Gobierno de Rajoy ni después el de Sánchez han querido asumir el coste político de vaciar la hucha de las pensiones, que guardará a finales de este año, según las previsiones oficiales, apenas 1.350 millones de euros, de los 66.800 millones que llegó a tener en 2011.

Para pagar puntualmente las pensiones sin acabar con el Fondo de Reserva, la Seguridad Social ha ido pidiendo préstamos al Estado, al que deberá a 31 de diciembre más de 56.000 millones de euros, si se cumple lo recogido en el proyecto de Presupuestos Generales para 2019, que no consiguió el apoyo del Congreso.

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