El consejo de administración de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (más conocida como el banco malo, y por su acrónimo, Sareb) ha aprobado por unanimidad el nombramiento como presidente de Javier García del Río, tras una junta en la que allanará el camino para que el Estado tome el control de la compañía.

El nuevo presidente del banco malo, creado en 2012 para dar salida a los activos inmobiliarios de la banca rescatada, sustituye a Jaime Echegoyen tras su renuncia tras siete años en el cargo.

Antes del consejo de administración, también se reunía este miércoles la junta general de accionistas de la Sareb para aprobar las cuentas de 2020, el informe de gestión y de remuneraciones del consejo y la conversión de 1.430 millones de deuda subordinada en capital.

Es dinero sirvió para cubrir parte de las pérdidas de 2020, que ascendieron a 1.073 millones, con lo que los recursos propios de la compañía a cierre de 2020 eran de un capital de 587 millones.

Previsiblemente ese capital se consumirá a lo largo de 2021, lo que resulta clave para que el Estado pueda hacerse con el 100 % de la Sareb sin tener que pagar al resto de accionistas, entre los que están el Banco Santander, CaixaBank, Sabadell y Bankinter.

Durante su intervención en la junta, el presidente saliente, Jaime Echegoyen, agradeció a los accionistas el apoyo que han brindado a la compañía a lo largo de los siete años en los que ha estado al frente de la Sareb.

Hace ahora tres semanas, Echegoyen anunció su deseo de renunciar a la presidencia de la Sareb "por motivos personales", noticia que llegó en la misma semana en la que se publicó que el Gobierno buscaba la fórmula legal idónea para tomar el control del 100% del banco malo, después de incluir su deuda en las cuentas públicas.

En su reunión de este miércoles, el máximo órgano de gobierno de la Sareb ha aprobado también la designación de KPMG como auditor de cuentas desde 2022 al 2024.