La expansión de la economía española fue más lenta de lo esperado en el tercer trimestre, según datos preliminares publicados el viernes, lo que aumenta la preocupación por la senda de la recuperación tras un segundo trimestre débil, en un contexto de inquietud por el fantasma de la inflación.

La recaída del consumo de las familias lastró el crecimiento económico en el tercer trimestre del año que avanzó un 2 % respecto al periodo precedente (por encima del 1,1 % registrado en el segundo trimestre), apoyado en buen comportamiento de la inversión y las exportaciones, según los  datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE). En comparación con el año pasado, la economía crece un 2,7% (frente al 17,5% del periodo precedente).

Los datos publicados entre viernes por el INE podrían verse modificado el próximo 23 de diciembre (tal y como sucedió con los datos del trimestre anterior que se corrigieron en septiembre a la baja al 1,1%, menos de la mitad de su estimación inicial), debido a que la mayoría de indicadores coyunturales recogidos son de julio y agosto, aunque se han añadido datos adelantados de septiembre.

Entre julio y septiembre, la demanda nacional (consumo e inversión) sumó solo 0,2 puntos al avance del PIB, debido a la caída del 0,5 % del gasto de los hogares, que el trimestre anterior crecía un 4,7%. Esta caída del consumo privado respondería a la elevada inflación y a la activación del ahorro por precaución. Por su parte, repuntó y creció un 2%.

Mientras, la demanda externa aportó 1,8 puntos al crecimiento trimestral del PIB porque las exportaciones se dispararon un 6,4%, mientras que las importaciones moderaron su crecimiento al 0,7%.

El aumento de la inflación, que alcanzó en octubre su nivel más alto en 30 años debido a la subida de los costes de la energía, ha sembrado más dudas sobre la velocidad y la magnitud de la recuperación de España tras la histórica caída del 10,8% del año pasado.

Sin embargo, el Gobierno ha mantenido sus previsiones alcistas de volver a los niveles de PIB anteriores a la pandemia para finales de año y prevé un crecimiento anual del 6,5% en 2021, seguido de uno aún mayor en 2022, del 7%.

Sin embargo, los analistas creen que los datos del INE confirman la necesidad de revisar a la baja el cuadro macroeconómico del Gobierno.

Para el director de Inversiones de ATL Capital, Ignacio Cantos, el dato del PIB, junto al de la inflación conocido ayer, hace necesario revisar las previsiones de crecimiento para 2021 y 2022: "Casi es matemáticamente imposible cumplir las previsiones del Gobierno. Tendríamos que tener un cuatro trimestre prácticamente exponencial", ha señalado en declaraciones Efe.
Instituciones y organismos ya han revisado sus estimaciones parfa 2021: Funcas la ha rebajado al 5,1%, BBVA Research al 5,2%, la AIReF al 5,5%, y el Banco de España ha avisado de que la revisará "significativamente" a la baja.