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Precariedad Más de un mes en huelga de hambre por una renta básica en Andalucía

El activista y presidente del colectivo Renta Básica en Andalucía, Paco Vega, inicia una movilización pacífica para que se aplique el artículo 23.2 del Estatuto de Autonomía que garantizaría el fin de la precariedad de la población más vulnerable en la comunidad. 

Paco Vega reivindicando la renta básica

María Serrano velázquez

“Andalucía está a la cola de la Unión Europea en pobreza infantil y paro laboral”. Paco Vega lleva 37 días reivindicando un derecho básico en la que reconoce, con datos fehacientes, es la comunidad con mayor riesgo de exclusión social del viejo continente. “Una de cada tres familias andaluzas tiene una sola comida caliente al día y ha sido el Defensor del Pueblo Andaluz quien ha obligado a Susana Díaz a que no se cierren los comedores escolares en verano para que los niños mantengan su dieta diaria”.

Vega no es sólo un activista social que pone de relieve una cuestión básica, el alto índice de pobreza en la comunidad. También aspira a conseguir que se ponga en marcha la primera ley de renta básica andaluza, recogida en el artículo 23.2 del Estatuto de Autonomía, aprobado hace una década.

Jesús Maeztu, Defensor del Pueblo en Andalucía, ya alertaría en su último informe anual que “la realidad es que la pobreza está presente en buena parte de la población”. Las cifras hablan por sí solas de la absoluta desigualdad. Un 43,2% de andaluces viven bajo este riesgo, lo que equivale a 3.620.684 personas, según un informe de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A). Un 12,8% se encontrarían en pobreza extrema. 

“Hemos insistido mucho en tener un encuentro con Susana  Díaz con cinco escritos"

Maeztu aclara que se trata de un sector de la “población que sobrevive con ingresos inferiores a 332 euros mensuales por unidad de consumo”. Otro millón de personas duerme en las calles sin hospedaje social al que acogerse.

Ante este desolador panorama, Vega inicio su tercera huelga de hambre el pasado 10 de octubre para pedir cuentas a la Junta de Andalucía y el Gobierno central. La primera huelga la pondría en marcha hace justo un año. “En noviembre de 2016 se cumplía diez años de la aprobación del Estatuto. En el artículo 23 se habla de la garantía de una renta básica usando un concepto muy importante como es la dignidad del ser humano para percibir esta ayuda”, afirma a Público.

Paco Vega tiene en la actualidad 65 años y ha estado en los servicios sociales del ayuntamiento de Málaga lidiando como trabajador con familias en las situaciones muy desfavorecidas e hijos a su cargo. “Estoy cansado de ver en los contenedores a gente buscando comida o las colas interminables en el comedor social de Santo Domingo aquí en Málaga”, aclara a Público.

Sin posibilidades de conseguir un acuerdo político

El inicio de la primera huelga de hambre el pasado mes de noviembre y su continuación en el mes de marzo del presente año permitieron a Vega entrar en contacto con altos cargos de la Junta de Andalucía para hablar de la lejanía del Gobierno andaluz con esta “insoportable” situación.

“Durante la segunda huelga llegué a los 29 días sin probar bocado. Ya en abril del 2016, tuve dos reuniones con la Consejera de Igualdad, Mª José Sánchez Rubio, otras dos con el Viceconsejero, Manuel Martínez Domene, y tres con personal técnico de la Consejería”.

La reivindicación de Vega era clara: incluir una partida en los presupuestos de la Junta para 2018, además de iniciar el marco de la ley de renta básica andaluza.

Sin embargo, las negociaciones se paralizaron en el mes de julio, sin ser retomadas hasta la fecha. “Hemos insistido mucho en tener un encuentro con Susana con cinco escritos".

El último fechado el 14 de noviembre. Solo me dicen, desde su gabinete, que la agenda de la presidenta no tiene 24 horas al día y que no puede atendernos”.

La cruda historia de Demetrio

Paco Vega ha tenido en esta tercera huelga un compañero de lucha desde la vecina ciudad de Granada. Demetrio Cano, de 52 años de edad, se ha sumado al colectivo renta básica para pedir por sus derechos.

“Conocí a Vega en un encuentro de colectivos sociales en mi ciudad y desde ahí mi lucha ha sido muy cercana al ser una de las víctimas de este proceso”, destaca a Público.

Demetrio trabajó hasta 2012 como enlace sindical para Comisiones Obreras. La crisis lo dejó en aquella fecha en una grave encrucijada. “Sin posibilidades de encontrar otro trabajo por cuenta ajena”, afirma el afectado. Después de cinco años, Demetrio cobraría el paro veinticuatro meses, emprendiendo proyectos personales con una empresa que hasta el momento no le ha permitido vivir de su trabajo. “Cuando se acaban las ayudas y tu edad no te permite entrar al mercado laboral lo tienes cada vez más difícil”, apunta el afectado.

Demetrio Cano y Paco Vega, en huelga de hambre por una renta básica en Andalucía

Demetrio Cano y Paco Vega, en huelga de hambre por una renta básica en Andalucía

Demetrio vive en una vivienda, propiedad de su madre y de su tío en el barrio del Albayzín. “Vivo sin electricidad y la vivienda tiene una orden de derribo para los próximos cinco años. Es difícil mantener los alimentos, sobre todo con la calor que hace en Andalucía la mayor parte del año”. Este granadino ha permanecido 34 días en huelga en el centro social La Ribera.

Paco lleva ya 37 días sin probar alimento frente a la Subdelegación del Gobierno. “La presión que estamos haciendo se está haciendo cada vez más visible. Nos queda llegar a esa parte de la sociedad, la que lo está pasando mal. Es un colectivo desmovilizado y veces muy apático por el sufrimiento que tiene encima”.

La reivindicación de una renta básica de 654 euros

Vega apuesta por una renta de 654 euros al mes para las personas que no tienen ingresos suficientes para tener una vida digna. El dato ha sido analizado a través de un estudio firmado por Daniel Raventós del colectivo Renta Básica a nivel nacional. Vega apunta que “esta cuantía es la que se estipula en Europa para no morir de hambre y cubrir lo más básico, y nos parece un dinero justo”, destaca.

Sobre la actual renta mínima de inserción que la Junta tiene vigente, 415 euros, Vega señala la “falsa esperanza” que crea a las familias. “Se cobra solo durante seis meses, hay que ir a reuniones con los trabajadores sociales para que estudien tus condiciones y a lo mejor tardas casi dos meses en cobrarlas”.

Además aclara la falacia que supone el término “inserción” en este tipo de ayudas monetarias. “Creen que las familias pueden reponerse que esta ayuda es solo para salir adelante unos meses. No entiende que la mayoría son parados de larga duración, con escasa formación y competitividad en el mercado. Con ese dinero siguen siendo pobres”. La cifra aprobada por la Junta no permite vivir “ni en los mínimos umbrales de la pobreza”.

"No hay que estar viviendo esta realidad en primera persona. “Somos todos ciudadanos”

Vega ya formularía esta preguntas en las escasas reuniones que tuvo frente a los políticos. ¿Quién puede vivir con esa cantidad?. Ante tal cuestión muchos de ellos hablaron del “esfuerzo de las administraciones sin tomar conciencia de la problemática real del problema” apunta Vega.

Además hablaron de la “necesidad de una renta básica”, aunque tres meses después acabaron con las negociaciones de esta futura ley. “¿Quién dice que no puede llevar a cabo? El gobierno ha aplicado el artículo 155 en pocos días para Catalunya. La Junta también puede luchar por medidas urgentes contra la pobreza en su comunidad”.

La rutina diaria de Paco Vega en su lucha constante contra la exclusión social se vio amenazada en el día de ayer con el ingreso durante unas horas en el Hospital Civil. “Me revisaron para ver que no había perdido todas las fuerzas pero hoy seguimos reivindicando y haciendo presión que es lo que los andaluces necesitamos”. Cuando hablamos con Vega de su situación personal frente a la lucha aclara que “es uno de los afortunados con una pensión bastante digna”.

Sin embargo sentencia que “la lucha a favor de estos colectivos” empieza por uno mismo. No hay que estar viviendo esta realidad en primera persona. “Somos todos ciudadanos”, concluye Paco a Público.

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