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Intento de atentado contra Sánchez El francotirador era simpatizante del Frente Identitario, una organización ligada a grupos ultraderechistas y nazis europeos

Manuel Murillo, el presunto terrorista que quería asesinar al presidente del Gobierno por sacar a Franco del Valle de los Caídos, era simpatizante desde hace meses del partido “Recuperemos España: Frente Nacional Identitario”, que lidera el exmilitar Juan Alberto Pérez Molina. Miembros de esta organización se reunieron en varias ocasiones con el francotirador.

A la izquierda, nazis de Svoboda manifestándose en Kiev. En el centro, el líder del Frente Nacional Identitario (del que era simpatizante el francotirador), manifestándose por la unidad de España en Barcelona. A la derecha, paramilitares del grupo nazi ucraniano Batallón Azov. / ARCHIVO

“El vigilante de seguridad Manuel Murillo Sánchez, de 62 años, que anunció su intención de asesinar al presidente del Gobierno, era simpatizante, pero no afiliado, de Recuperemos España-Frente Nacional Identitario (REFNI) desde hacía varios meses, y se reunía con miembros de nuestro partido periódicamente”, afirma José Alberto Pérez Molina, exmilitar y presidente de esta organización, en declaraciones a la agencia AIP para el diario Público.

Este partido identitario españolista forma parte del bloque ultraderechista que participa en las movilizaciones anti independentistas de Sociedad Civil Catalana, Tabarnia, Jusapol y en las que convoca el empresario catalán residente en Suiza José Manuel Opazo. Pérez Molina afirma que “al conocer la noticia de la detención del francotirador por parte de los Mossos, varios coordinadores y militantes del partido me informaron que este Murillo había estado participando en reuniones de la organización, que suelen tener lugar en un bar de Terrassa, e incluso me comentaron que existen algunas fotografías de esas reuniones. Mi gente me informó con la intención de que estuviéramos prevenidos por si trascendía esta información y nos pudieran atacar por ello”.

El presidente de FNI, José Alberto Pérez Molina (de negro y con casco templario), junto a miembros de JUSAPOL en una manifestación en Barcelona.

El presidente de FNI, José Alberto Pérez Molina (de negro y con casco templario), junto a miembros de JUSAPOL en una manifestación en Barcelona. / Web REFNI

Según el líder del Frente Nacional Identitario, el vigilante de seguridad “estuvo participando en las reuniones de Terrassa desde hacía varios meses, insisto, no como militante porque no pagaba cuota, sino como simpatizante, que asistía a las reuniones ya con la organización legalizada”, que coincidían en el tiempo con la mayor actividad del independentismo y las acciones judiciales tomadas contra sus líderes.

Según los datos del Ministerio del Interior, la organización que lidera Jose Alberto Pérez Molina, fue inscrita en el registro de partidos el 3 de marzo del presente año 2018, con sede precisamente en la ciudad de Terrassa, si bien la actividad política del partido previa a la legalización se remonta a las fechas posteriores al referéndum de Cataluña del 1 de octubre de 2017.

El líder del Frente Nacional Identitario, con casco templario, junto a simpatizantes durante la manifestación del 12-O en Barcelona.

El líder del Frente Nacional Identitario, con casco templario, junto a simpatizantes durante la manifestación del 12-O en Barcelona./ Web REFNI

Así, la última reunión a la que asiste el vigilante de seguridad, según Jose Alberto Pérez —del que ya sabían que el sexagenario era un amante y coleccionistas de armas— “se produce, antes de la manifestación del 12 de octubre, porque la reunión era precisamente para hablar y preparar nuestra participación en esa manifestación, y que coincidió más o menos con el anuncio del Gobierno socialista de proceder a ejecutar la exhumación de Franco”.

Según el líder ultra, cuando el francotirador, hijo del falangista Manuel Murillo Iglesias —último alcalde franquista de la localidad catalana de Rubí entre los años 1962 y 1977— “se reunía con mi gente sacaba el tema de Franco como asunto recurrente, aunque para nosotros no era un tema que fuera de interés. De hecho —dice el presidente de FNI— nosotros no hemos apoyado las visitas al Valle de los Caídos porque no somos franquistas y prohibí expresamente a mi gente que acudieran al Valle con los logotipos de nuestro partido. Cuando murió Franco yo no había nacido, tengo 41 años, y no perdemos el tiempo en eso”.

El chat en el que participaba el francotirador no era exclusivo de VOX; era abierto e incluía a simpatizantes de derecha y ultraderecha

Pero sin duda, la confirmación de que existía la voluntad firme por parte del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de sacar a Franco del Valle de los Caídos, es la razón que activa al vigilante de seguridad Manuel Murillo para buscar aliados en todos los frentes, principalmente en los bares que frecuentaban policías cerca de su domicilio en la calle del Doctor Pearson de Terrassa, como en las reuniones del partido con el que simpatizaba, y en el grupo de Whatsapp ultra del que formaba parte.

Lejos de lo que se ha publicado, ese chat no era exclusivo de VOX, aunque lo administrara una joven dirigente del partido en la comarca del Vallés, sino que era abierto y en el mismo participaba gente diversa de la derecha y la ultraderecha, incluso del propio Frente Nacional Identitario como reconoce su líder. En todo caso, para acceder al grupo de Whatsapp es imprescindible ser aceptado por el administrador del grupo, por iniciativa propia o por sugerencia de algún miembro.

Precisamente esta era la única vía de comunicación interactiva digital que el francotirador manejaba con soltura, ya que reconocía carecer de pericia para moverse por Internet. De hecho, las limitaciones de manejo de la red y sus herramientas le llevaron a pedir ayuda a “algún periodista” en el grupo de Whatsapp para que le facilitara, precisamente, la agenda diaria del presidente del Gobierno y poder planificar su asesinato.

Las amistades peligrosas del templario

Hay que reconocer que Jose Alberto Pérez Molina es un personaje peculiar. Activo participante de las manifestaciones unionistas en Cataluña, en las que participa junto a su partido, siempre lo hace disfrazado de Caballero Templario, sustituyendo la Cruz Templaria o Cruz Patada en el pecho por la runa nazi Wolfsangel, (una N y en medio una I), que identifica a los autodenominados Nacional Identitarios, y portando el casco medieval de la Orden que le hace de todo punto irreconocible.

No obstante, el exmilitar residente en Terrassa asegura que su partido es solo “nacional identitario español” y que no es ni fascista ni de ultraderecha, pero cuando se analiza el perfil de sus aliados políticos en Europa los resultados dicen otra cosa.

El partido de Perez Molina, “Recuperemos España: Frente Nacional Identitario” es socio europeo de los ultraderechistas italianos de La Liga, que lidera el actual vicepresidente italiano, Matteo Salvini; de los ultra católicos del Prawo i Sprawiedliwość (PiS), (Libertad y Justicia) que gobierna Polonia, que trabajan incansablemente para recortar derechos sociales conquistados como la libertad de expresión, la libertad de prensa y la independencia judicial y también son aliados de las organizaciones ucranianas Svoboda (Libertad) y de los paramilitares del Batallón Azov, ambas de ideología nacional-socialista.

Incluso con estas dos organizaciones de Ucrania el Frente Nacional Identitario español comparte el símbolo nacional socialista del Wolfsangel, y como reconoce el presidente del FNI, algunos miembros de Svoboda y Azov, que también tienen residencia en España, militan en su organización.

El Frente Nacional Identitario español comparte el símbolo nacional socialista del Wolfsangel.

El Frente Nacional Identitario español comparte el símbolo nacional socialista del Wolfsangel. / ARCHIVO

Precisamente, Batallón Azov tiene carácter de organización paramilitar armada y desde 2014 está integrada como unidad de intervención del Ministerio de Asuntos Interiores de Ucrania. De hecho, oficiales del ejército de Israel los instruyen en manejo de armamento y los gastos que genera esta unidad, compuesta por 800 hombres, son sufragados por el oligarca ucraniano con pasaportes chipriota e israelí Igor Kolomoisky, a la sazón propietario de la red eléctrica del país.

El Batallón Azov, socio del Frente Nacional Identitario español, es nada menos que una organización abiertamente nacional socialista, que participó junto a miembros del partido “Pravy Sektor” (Sector Derecho) en la terrible matanza perpetrada el 2 de mayo de 2014, durante el asalto a la Casa de los Sindicatos de Odessa, y que también participa en matanzas de población civil y atentados que se suceden en el Donbass antifascista pro ruso.


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