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La ciudad de Madaya, cercada por el régimen sirio, se muere de hambre

Las ONG denuncian la muerte de decenas de personas por la falta de alimentos, agua y medicinas por el bloqueo de las tropas de Damasco y sus aliados. "La gente se está comiendo las hojas de los árboles".

Una fotografía sin fecha tomada en Madaya y distribuida por las redes sociales. REUTERS

AGENCIAS

La ciudad siria de Madaya, cercada y asediada por las tropas del régimen de Bachar al Asad y del grupo chií libanés Hizbulá desde el pasado julio, se muere de hambre. 

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos al menos 23 personas han fallecido en este periodo por la desnutrición o la explosión de minas plantadas en Madaya y sus alrededores, o por el disparo de francotiradores cuando intentaban conseguir comida o recolectar cualquier alimento en los campos.

En la localidad de 40.000 habitantes hay 1.200 enfermos crónicos, además de 300 menores que sufren desnutrición y otras enfermedades debido a la gran escasez de alimentos, agua y medicamentos, por el bloqueo de las tropas de Damasco y sus aliados.

El activista sirio Nasir Ibrahim aseguró desde el interior de esta localidad que la gente se está comiendo las hojas de los árboles. Ibrahim señaló que los más afortunados compran arroz con el dinero que les mandan sus familiares desde el exterior en los puestos de control gubernamentales que hay en las afueras de Madaya, situada a las afueras de Damasco.

Según este activista, el kilogramo de arroz puede alcanzar los 200 dólares en esos puntos y la leche en polvo es casi un bien de lujo por el que se pagan unos 400 dólares.

Aunque la nieve del invierno les está proporcionando agua, las bajas temperaturas no ayudan. Dentro de la población, los civiles aguantan lo mejor que pueden ya que no hay combustible para alimentar las estufas y los vecinos tratan de calentarse quemando las maderas que encuentran.

Las medicinas también escasean: tan solo queda un hospital de campaña "con muy poco instrumental y recursos", apuntó la fuente.

Ayuda humanitaria de la ONU

Tras la presión recibida, el Gobierno sirio aprobó ayer la entrada de ayuda humanitaria de la ONU a Madaya, donde según el organismo internacional hay unas 42.000 personas atrapadas que corren el riesgo de morir de hambre.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció en un comunicado la situación y subrayó que desde el último reparto de comida el pasado 18 de octubre el cerco se ha estrechado. Según la ONG unas 23 personas han muerto de hambre, seis de ellas bebés de menos de un año, en el centro sanitario que recibe apoyo de esta organización desde el pasado 1 de diciembre.

En la nota, MSF instó a la entrega inmediata de medicinas y la evacuación urgente de los enfermos.

Fotografía tomada en Madaya y difundida a través de internet. REUTERS

Fotografía tomada en Madaya y difundida a través de internet. REUTERS


La ONG Save the Children también se ha sumado a los llamamientos de ayuda para Madaya y advirtió de que "más menores morirán en los próximos días y semanas a menos que sea repartida de inmediato en la ciudad asistencia vital como medicinas, carburantes y comida".

En un comunicado, este grupo elevó a 31 el número de fallecidos en esa población por malnutrición en diciembre, de acuerdo a las informaciones de trabajadores humanitarios sobre el terreno.

Además, destacó que la escasez ha ocasionado un importante aumento de los precios de alimentos básicos, como el arroz, el azúcar y el bulgur (grano de trigo partido), que han alcanzado "niveles astronómicos".

Puso como ejemplo que el kilogramo de bulgur cuesta 280 dólares y recordó que la gente también lucha por sobrevivir a las bajas temperaturas sin electricidad y sin combustible.

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