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Rusia advierte del peligro de
"una nueva guerra fría"

El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, reconoce que las relaciones con Estados Unidos y sus aliados han empeorado en los últimos años y critica la actitud "hostil" de la OTAN.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov en una conferencia de prensa tras la reunión del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG) en Munich. EFE

AGENCIAS

MÚNICH. - El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, ha reconocido que la relación con Estados Unidos y sus aliados ha empeorado en los últimos años hasta el punto de que se puede hablar de "una nueva Guerra Fría".

Medvedev ha subrayado en concreto la actitud de la OTAN, que ha descrito como "hostil y opaca". "A veces me pregunto si estamos en 2016 o vivimos en 1962", ha declarado desde Múnich, donde se celebra este fin de semana la Conferencia de Seguridad de Múnich, denominado el "Davos de la Defensa", con el conflictoen y en torno a Siria como tema principal..

Anteriormente, en la misma reunión, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, había afirmado que la cooperación entre su país y EEUU es básica para el cese de la violencia en Siria y advirtió de que no se podrá sacar adelante el acuerdo sin un "contacto honesto". "El instrumento clave para sacar adelante" los dos puntos principales acordados ayer a nivel internacional ─la distribución inmediata de ayuda humanitaria en Siria y el cese de las hostilidades en una semana─ es a juicio del jefe de la diplomacia rusa la "cooperación y coordinación diaria a nivel militar entre la coalición liderada por EEUU y Rusia".

Lavrov instó a Washington a "acostumbrarse a trabajar en equipo" y superar la "miopía política" del excepcionalismo de Estados Unidos, para lograr avances en Siria como se lograron a finales del año pasado en la negociación nuclear iraní. "Podemos lograr un éxito", confió el ministro, aunque exigió que las partes no pongan "requisitos previos", en referencia a la exigencia de algunas partes de exigir la salida del presidente sirio, Bachar al Asad. "No deberíais demonizar a Al Asad, no deberíais demonizar a nadie, excepto a los terroristas", señaló Lavrov.

Además, aseguró que su país no participará en un proceso político para solucionar la crisis siria hasta que no se palíe la situación humanitaria (donde acusó a los rebeldes de haberla agravado en mayor medida que al régimen) y no se acabe con la violencia.

Con respecto a las atrocidades que se atribuyen a Al Asad, como emplear el hambre como arma de guerra sitiando ciudades, el ministro ruso aseguró que "todos" en la guerra están "haciendo algo mal desde el punto de vista humanitario". Las violaciones, por tanto, sólo "se pueden resolver de forma simultánea" en todos los bandos, argumentó.

La Conferencia de Seguridad de Múnich se centra en su 52 edición en Siria y las tres vertientes de su crisis ─guerra civil, catástrofe humana y Estado Islámico─ aunque también pretende analizar otros asuntos como el conflicto en el este de Ucrania, la situación de China, la amenaza del terrorismo yihadista global y las diferencias entre Rusia y la OTAN.

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