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Guerra en Yemen Mil y un días de guerra y destrucción en Yemen

Se cumplen mil y un días de la guerra de Yemen, mil y un días de bombardeos aéreos de la coalición que lidera Arabia Saudí. El balance de muertos, heridos y desplazados es enorme, y a fecha de hoy no se ve una solución que posibilite un final rápido del conflicto.

Un Houthi camina a través de los escobros tras los ataques aéreos liderados por Arabia Saudí en Yemen (2015). REUTERS /Khaled Abdullah

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La última estrategia de la coalición liderada por Arabia Saudí consiste en bloquear desde el mes pasado el puerto de Hodeidah, el principal punto de entrada de alimentos en Yemen, un bloqueo que están denunciando distintas organizaciones no gubernamentales como la primera causa de los desastres más recientes en ese país azotado por una terrible guerra civil.

Según las Naciones Unidas, unos siete millones de yemeníes dependen de la ayuda exterior para alimentarse. Save the Children ha denunciado que la comida se está usando como arma y ha pedido al Reino Unido y a Estados Unidos que dejen de armar a Arabia Saudí y a los Emiratos Árabes Unidos, a quienes considera “cómplices” de la devastación general.

Una cronología telegráfica de los mil y un días del conflicto, en pleno estallido de las llamadas primaveras árabes, cuando tiene lugar un levantamiento contra el presidente Ali Abdullah Saleh, quien al año siguiente entrega el poder a su número dos, Abdrabbuh Mansur Hadi. En 2013, los chiíes houthies se alían con Saleh y toman la capital Sanaa. En 2015, Hadi huye primero a la ciudad sureña de Adén y después busca refugio en Arabia Saudí.

Oxfam señala  a Estados Unidos y el Reino Unido en particular, puesto que son los principales proveedores de armas a los saudíes

En marzo de 2015, la coalición liderada por Arabia Saudí inicia los bombardeos aéreos contra los houthies, quienes cuentan con el apoyo de Irán. Además de Arabia Saudí, forman parte de la coalición los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Egipto, Jordania, Kuwait, Marruecos y Sudán. En 2016, el Estados Islámico y Al Qaeda obtienen importantes ganancias territoriales en el país, mientras que en 2017 se colapsa la alianza entre Saleh y los houthies y Saleh es ejecutado el 4 de diciembre.

Las agencias humanitarias que operan en el país hablan de una situación “caótica” y “apocalíptica”. Hay millones de yemeníes sin alimentos, medicinas o energía, y la situación se ha agravado considerablemente en las últimas semanas, desde que la coalición ha bloqueado el puerto de Hodeidah, y otros puertos del norte del país en poder de los houthies.

La del Yemen es una guerra importante desde el punto de vista estratégico puesto que está en juego quien tiene el ascendiente en ese país, Arabia Saudí o Irán, dos países que combaten en distintos frentes bélicos y no bélicos por el control de Oriente Próximo, cada uno con sus respectivos aliados cercanos y lejanos.

Las consecuencias inmediatas son trágicas en extremo. El número de muertos desde marzo de 2015, cuando los saudíes y los emiratíes iniciaron los bombardeos aéreos se eleva a 8.750. La ONG Oxfam, con sede en el Reino Unido, estima que el número de civiles muertos es de 5.300. La misma ONG dice que el conflicto ha desplazado a unos 3 millones de yemeníes que han tenido que buscar refugio en otras partes.

En cuanto a los heridos, se cifran en unos 58.600, sin contar con los damnificados por las enfermedades y epidemias. A causa del cólera han muerto 2.200 personas y más de 914.000 están enfermas por la misma causa. La hambruna, por su parte, está muy extendida en ese país de 27,4 millones de habitantes, ha indicado Oxfam.

Estados Unidos acusó la semana pasada a Irán de proveer misiles balísticos a los houthies, una acusación que Teherán ha negado. Los houthies son de una confesión religiosa próxima a los chiíes de manera que los iraníes se creen en la obligación de defenderlos. Lo mismo ocurre en Líbano con los chiíes o en Siria con los alawíes.

Hay millones de yemeníes sin alimentos, medicinas o energía, y la situación se ha agravado considerablemente en las últimas semanas

Los saudíes ven estos apoyos como un intento de crear un nuevo orden bajo un liderazgo de Teherán, y en los últimos años han recurrido a las armas para frenar la expansión chií en Yemen. Además, Riad ha reforzado sus alianzas militares con otros países suníes de la región y mantiene contactos constantes con Israel, el gran enemigo de Irán en la zona.

El martes último el ejército saudí interceptó un misil balístico disparado desde el Yemen contra Riad, la capital de Arabia Saudí. Rápidamente Arabia Saudí y sus aliados, incluidos Estados Unidos, acusaron una vez más a Teherán de apoyar militarmente a los houthies.

El director ejecutivo de Oxfam, Mark Goldring, considera que todas las partes en conflicto son responsables de la catástrofe humanitaria, y ha señalado a países como Estados Unidos y el Reino Unido en particular, puesto que son los principales proveedores de armas a los saudíes. Los dos países occidentales han entregado armas a Riad por valor de miles de millones de dólares, y periódicamente firman otros suculentos contratos de venta de armas.

Zeid Raad al Hussein, responsable de derechos humanos de la ONU, ha acusado a las dos partes de actuar con “impunidad total” en relación con los civiles, aunque distintas ONGs indican que la coalición liderada por Arabia Saudí ha causado muchas más muertes que los houthies.

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