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La Administración de EEUU cierra por segunda vez en un mes

El Senado aprueba un acuerdo sobre presupuestos. La propuesta pasa ahora a la Cámara de Representantes, que tiene previsto votarla en las próximas horas para permitir una rápida reapertura del cierre de Gobierno.

El senador republicano de Kentucky Rand Paul y el representante republicano de Michigan Justin Amash. - EFE

AGENCIAS

Cuando Donald Trump dijo a principios de semana que le "encantaría" que los demócratas forzasen un nuevo cierre administrativo, poco se imaginaba que sería Rand Paul, uno de los suyos, el responsable de que el Gobierno de EEUU haya tenido que bajar de nuevo la persiana.

Los republicanos, con el aval de la Casa Blanca, arrancaron esta semana un acuerdo a los demócratas para aprobar un presupuesto para los próximos dos años, que eleva los límites de gasto en unos 300.000 dólares y también el techo de la deuda. Fue precisamente esto, el gasto y el endeudamiento, lo que provocó que Paul, un libertario, impidiese por sorpresa que el Senado votara el acuerdo antes de la pasada medianoche, lo que originó el cierre parcial administrativo por falta de fondos.

Finalmente, ya después de la medianoche, la Cámara ha aprobado el proyecto presupuestario con 71 votos a favor y 27 en contra. La propuesta pasa ahora a la Cámara de Representantes, que también tiene previsto votarla esta madrugada para permitir una rápida reapertura de la Administración y limitar así las consecuencias del cierre. Si el Congreso y la Casa Blanca aprueban los fondos antes de que el grueso del aparato público se ponga en marcha de aquí en unas horas, evitarán que cerca de 800.000 funcionarios ─los considerados "no esenciales"─ tengan que quedarse en sus casas suspendidos de empleo y sueldo.

"Con toda honestidad, de buena fe, no puedo simplemente mirar hacia otro lado ahora que mi partido es cómplice del déficit", afirmó Paul en su discurso en el Senado antes de consumarse el cierre administrativo. "Cuando los republicanos están al mando ─añadió─, no hay un partido conservador. Muchos de los llamados conservadores pierden la cabeza".

Aunque sea por unas horas, EEUU enfrenta su segundo cierre en apenas tres semanas, después de que los demócratas forzasen el anterior el pasado 20 de enero, cuando se cumplía el primer aniversario de Trump en la Casa Blanca. Los demócratas buscaban entonces presionar a Trump para regularizar a los 800.000 jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores" o "dreamers", cuyos permisos de residencia y trabajo expiran en marzo.

El cierre administrativo del 20 de enero duró apenas 69 horas y los demócratas accedieron a dotar de fondos al Gobierno hasta la pasada medianoche a cambio de, precisamente, regularizar a los "dreamers", una condición a la que parecen haber renunciado ya que no figura en el acuerdo. Esta semana, en plenas negociaciones, el presidente hizo alusión a esa demanda de la oposición que le arruinó su primer aniversario en el poder. "Me encantaría ver un cierre (...). Si tenemos que cerrar (la Administración) porque los demócratas no quieren seguridad, y por otro lado, no quieren encargarse de nuestras Fuerzas Armadas, entonces cerrémoslo, tendremos otro cierre", dijo.

A diferencia de ese cierre, el forzado por Paul está apoyado en tecnicismos y no tiene el respaldo de una mayoría legislativa, y dadas las circunstancias lo más probable es que se alargue durante unas pocas horas. Cuando se conocieron las intenciones de Paul, en la tarde del jueves, la Casa Blanca, a través de su Oficina de Gestión del Presupuesto (OMB, en inglés), urgió a las agencias públicas a que alistasen los planes de contingencia ante la falta de fondos y que informasen a sus empleados del impacto de un eventual cierre.

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