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Gaza La paramédica Razan, última víctima de Gaza, abatida atendiendo a los heridos

El conflicto que desde marzo se desarrolla en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel cada viernes desde marzo no se detiene. Con un balance de más de un centenar de muertos y millares de heridos, los enfermeros y los paramédicos han sufrido las consecuencias como cualquier otro sector de la población. La última víctima es Razan Najjar.

Razan Najjar, paramédica de Gaza, asesinada por el ejército israelí - REUTERS


EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La última víctima mortal del pasado viernes en la Franja de Gaza era una mujer que cada viernes acudía como voluntaria para atender a los palestinos heridos por los soldados israelíes desde el otro lado de la verja. Lo hacía desinteresadamente pero este viernes fue abatida por los soldados como otras decenas de palestinos.
Ese día, Razan Najjar escuchó los gritos de un joven herido que gritaba “¡Ayudadme! ¡Ayudadme!” Razan escuchó las voces de auxilio y se dirigió hacia él.

Estaba en el suelo, cerca de la verja. La paramédica vestía un uniforme blanco y alzaba las manos para que los soldados vieran que no llevaba nada. Pero entonces, un proyectil disparado desde el otro lado le golpeó en el pecho y murió instantáneamente.Los palestinos todavía discuten si fue un soldado o una soldado quien disparó. Muchos dicen haber visto a una mujer empuñar el fusil en dirección a Razan, pero otros sostienen que fue un hombre. Cuando otros paramédicos se acercaron para rescatarla, Razan ya había muerto.

Fue la víctima número 119 de entre todas las que ha habido desde el 30 de marzo, cuando los palestinos, impulsados por Hamás, iniciaron lo que denominan la Gran Marcha del Retorno. Las dos terceras partes de la población de la Franja, en total unos dos millones de habitantes, son refugiados o descendientes de refugiados que se niegan a aceptar como un hecho consumado su expulsión de Palestina en 1948, cuando se estableció el estado de Israel.

“Vestía un uniforme blanco y alzó sus manos para ser más visible a los soldados, pero los soldados le dispararon en el pecho”, ha dicho a una agencia local otro paramédico que estaba cerca de Razan. Desde que empezaron las protestas, decenas de soldados francotiradores se apostan del otro lado de la frontera y disparan contra los palestinos que se acercan.

Vecinos y compañeros acuden al funeral de la enfermera asesinada

Vecinos y compañeros acuden al funeral de la enfermera asesinada por la fuerzas de Israel - REUTERS

Razan vivía con su familia en Jan Yunis, a unos centenares de metros del lugar donde encontró la muerte. Acudía cada viernes a la misma zona de la verja. El último viernes fue más temprano y estuvo asistiendo a los heridos antes de que la bala le alcanzara fatalmente. Ese mismo día más de un centenar de palestinos resultaron heridos de bala, según los datos del ministerio de Sanidad de la Franja.

Las protestas que se desarrollan desde finales de marzo han causado varios millares de heridos en el lado palestino, además de los muertos, pero ningún soldado israelí ha resultado herido, lo que da una idea de la asimetría del conflicto. En las últimas semanas, los palestinos han puesto en práctica el lanzamiento de cometas cargadas con cócteles molotov, causando decenas de incendios y cuantiosos daños a la agricultura israelí en esa zona.

"“Era una hija modelo, iba cada viernes a la verja para ayudar a los heridos sin recibir nada a cambio”

Al día siguiente, el sábado, millares de personas participaron en el entierro de Razan. Las calles de Jan Yunis próximas a su domicilio estaban engalanadas con carteles que muestran a la joven sonriendo. Su familia no da crédito a lo ocurrido, y la madre, Sabrin, guarda con amor el último uniforme que vistió Razan, todo manchado de sangre. “Era una hija modelo”, ha dicho Sabrin. “Iba cada viernes a la verja para ayudar a los heridos sin recibir nada a cambio”. Lo hacía por altruismo y confiaba en que nunca le dispararían. “Yo tenía miedo por ella, pero Razan nos decía que ella no tenía miedo. Se sentía en la obligación de asistir a los demás y creía que su uniforme médico la protegía”.

“El uniforme me protege. Dios está conmigo y no tengo miedo”, decía a sus padres. Sin embargo, Razan es el segundo paramédico que muere en la Franja por disparos de los soldados desde finales de marzo. Según el ministerio de Sanidad, más de 200 paramédicos han resultado heridos desde entonces en la Franja.

“Quiero justicia para Razan”, ha dicho su madre. “¿Acaso era una terrorista?”Esta semana ha habido una concentración de paramédicos palestinos delante de la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Gaza. Uno de los participantes, Rami Abu Jazzar, estaba cerca de Razan cuando esta fue abatida. Los soldados también dispararon a Rami, quien resultó herido de gravedad en una rodilla. Los paramédicos sostienen que los soldados les disparan deliberadamente, pero el Ejército lo niega.

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