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Nayib Bukele "Hay partidos que tienen cien años que han hecho malos Gobiernos durante cien años"

Entrevista a Nayib Bukele, exalcalde de San Salvador y aspirante a la Presidencia de El Salvador en las elecciones de 2019.

Nayib Bukele, en una imagen de archivo. - EFE

La entrevista se realizó hace unos días. En una cafetería del centro de Madrid y con el entrevistado recién aterrizado tras un vuelo transoceánico. Nayib Bukele (San Salvador, 36 años) fue alcalde de Nuevo Cuscatlán entre 2012 y 2015 y de San Salvador hasta hace unas semanas, tras las últimas elecciones municipales y parlamentarias en El Salvador, en las que la izquierda sufrió una dura derrota.

Desde que fuera expulsado del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) por el Tribunal de Ética en 2017, ha promovido su figura y su propio movimiento político, Nuevas Ideas, con una meta clara: las presidenciales de 2019. El éxito de su propuesta, sumado al descontento cada vez mayor entre los salvadoreños hacia la clase política del país, han llevado a que las encuestas le sitúen como el ganador indiscutible de las elecciones del próximo año.

Usted todavía no es candidato. Está a la espera de que el Tribunal Supremo Electoral autorice a Nuevas Ideas formarse como partido político de manera oficial. ¿Es optimista en cuanto al proceso? Si consiguen constituirse, ¿a qué aspira?

"Si se termina de constituir, nuestro partido sería la formación con más firmas conseguidas en menos tiempo en la historia de El Salvador"

Nosotros dijimos que íbamos a formar un movimiento político que tenga por misión inicial ganar las elecciones presidenciales en 2019 y por misión general y a medio plazo cambiar el país. La Ley establece un plazo de 90 días para recoger 50.000 firmas. Nosotros conseguimos 200.000 en tres días, que realmente fueron 40 horas de trabajo. Si se termina de constituir, nuestro partido sería la formación con más firmas conseguidas en menos tiempo en la historia de El Salvador. Es una demostración de fuerza para dejar claro que nuestro problema no son los plazos ni los tiempos, sino que son los bloqueos que impone la misma Ley para no dejar constituirnos como una fuerza política verdadera. No nos falta gente que quiera firmar, nos faltan recursos para llegar a más sitios. Mucha gente pide que no nos dejen participar y creo que es por la imposibilidad de vencernos en las urnas.

Las encuestas auguran que usted ganaría las presidenciales, incluso en primera vuelta. Aprovechando estas estimaciones, ¿se plantea presentarse con otro partido si Nuevas Ideas no puede concurrir a los comicios?

No. Si no nos inscriben el partido, la gente no toleraría que yo tomara una posición contraria a lo que quiere el movimiento. No me dejarían y cambiarían el liderazgo. Un magistrado del Tribunal Supremo Electoral adelantó una posible salida para Nuevas Ideas: inscribir mi candidatura con un partido pequeño, el más pequeño posible, nuevo, que nunca haya tenido un diputado, para luego hacer una coalición con Nuevas Ideas cuando sea avalado como partido para que la candidatura sea la misma. Estoy seguro de que la gran mayoría de los votos irían para Nuevas Ideas. Creo que nuestra gente sí toleraría esta rendija apuntada por el magistrado. No es la que más me gusta, pero creo que sería aceptable. Pero si el tribunal ni siquiera nos da esa alternativa, no sé lo que podría pasar.

Pronunció esas mismas últimas palabras en una reciente entrevista y le acusaron de incitar a la violencia.

Si nosotros incitáramos a la violencia perderíamos todo el apoyo que tenemos. La mayoría de la gente que nos apoya quiere paz, y más en un país como el nuestro.

Para poder hacernos una idea desde España de qué es Nuevas Ideas. ¿Se compara con alguna formación española?

"Nos han comparado mucho con Podemos y en algunos lugares con Ciudadanos, que también se parece mucho a Podemos aunque no en ideología"

Nos han comparado mucho con Podemos y en algunos lugares con Ciudadanos, que también se parece mucho a Podemos aunque no en ideología, pero sí la razón por la cual existen. Somos parte de una ola, hay gente que también se confunde y dice que somos una moda, y no, somos una nueva realidad. De la misma manera que la revolución industrial planteó una nueva realidad, o la revolución francesa, lo que se plantea ahora con la revolución de la comunicación, de las redes sociales, es otra realidad. Hay un hartazgo hacia la clase política, pero creo que siempre ha existido. Hay partidos que tienen cien años que han hecho malos Gobiernos durante cien años. Lo que ha pasado ahora es que las nuevas tecnologías hacen que todo el mundo tenga voz y el potencial de esa voz no se rige por los canales tradicionales. Ahora hay youtubers con más seguidores que canales de televisión, ya quisiera yo como político tener esa cantidad de seguidores.

Se hacen más películas ahora, se hacen más series, se escriben más libros de lo que se hacía antes de la irrupción de internet. Se dice que internet vino a matar los libros. Mentira, si se escriben diez veces más libros ahora que antes. Lo que pasa es que la gente los está leyendo en un dispositivo distinto. Ha cambiado todo. Era imposible que la política no fuera a cambiar también. La gente tiene la necesidad de tener una nueva representación política por la nueva realidad y eso ya no lo encuentra en las estructuras políticas tradicionales, organizaciones verticales del pasado, llámense PP y PSOE en España.

E ideológicamente, ¿está más cerca de Podemos o de Ciudadanos?

Yo, personalmente, de Podemos, pero nuestro movimiento es demasiado diverso para que yo imponga mi ideología. Yo vengo de un partido de izquierda y mi ideología no ha cambiado. Mi enfrentamiento con el FMLN fue porque nunca aplicó las políticas que ellos prometieron a la gente. Yo estoy mucho más a la izquierda que Ciudadanos, que lo percibo como muy a la derecha, pero nuestro movimiento no se puede categorizar como un movimiento de izquierda. Sería injusto, sería verticalismo y estaríamos volviendo a cometer el error por el cual están despareciendo las fuerzas políticas otrora mayoritarias, que sería imponer la visión de los líderes.

¿Tiene miedo a fracasar por querer aglutinar a un espectro ideológico tan amplio?

"Es un experimento, sí, pero nosotros hemos tomado la decisión de no tener una ideología como movimiento"

La gente dice que va a terminar implosionando. Sería muy injusto que yo o un grupo de mis allegados nos adjudicáramos el pensamiento de toda esta gente que ha venido a firmar. ¿Cómo puedo yo saber, adjudicarme y proclamar la ideología de alguien? Es un experimento, sí, pero nosotros hemos tomado la decisión de no tener una ideología como movimiento. Como personas, sí, yo soy de izquierdas, yo tengo un pensamiento progresista, llamémoslo así.

¿Y a la hora de hacer política?

Va haber problemas. Nosotros no tenemos diputados porque no hemos nacido todavía. Se puede gobernar sin diputados, aunque en toda la historia de El Salvador el presidente siempre ha tenido una mayoría legislativa. El presidente decía tal cosa y el Legislativo decía sí. ¿No se supone que los poderes tienen que ser independientes? ¿Por qué vamos a tener miedo a una asamblea distinta, independiente, no genuflexa al presidente? Todo lo bueno cuesta. ¿No será que ese es el tipo de Gobierno que demanda una sociedad moderna? La gente ya no quiere las mismas cosas. Si la sociedad ahora es más diversa, es más deliberante, opina sobre todo, tiene su propia visión y entiende que está obligada a tolerar al otro, pues los partidos y el poder político deben ser un espejo de eso. Se supone que los Gobiernos deben representar al pueblo, aunque no lo hagan en realidad. La gente quiere ver ahora ministros que no tengan por qué estar de acuerdo con el presidente.

Entonces contemplaría formar un Gobierno con miembros de diferentes partidos.

"Me extrañó ver que incluso en Arabia Saudí las leyes de la penalización del aborto son más suaves que las de El Salvador"

Va a ser una obligación. Aunque un ministro de derechas no vaya a estar de acuerdo con la decisión de un presidente de izquierdas. Claro, en teoría termina mandando el presidente, que si es autoritario, rígido, estará representando a la sociedad del siglo pasado. Lo que tendrá que hacer es incluir a más personas en la discusión. Puede ser un debate más enriquecedor. Creo también que es lo que la población quiere y si no, no nos votarán. Lo importante no es que ganemos, que obviamente yo es lo que quiero, sino lo importante es que tengamos la opción de participar. Si nos jactamos de ser una democracia, demostrémoslo.

Usted ya ha mencionado la violencia, uno de los mayores problemas de El Salvador. Le quiero preguntar por la violencia hacia las mujeres, la vulneración de sus derechos, la brutal penalización del aborto…

Me extrañó ver que incluso en Arabia Saudí las leyes de la penalización del aborto son más suaves que las de El Salvador. Yo no lo sabía hasta que vi una infografía en un periódico digital. La mujer en El Salvador está doblemente criminalizada: por ser mujer y por ser pobre. Quiero cambiar esto. El problema del machismo es transversal. Ahora, además, se han disparado los feminicidios. El Salvador necesita que se visualice el problema, creo que se está logrando, gracias a las redes sociales. De alguna manera debe haber mucha presión internacional. Los grupos locales tienen muy poco poder económico y político. Tienen voz pero muy poco voto. Desde nuestra posición, si nos constituimos como fuerza política, algo podremos hacer. Si llegamos al Gobierno algún día, algo más podremos hacer.

¿Cómo valora la situación actual en la región, con las protestas en Nicaragua o las elecciones en Venezuela?

"Hay una obsesión sobre Venezuela, la cobertura informativa tiene un claro tinte político"

La derecha en El Salvador critica mucho a Venezuela. La mitad de las noticias en los medios son sobre Venezuela. Venezuela realmente está muy mal, conozco gente allí que me dice que lo que sale en los medios no es necesariamente mentira, pero hay una obsesión sobre Venezuela, la cobertura tiene un claro tinte político. Nunca me atrevería a defender al régimen venezolano, no por los fallos económicos que hayan podido tener. Tuvo algunas reformas positivas de 2000 a 2010 cuando había bonanza económica con el petróleo. Hubo mucho reparto de esa riqueza que probablemente hubieran acabado en pocas manos si no estuviera el régimen actual, que a mí no me gusta. No me quiero obsesionar con Venezuela yo tampoco. Nosotros criticamos a Venezuela porque decimos, o así dicen los medios y seguro que es cierto, que se le prohíbe a (Henrique) Capriles volver a presentarse contra (Nicolás) Maduro porque el Gobierno decidió que Capriles había cometido un delito y quedó inhabilitado durante diez años. Capriles es el único personaje que puede unir a la oposición venezolana hoy por hoy bajo una sola figura. Simpatice o no con Capriles, eso es antidemocrático.

En Nicaragua al principio se decía que los manifestantes estaban siendo manipulados por la derecha. Pero yo, que tengo familia en Nicaragua, te puedo jurar que los que han ido a las manifestaciones no son personas de la derecha. Lo que quieren son cambios estructurales, más derechos, aperturas democráticas. Es más, muchos no quieren la renuncia de Daniel Ortega, lo que quieren es que ya no sea un dictador y que las próximas elecciones sean libres, abiertas y que participen los que quieran participar. Algunos sí están pidiendo su renuncia, sobre todo lo que sufrieron la pérdida de algún familiar.

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