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Los griegos afrontan el final de ocho años de rescates con enormes cicatrices

El próximo 20 de agosto Grecia saldrá oficialmente del último de sus tres rescates pero las consecuencias de la crisis de la deuda siguen ahí: los bancos están abrumados con enormes carteras de préstamos incobrables y la carga de la deuda pública sigue siendo la más alta de la zona euro.

Un griego participa en una protesta frente al parlamento en Atenas, en una imagen de archivo / REUTERS - YANNIS BEHRAKIS

Reuters

Grecia saldrá oficialmente del último de sus tres rescates el próximo 20 de agosto y espera poder volver a financiarse en los mercados internacionales después de una crisis de deuda de casi nueve años que ha reducido su economía en una cuarta parte y obligado a aplicar dolorosas medidas de austeridad.

La crisis ha resultado profundamente traumática para los griegos que cambiaron con entusiasmo sus dracmas por euros en 2001. La adopción de la moneda única marcó el comienzo de una época de crédito barato que financió un derroche de consumo privado y gasto público que infló el presupuesto y el déficit de Grecia.

El mayor rescate en la historia económica, más de 260.000 millones de euros

Desde que estalló la crisis de la deuda a principios de 2010, cuatro gobiernos sucesivos se han esforzado por evitar la quiebra, bajo el amparo del mayor rescate en la historia económica, más de 260.000 millones de euros prestados por los socios de Grecia en la zona euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ahora que Atenas observa el regreso a la normalidad y reclama su soberanía económica, las cicatrices siguen ahí: los bancos están abrumados con enormes carteras de préstamos incobrables y la carga de la deuda pública griega sigue siendo la más alta de la zona euro, del 180% del PIB.

Pero el sol está saliendo de entre las nubes. La economía, que se contrajo un 26% en los años de crisis, ha empezado a crecer, el turismo está en auge y el desempleo está bajando lentamente, al 19,5% desde un máximo de casi el 28%.

"Si hay una lección que hayamos aprendido de la crisis es que, bajo cualquier circunstancia, se debe tratar de proteger la estabilidad macroeconómica", dijo Panos Tsakloglou, economista jefe del anterior gobierno de coalición.

"Las políticas populistas que puedan sumar algunos votos hoy y tengan efectos desastrosos dentro de unos años deben evitarse a toda costa. De lo contrario, tarde o temprano terminaremos en la situación en que nos encontramos ahora", dijo.

La economía de Grecia creció por quinto trimestre consecutivo entre enero y marzo, y la expansión avanzó a un ritmo anual del 2,3%, una señal de que la recuperación está cobrando impulso, ayudada por las exportaciones. La Comisión Europea prevé un crecimiento del 1,9% este año.

Pero sigue habiendo escepticismo, incluso en el Fondo Monetario Internacional, que ve reforzarse la recuperación pero dice que "los riesgos externos e internos tienen un sesgo negativo".

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