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Salvini Los conflictos de Salvini en sus primeros cien días de Gobierno

El ministro de Interior italiano eclipsa al presidente de la República en los primeros tres meses de legislatura por sus medidas contra la inmigración. Además, busca apoyos a nivel europeo para extender sus políticas ultraderechistas.

Matteo Salvini en una foto de archivo | EFE

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El Gobierno italiano de Giuseppe Conte cumple cien días en los que las controversias surgidas por su vicepresidente y ministro del Interior, Matteo Salvini, han sido la tónica general. Aunque el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Conte ganó las elecciones (32% de los votos), necesitó de la ayuda de los fascistas de la Liga (17%) para llegar al poder. Por contra, el partido de extrema derecha consiguió colocar a Salvini como una de las personas con mayor peso en el Gobierno.

Las políticas llevadas a cabo desde el Ejecutivo italiano chocan bastante entre sí. Mientras el otro vicepresidente, Luigi di Maio (M5E) intentaba legislar en cuento a la limitación del trabajo temporal y prohibía la publicidad de las casas de apuestas, Salvini exigía que se le entregaran 100 lanchas motoras a la guardia costera libia.

Así empezaba a mitigar el ministro de Interior sus dos grandes obsesiones para con italia: disminuir los índices de inmigración y aumentar el índice de seguridad en el país. Sus medidas respecto a estos dos temas le han encumbrado tanto en el interior como en el exterior de su país. Entre ellas se encuentran el cerrar los puertos italianos a los buques de salvamento, poner trabas constantes para que las ONG no puedan ejercer sus funciones o apoyar, como ya se ha apuntado anteriormente, a la guardia costera de Libia; con lo que ha conseguido reducir los niveles de inmigración en un 65%.

Internamente ha tenido conflictos con sus socios de Gobierno. Por ejemplo, el ministro de justicia Alfonso Bonafede le ha recriminado que no quiera hacer frente a la pena que le han impuesto a la Liga desde los tribunales, ya que deben devolver 49 millones de euros desaparecidos. "No me gustaría que volviésemos a la segunda República", ha añadido el titular de Justicia. Por su parte, respecto a este tema, Di Maio ha afirmado que no apoyará acusaciones contra el aparato judicial de Italia.

Otro enfrentamiento fue el que se vivió con Danilo Toninelli, que permitió que un barco atracara en un puerto sin que Salvini lo respaldara. Además, Roberto Fico, el presidente del Parlamento, se pronunció al respecto pidiendo de forma pública que dejara desembarcar a las naves que lo necesitaran por cuestiones humanitarias. En este sentido, una de las personas que más se opone al cierre de los puertos es Elisabetta Trenta (M5E), la ministra de Defensa.

Aunque en Italia puede encontrar opositores, internacionalmente Salvini sabe de quién rodearse. En contra de sus socios del M5E, el político de la formación fascista se reunió con Viktor Orbán, primer ministro de Hungría que lleva a cabo unas políticas con grandes tintes xenófobos. Siguiendo la estela, también se ha visto con Steve Bannon, antiguo consejero de Donald Trump, y con Mischaël Modrikamen, un ultraderechista belga. Este último trío está buscando apoyos con vistas a las elecciones europeas, con el propósito de crear un gran bloque de euroescépticos que les permita extender sus políticas ultraderechistas.

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