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Riace El pueblo aplaudido en todo el mundo por su modelo de acogida de migrantes

Riace, en Calabria, sur de Italia, resiste a las políticas racistas del Gobierno con un proyecto iniciado hace años que se ha convertido en símbolo de integración. Ahora, ese proyecto corre peligro por el bloqueo de fondos por parte del Ejecutivo y por la detención del alcalde, Domenico Lucalo, tras su enfrentamiento con Matteo Salvini.

Un hombre pasa junto a un mural en Riace. - GIACOMO SINI

texto: Francesco M. BassAno //

FOTOGRAFÍAS: Giacomo Sini

Un colorido mural en el centro de Riace recuerda las migraciones que ha vivido este pueblo de la Calabria profunda, en el sur de Italia, antiguo territorio de Magna Grecia. Un lugar que representa a Italia como centro del Mediterráneo, tierra de tránsito de personas. Esta zona que domina el mar Jónico, rica en cultura y paisajes bucólicos, ha sido víctima de la despoblación por culpa de la especulación en la costa y por el poder de la 'Ndrangheta, el crimen organizado local. A pesar de todo, la localidad se ha convertido en un símbolo de acogida de migrantes gracias al proyecto liderado por su alcalde, Domenico Lucalo, en el punto de mira del ultra Matteo Salvini y ahora también de la Justicia.

La localidad ha pasado de tener unos pocos cientos de habitantes a 2.500, de los que un tercio son migrantes

Al dar un paseo por el laberinto de callejones de las casas semi-abandonados repartidas por las montañas, construidas en su momento para escapar de la malaria y las incursiones piratas en las costas, se percibe con rapidez una mentalidad totalmente diferente a la que ha aupado al poder en Italia a la Liga Norte del vicepresidente y ministro de Interior Salvini: el partido de extrema derecha que ha construido su mensaje provocando el miedo hacia la inmigración.

La primera llegada de migrantes que vivió la localidad como tal fue en 1998, cuando en la playa de Riace Marina, la misma donde se encontraron las famosas estatuas de bronce, un barco encalló con cientos de kurdos a bordo. Desde entonces han llegado y han pasado por Riace migrantes de diferentes nacionalidades, de África central y Oriente Próximo especialmente. Muchos de ellos han optado por quedarse, convirtiéndose ya en una parte inseparable e integrada del pueblo.

Domenico Lucano, alcalde de Riace, sentado en una plaza del pueblo. - G.S.

Domenico Lucano, alcalde de Riace, sentado en una plaza del pueblo. - G.S.

Domenico Lucalo, símbolo de acogida

En 1999 Domenico Lucalo, ex maestro de escuela primaria, fundó en Riace la asociación Città Futura dando vida a un proyecto de acogida "extendida" con el propósito de introducir a los refugiados dentro de una comunidad rural que estaba destinada a desaparecer. La asociación, junto con la actual Junta, han limpiado y reestructurado calles y casas en ruinas y han creado talleres de artesanía que redescubren profesiones olvidadas, bibliotecas, bares y restaurantes.

Lucalo fue reconocido en 2016 por la revista 'Forbes' como uno de los 40 líderes mundiales más influyentes

La historia de la localidad y de cómo pasó de tener unos pocos cientos de habitantes a 2.500, de los que un tercio son migrantes, ha dado la vuelta al mundo. El proyecto ha conseguido que el pueblo cuente de nuevo con guarderías y colegios. También ha creado granjas educativas, huertas y almazaras, reactivando al pueblo con trabajo y nuevas oportunidades tanto para los lugareños como para los migrantes, además de conseguir atraer a visitantes, eruditos, artistas y personalidades del mundo de la cultura.

Hoy, Lucalo, reconocido en 2016 por la revista Forbes como uno de los 40 líderes mundiales más influyentes, se encuentra bajo arresto domiciliario acusado de favorecer la inmigración ilegal. En los últimos meses el alcalde había mantenido un enfrentamiento con Salvini, del que muchas voces sospechan que pretende enterrar el “modelo Riace” por su hostilidad personal y política hacia Lucalo, al que no ha dudado en atacar en varias ocasiones.

Vista panorámica de Riace. - G.S.

Vista panorámica de Riace. - G.S.

El Ministerio del Interior italiano ha bloqueado durante dos años los fondos europeos destinados a mantener el proyecto Sprar (Sistema de Protección para los Solicitantes de Asilo y Refugiados) después de una denuncia de la Delegación de Gobierno por supuestos problemas en la justificación de gastos. Tras los enfrentamientos entre Salvini y Lucalo comenzó una investigación de la Fiscalía que ha concluido en la detención del regidor.

El Ministerio del Interior italiano ha bloqueado durante dos años los fondos europeos destinados a mantener el proyecto

Con retrasos en los pagos, el municipio ha acumulado una deuda de dos millones de euros con el personal contratado por las asociaciones y proveedores. También existe el peligro de que se queden en la calle 165 solicitantes de asilo, al menos 50 niños nacidos en el municipio y cerca de 80 trabajadores y de que se cierren numerosas actividades comerciales. En protesta, la población local junto con la administración municipal inició una huelga de hambre y tuvo que suspender las actividades de todos los talleres y tiendas que anteriormente producían bordado, cerámica, vidrio y cometas.

Hasta su arresto, no era raro ver a Lucalo en la plaza central del pueblo, donde cada semana se organizan asambleas y reuniones abiertas al público. "Están destruyendo el pueblo, corremos el riesgo de que se cierre todo, incluido el asilo. Podíamos seguir sin fondos europeos como proyecto independiente que es autosuficiente, pero dos años es demasiado y hemos acumulado bastante deudas", se lamentaba hace pocos días, sentado en los escalones de la taberna de Donna Rosa.

Jóvenes residentes en Riace pasean por unas calles céntricas del pueblo. - G.S.

Jóvenes residentes en Riace pasean por unas calles céntricas del pueblo. - G.S.

"Los migrantes nos han enseñado a vivir"

Las mismas palabras de ansiedad y temor se repiten entre muchos de los habitantes de Riace y entre los propietarios de los establecimientos, que no han dudado en colocar carteles de solidaridad en las puertas de sus locales: "Yo también apoyo a Riace". Mimma, una mujer de unos 50 años que regenta una tienda de ultramarinos, denuncia: "El bloqueo de fondos equivale a haber sufrido una pérdida y sufrido un duelo". Y añade: "Los migrantes nos han enseñado a vivir. Cuando los nuevos migrantes llegan, inmediatamente se sienten como en casa y es como si siempre habían vivido aquí con nosotros".

Lucalo: "Están destruyendo el pueblo, corremos el riesgo de que se cierre todo, incluido el asilo"

Las Prefecturas, a través del Ministerio Interior, no dudan en despachar a los solicitantes de asilo de los diversos municipios, mientras que Riace siempre se ha distinguido por recibirlos voluntariamente, especialmente los más necesitados: personas que llegan tras meses de travesías por el desierto, peligrosos viajes por el Mediterráneo y permanencia en "campos de prisioneros" en Libia.

Es el caso de Mohamed, un iraquí de origen palestino de 64 años con discapacidad que huyó tras la caída de Saddam Hussein. Como otros migrantes, tiene una vivienda y recibe un bono de 260 euros al mes que pronto puede dejar de recibir. O Bayram, un kurdo de 65 años que llegó a Calabria en aquel barco de 1998 y que tras realizar varios trabajos en otros pueblos se instaló en Riace. Especializado en trabajar la madera, ha hecho de todo, desde arreglar bancos de un parque hasta realizar servicios de conductor para ancianos, a los que lleva al hospital o de compras, u otros migrantes.

Migrantes y población local en la taberna Donna Rosa, epicentro de las protestas contra la decisión del Gobierno central y la Prefectura de bloquear los fondos. - G.S.

Migrantes y población local en la taberna Donna Rosa, epicentro de las protestas contra la decisión del Gobierno central y la Prefectura de bloquear los fondos. - G.S.

Antonio, un joven del pueblo de 29 años, ayudante de Bayram en sus trabajos de carpintería, también se muestra preocupado por el bloqueo de los fondos: "Quien está obstaculizando este modelo debería ver cómo era Riace hace 20 años, cuando no había absolutamente nada y el único evento era la fiesta patronal. Los jóvenes se vieron obligados a emigrar, lo que probablemente voy a tener que hacer yo también el próximo año".

"Quien está obstaculizando este modelo debería ver cómo era Riace hace 20 años, cuando no había nada"

"Antes éramos nosotros los que teníamos que marcharnos hacia las ciudades del norte o Australia. Ahora son ellos los que están llegando desde otro sur", recuerda Raffaele, un agricultor local que vende su fruta todas las tardes en su parcela. El efecto de este éxodo se ve claramente en las numerosas casas vacías y destartaladas de la Riace vieja, o en aquellas inacabadas, construidas de forma desordenada a lo largo de la costa, hasta el punto de atribuirse el nombre de "arquitectura de lo inacabado".

“Esos edificios, en la mayoría de los casos, se construyeron por los que emigraron a otros lugares, con la ilusión de cederlos a generaciones futuras o a personas que esperan, antes o después, volver en vista de nuevas perspectivas de trabajo”, dice Rina, una joven cineasta y antropóloga de Calabria, pero ahora también romana por adopción. "Con la emigracion de los más jóvenes, falta una generación que podría luchar contra el crimen organizado y la clase político-empresarial con la que mantiene relaciones", añade.

Una mujer pasa por una de las plazas de Riace. - G.S.

Una mujer pasa por una de las plazas de Riace. - G.S.

Amenazas y ataques de la 'Ndrangheta

Al poco de iniciarse el proyecto de Lucalo, asociaciones implicadas en la acogida de migrantes comenzaron a recibir amenazas y ataques por parte de la 'Ndrangheta. Los agujeros de bala son todavía visibles en las ventanas de algunas tiendas. En frente de una de ellas, Malang, mandingo de 34 años, limpia la calle con una pequeña escoba junto a Damián, otro empleado contratado por el municipio.

En el pueblo vecino de Camini también se creó un sistema de acogida siguiendo el ejemplo de Riace

Malang estudió agricultura en la Universidad de Gambia y desde dos años vive en Riace. Celebra la buena acogida que ha recibido por parte de la población de Calabria y lamenta de la falta de medios para poder hacer su trabajo. Entre otras cosas, se encarga de ir puerta por puerta recogiendo las bolsas de basura de los vecinos, una tarea que hace con ayuda de burros. “Tenemos sólo uno, pero tenían que haber llegado otros más”.

En Camini, otro pueblo medieval a tres kilómetros de Riace, también se creó un sistema de acogida siguiendo el ejemplo del pueblo vecino, pero a diferencia de este último sigue recibiendo financiación para los Sprar. A sus 250 habitantes, se suman 120 solicitantes de asilo, en su mayoría sirios apoyados por la Associazione Jungi Mundi de Rosario Zurzolo. El proyecto de Camini se enfoca en talleres artesanales tanto para locales como para migrantes. Aquí, el colegio también corría peligro de cerrar ante la falta de alumnos. Y, como en Riace, muchas casas se han podido reformar con la ayuda de los refugiados. “Cuando el proyecto termina, a muchos niños les encantaría quedarse, pero por desgracia no es siempre posible”, explica Katia, que se trasladó desde Verona a este pequeño pueblo.

Mohammed, un joven migrante que vive en el pueblo con su familia, hace de portero durante un partidillo de fútbol. - G.S.

Mohammed, un joven migrante que vive en el pueblo con su familia, hace de portero durante un partidillo de fútbol. - G.S.

Por su parte, Vanessa, licenciada en derecho y que, además de gestionar las solicitudes de asilo, también se ocupa de la alfabetización de los niños, informa de que algunos refugiados son reacios a aprender italiano. Más allá de la dificultad del idioma, muchos se acogen a la esperanza de volver pronto a su casa en Siria nada más acabe la guerra. Esa no es la intención de Omar, de 30 años y originario de Costa de Marfil, que junto a un albañil y a un carpintero ha aprendido a restaurar viejas casas de piedra. Un ejemplo más de la nueva humanidad que se ha construido en la zona, alejada de la propaganda que vende la migración como una fuente de conflictos.

El actual clima político y los problemas burocráticos que han afectado al modelo de acogida liderada por Riace, ahora aún más en peligro con la detención del alcalde Lucalo, provoca que el futuro inmediato de estos migrantes sea realmente incierto. Los niños de origen “extranjero” que se persiguen en el nuevo campo de fútbol pidiéndose a gritos la pelota en dialecto calabrés no son consciente de ello. Tampoco sus amigos de familia autóctona, que en las interminables tardes rotas por el toque de las campanas sólo piensan en que por fin han encontrado a alguien con quien poder jugar.

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