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Protestas contra Macron Los 'chalecos amarillos' se unen para apoyar al exboxeador que agredió a la policía

Los "chalecos amarillos" franceses vuelven a unirse para apoyar económicamente a un exboxeador que agredió a la policía durante las protestas. Actualmente ya han recaudado más de 100.000 euros.

Instante en el que el exboxeador se enfrenta contra cuatro policías franceses que se ven obligados a recular ante los puñetazos del manifestante.

agencias / público

La recaudación de más de 100.000 euros para apoyar al exboxeador francés Christophe Dettinger, acusado de agredir a policías durante una protesta de los "chalecos amarillos", ha indignado al Gobierno, que ha condenado lo que considera un apoyo a una actuación violenta contra las fuerzas de seguridad.

Dettinger, apodado 'El gitano de Massy', se entregó el lunes a la Policía después de aparecer en una grabación pegando el sábado a los agentes antidisturbios en París. Según ha alegado, solo trataba de defenderse, aunque ha reconocido que reaccionó mal.

Algunos de los manifestantes han considerado a Dettinger poco menos que un héroe y un portal creado para recaudar fondos sumaba este martes ya promesas de apoyo con más de 110.000 euros.

"Contribuir con una recaudación de fondos para apoyar a alguien que atacó a un agente equivale a ser cómplice de estos graves actos de violencia", ha lamentado la ministra de Igualdad, Marlene Schiappa. Para la titular de Trabajo, Muriel Penicaud, se trata de una campaña "incomprensible": "¿Cómo pueden estas personas decirles a sus hijos, los jóvenes, que la violencia es la respuesta?".

Leetchi, la plataforma de recaudación de fondos por Internet vinculada al banco Credit Mutuel Arkea, ha anunciado este martes que ya no revelará la cifra del dinero recaudado. Posteriormente, ha cerrado la página para realizar nuevas contribuciones en efectivo.

Las reclamaciones de los "chalecos amarillos"

El principal motivo por el que miles de personas se movilizaron en toda Francia fue la subida de los impuestos de los carburantes, buscando una legislación concienciada con el medio ambiente. Los manifestantes hicieron una lectura más cercana a la realidad que la realizada desde el Gobierno de Macron, y es que vieron cómo, una vez más, las nuevas medidas iban encaminadas a empobrecer los bolsillos de la clase trabajadora. Finalmente, el nuevo impuesto se aplazó para terminar desapareciendo de la agenda política francesa.

Aunque de soslayo, el movimiento empezó a reivindicar justicia en otros aspectos que no se contemplaban al principio, que se tradujo en un aumento de 100 euros del salario mínimo (aunque ya contemplaban una subida de 30 euros) y una bajada de impuestos a pensionistas y trabajadores.

Las manifestaciones llegaron a durar ocho semanas consecutivas, y en la mayoría de ellas se produjeron disturbios. Con un alto poder de convocatoria, los "chalecos amarillos" llegaron a cortar los Campos Elíseos y tomar el Arco del Triunfo, con toda la carga simbólica que ello conlleva.

Protestas fuertemente reprimidas

Respecto a las consecuencias, más de mil detenidos y de una centena de heridos fueron el saldo de las protestas en las que se enfrentaron la contundencia de los "chalecos amarillos" y la fuerte represión que se hizo desde la Policía francesa. Algunas jornadas de lucha hicieron que el país se blindara contra los altercados, desplegando 89.000 policías en las calles y cerrando espacios tan turísticos como la Torre Eiffel.

De hecho, el ejemplo de los trabajadores franceses cundió en los estudiantes, que fueron reprimidos utilizando unas formas tan polémicas que el propio Gobierno se vio obligado a investigar. Del mismo modo, la estrategia de actuación que llevaron a cabo en el país galo saltó sus fronteras para llegar hasta Túnez.

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