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La mujer de un espía divide a Johnson y Trump

El primer ministro británico pedirá al presidente estadounidense que retire la inmunidad diplomática a la esposa de un agente secreto norteamericano destinado en Reino Unido involucrada en un accidente en el que perdió la vida un joven de 19 años. La familia de la mujer al completo ha abandonada el país sin dejar rastro.

El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente de EEUU, Donald Trump, tras un encuentro bilateral en el marco de la cumbre del G7 en Biarritz. REUTERS

El pasado 27 de agosto Harry Dunn se dirigía a casa de su padre cuando, en torno a las 20:30h, un Volvo XC90 que acababa de abandonar el complejo militar de Croughton, que funciona como base de inteligencia de Estados Unidos, se chocó de frente con su motocicleta. Poco después, el joven de 19 años moría en el hospital a consecuencia de las heridas.

Hasta el lugar del suceso se trasladó antes que nadie un grupo de oficiales del Ministerio de Defensa británico que certificaron que el conductor del vehículo era Anne Sacoolas, de 42 años, esposa de Jonathan Sacoolas, miembro del servicio de inteligencia estadounidense destinado en el complejo militar. Junto a Anne en el coche viajaba uno de sus tres hijos, de 12 años. Las investigaciones de la policía han confirmado que antes de que se produjera la colisión, el coche llevaba más de 350 metros circulando en sentido contrario.

Scoolas fue interrogada horas después por la policía, aceptó colaborar en la investigación y, según los agentes, confirmó "que no tenía planes de abandonar el país en un futuro próximo".

Pero hoy en Reino Unido no queda rastro de ella ni de su familia. El pasado 16 de septiembre la policía de Northamptonshire supo que Scoolaas, que como toda su familia goza de inmunidad diplomática gracias al trabajo de su esposo, había abandonado el país junto a ellos. Sólo eso, sin más detalles. En declaraciones al diario The Times, Sarah Johnson, la superintendente de la policía local ha asegurado que "no sabemos cuándo se fueron ni cómo se fueron”.

Los padres de Harry están desolados pero decididos a que el caso se conozca, a que se retire la inmunidad a la mujer que consideran responsable de la muerte de su hijo y a obligarla a que rinda cuentas ante la justicia británica. En las ultimas horas han aparecido en televisión, han concedido entrevistas a varios periódicos y han logrado no sólo que la opinión pública conozca lo ocurrido y y muestre su indignación por ellos sino también que el gobierno británico se haya visto obligado a tomar cartas en un asunto en el que no se había querido meter hasta ahora. Hasta el punto de que el primer ministro, Boris Johnson, se ha comprometido a abordar el tema con el presidente norteamericano Donald Trump si fuera necesario.

Porque las primeras gestiones del ejecutivo británico no están dando sus frutos. El primer contacto se produjo entre el Ministerio de Exteriores británico y la Embajada de Estados Unidos en Londres. Los diplomáticos norteamericanos se habrían negado a comentar el contenido de las conversaciones pero, según el diario The Guardian, habrían develado que la familia abandonó Reino Unido por consejo de altos funcionarios del departamento de estado y que tienen derecho a reclamar la inmunidad diplomática, a pesar de que con ello obstaculicen las investigaciones policiales.

Pero el gobierno británico insiste. El ministro de Exteriores, Dominic Raab, ha llamado personalmente al secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. Fuentes del ejecutivo británico aseguran que Raab le instó a reconsiderar su decisión de mantener la inmunidad a Sacoolas y reiteró “su decepción" al ver que no lo hacían.

Parece que ha llegado el momento de que Johnson descuelgue el teléfono y marque el numero de la Casa Blanca después de que, preguntado por ello en televisión, asegurara que llamaría a Trump personalmente porque considera que no es “correcto utilizar la inmunidad diplomática con este tipo de propósito”.

Como sostiene Stephen Mould, el responsable de policía y bomberos del condado donde ocurrió el suceso y quien también se ha puesto en contacto con la embajada de Estados Unidos con la misma reclamación, que Estados Unidos insista en mantenérsela supone "una ruptura de confianza, casi una traición" en la relación entre ambos países.

A la espera de los movimientos de Johnson, los padres de Dunn han revelado que si las gestiones diplomáticas no logran revocar la inmunidad a Sacoolas, están dispuestos a utilizar las donaciones que han recibido por parte de amigos y familiares para viajar ellos mismos a Washington e intentar reunirse personalmente con Donald Trump.

Su perseverancia ya ha logrado que el caso haya saltado a los medios estadounidenses. En una entrevista en el canal de televisión CBS, la madre de Dunn, Charlotte Charles ha sido rotunda “Ella mató a nuestro niño. Si no fuera por su supuesta inmunidad diplomática, habría un sido un caso que ya habría llegado hasta la justicia”.

De vuelta a este lado del océano, los medios británicos han comenzado a hurgar en el pasado de Sacoolas y el diario The Time desvela hoy en su portada que en 2006 fue multada por conducir “sin el debido cuidado y atención” en Fairfax, Virginia.

También detalles sobre la base de Croughton donde trabajaba el marido de Sacoolas antes de huir. Se trata de la sede de una unidad conjunta de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional y la base de inteligencia de Estados Unidos más valiosa para el país de todas las que posee en Europa. Pasó a ser controlada por el gobierno estadounidense en 1950 y su personal no militar, que no está sujeto a la leyes de Reino Unido, así como sus familias gozan de estatus diplomático desde 1944.

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