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Decrecimiento del PIB Cuba se enfrenta a su año más difícil ahogado por la deuda externa

El turismo parece ser la única industria ascendente y con capacidad de tirar del resto de la economía.

Capitolio de La Havana, Cuba. REUTERS/Alexandre Meneghini

La economía cubana vive momentos difíciles, el pasado año se fracasó en los planes de crecimiento del PIB y el 2017 no parece ser muy diferente. El pago de la deuda externa ha dejado las arcas vacías en el preciso instante en que Venezuela reduce sus envíos de petróleo.

Mientras, la burocracia estatal frena los planes de inversión extranjera y en las empresas se “pierden” decenas de millones. El crecimiento del turismo no puede capear solo el temporal, especialmente en un país que gasta el 28% del presupuesto en salud y seguridad social.

Los resultados oficiales anunciados en el parlamento cubano revelaron un decrecimiento del PIB de un -0,9%, durante el año 2016. Las causas del desastre económico son múltiples pero entre ellas tiene un peso fundamental la falta de liquidez financiera, producto de que La Habana pagó el pasado año alrededor de 5 mil millones de euros de su deuda externa, según reveló el investigador y exministro de economía cubano, José Luis Rodríguez.

La Habana renegoció con sus acreedores, el principal de ellos fue el Club de París pero hubo negociaciones con muchas otras naciones, como México, Japón, Rusia, Suecia, etc. El resultado fue bastante aceptable para Cuba, cuyos representantes consiguieron reducir sustancialmente los intereses y dedicar una parte del pago a inversiones en la isla.

Aun así, la escasez de dinero obligó a dejar de pagar créditos de corto plazo, sobre todo con las empresas intermediarias que abastecen a Cuba.

Los 'lineamientos' del gobierno cubano

Paralelamente, se reduce el suministro de combustible. La difícil situación económica venezolana, afectada por los bajos precios del petróleo, provocó que los envíos a Cuba cayeran a 55 mil barriles diarios, según The Wall Street Journal. El dato, avalado por los economistas cubanos, implica que a la isla estarían llegando la mitad de lo que recibía en los mejores momentos, cuando daba para consumir,
refinar y exportar. Ese petróleo es el pago que recibe Cuba por el trabajo de alrededor de 50 mil médicos y demás cooperantes de la salud, la educación y los deportes.

Para Cuba es clave lograr cambiar la matriz energética, acudiendo a las fuentes de energía alternativas, fundamentalmente el sol y el viento. En la actualidad solo generan un 4% del total pero los planes es que lleguen al 25% en el año 2030, según se explica en el plan llamado Lineamientos del gobierno cubano. Sin embargo, para semejante salto harían falta inversiones millonarias que no se
concretan.

“La inversión extranjera directa será (en 2017) solo un 6,5% del total de las inversiones del país, lo cual se estima que representa unos 425 millones de dólares, cifra aún muy alejada de los U$D 2 000 a U$D 2 500 millones anuales a que se aspira”, afirma el economista Rodríguez.

La causa de este estancamiento inversionista tiene que ver con la lentitud burocrática de las autoridades cubanas, las cuales tienen esperando respuesta a cientos de inversores. En el Puerto de Mariel, donde se creó una zona franca, solo han aprobado la instalación de una docena de empresas extranjeras en los últimos 2 años.

La corrupción mezclada con la ineficiencia le pasa también factura a la economía. La Contraloría General de La República denunció haber detectado en sus inspecciones, durante 2016, “pérdidas” por un monto cercano a los 60 millones de euros en las empresas estatales solo de La Habana.

Unos cubanos se divierten en la playa. REUTERS

Unos cubanos se divierten en la playa. REUTERS

A todas estas taras internas se le suma el Embargo económico de Washington que continuó vigente durante todo el gobierno demócrata. Tan es así que Barack Obama tiene el record de multas impuestas a bancos y empresas de terceros países por hacer transacciones con Cuba.

Las exportaciones a la isla son limitadas, revisadas con lupa y debeser pagadas al contado porque se prohíben incluso los créditos privados con La Habana. Ahora Cuba entera está a la expectativa sobre la política que aplicara Donald Trump pero nadie es demasiado optimista.

La venta de servicios médicos sigue siendo el principal ingreso de la nación, aunque se reducen los montos en Venezuela y Brasil, en uno por razones económicas en el otro por cuestiones políticas. Un acuerdo con China podría reanimar el sector pero depende mucho de cuál será el volumen de médicos que absorberá y cuan beneficioso pueda ser el contrato con Pekín, algo que solo saben ellos y el gobierno cubano.

Inversión en materiales de construcción

El turismo parece ser la única industria ascendente y con capacidad de tirar del resto de la economía, sobre todo porque arrastra a otros sectores necesarios para abastecer de insumos a los visitantes. Su crecimiento ha sido vertiginoso, un 15% anual desde que, en diciembre del 2014, Cuba y EEUU hicieron públicas las negociaciones. Los principales puntos turísticos del país están totalmente llenos, a
pesar de que los precios de los hoteles se han disparado.

El turismo tiene además una repercusión directa en gran parte de la población, a su sombra han nacido cientos de restaurantes privados y los hostales particulares ofrecen ya 17 mil habitaciones. “Enviamos cada año más de medio millón de turistas a las casas particulares”, explicó a Público el Ministro del Turismo, Manuel Marrero. También se han beneficiado los constructores contratados por los trabajadores autónomos para crear esa infraestructura y las decenas de miles de
taxistas, artesanos, guías turísticos, renta de caballos, etc.

A pesar de todas estas dificultades, el gobierno dedicará este año unos 40 millones de euros para subsidiar la compra de materiales de la construcción con el fin de que las familias más necesitadas puedan reparar o ampliar sus viviendas, según expresó la viceministra de Finanzas, Meisi Bolaños.

El 57% del presupuesto del Estado será para gastos sociales, alrededor de 1,523 millones de euros. 400 millones de euros se gastarán en mantener 151 hospitales públicos, 10,782 consultorios médicos, 451 policlínicos, 147 hogares de ancianos, 265 casas de abuelos y 30 hogares para impedidos físicos. Según informó Jesús Matos, también del Ministerio de Finanzas, el objetivo es “respaldar las conquistas
sociales de la revolución”.

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