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Italia Renzi usará el mismo 'software' de Trump y Johnson para ganarse a las redes sociales 

El ex 'premier' italiano Matteo Renzi ha acudido a National Builder, la compañía tecnológica que ha generado los software para las campañas mediáticas de Donald Trump en Estados Unidos y de Boris Johnson en Reino Unido

Matteo Renzi durante una intervención en el Parlamento italiano. (REUTERS)

Si no puedes con el enemigo únete a él. O al menos usa sus mismas armas. Es la estrategia que está adoptando el ex primer ministro italiano Matteo Renzi para impulsar su nuevo mensaje político para ganarse a los moderados y volver al poder en Italia. En un momento en el que prácticamente medio país apostaría por los soberanistas y donde en el bloque de izquierda no hay líderes carismáticos, Matteo Renzi no quiere renunciar a ninguna tecnología para hacerle frente a Matteo Salvini. Actualmente uno de cada tres italianos votarían al líder de la Liga, también gracias a su casi ubicuidad en las redes sociales.

En un clima donde los soberanismos están usando con mucho provecho las redes sociales, Matteo Renzi y su nuevo partido, Italia Viva, han acudido a National Builder, la misma compañía tecnológica que ha generado los software para las campañas mediáticas de Donald Trump en Estados Unidos y de Boris Johnson en Reino Unido. El objetivo, en estos casos, tal como recoge el diario italiano La Repubblica suele ser doble: potenciar la presencia en las redes sociales y recoger informaciones masivas –o big data, en inglés– para perfilar los actuales y futuros electores. Todo ellos, a través de informes detallados para sus clientes, que suelen ser personajes u organizaciones de carácter político.

Según la prensa italiana, el periódico británico The Telegraph ha informado recientemente de que también el actual primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, se ha beneficiado de los servicios telemáticos de esta plataforma tecnológica estadounidense que, al parecer tendría unos métodos "agresivos" para recoger sus datos, tal como explica también La Repubblica: "Según The Telegraph, National Builder ha adquirido información de los electores ingleses a partir de otra sociedad, más tarde acusada por Facebook de no respetar las leyes sobre privacidad y que estuvo involucrada en el escándalo de Cambridge Analytica".

National Builder nació en 2009 bajo el impulso de Jim Gilliam, quien el año siguiente se convertirá en su consejero delegado. En 2012 Joe Green, compañero de habitación de Mark Zuckerberg en la Universidad de Harvard –y creadores de Facemash, la versión primitiva y experimental de Facebook–, se añadió al proyecto como cofundador y presidente de la compañía tecnológica estadounidense. Según lo declarado por la propia National Builder a través de su página web, su "misión es la de servir a cualquiera, incluso a campañas electorales en competición entre ellas". Atendiendo a varios medios transalpinos e internacionales, es cierto que National Builder ha trabajado con distintas formaciones políticas en Estados Unidos; y que habría facturado un total de un millón de dólares en el año 2018. Entre sus pagadores figura también Donald Trump. Con anterioridad, la empresa tecnológica ha trabajado también para Macron y otros candidatos en Francia y ha prestado sus servicios para partidarios y detractores del Brexit.

Renzi tiene cierta predilección por los expertos en comunicación de Estados Unidos. En 2016, tal como recuerda el periódico italiano Il Fatto Quotidiano, el entonces presidente del Gobierno italiano, con el objetivo de ganar el referéndum constitucional de ese año en diciembre, acudió al consultor americano Jim Messina quien en 2012 había sido el jefe de la campaña electoral del ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. La votación final sobre la reforma de la Constitución italiana, sin embargo, no fue como esperado para Renzi. El 60% de los transalpinos la rechazó con contundencia debido a la ultra personalización de la reforma en la persona del entonces primer ministro. Renzi, entonces, decidió dimitir como jefe del Gobierno asegurando "que dejaría la política".

Renzi sabe que es único que puede enfrentarse cara a cara al carisma de Salvini. Pero eso no basta. En la era digital, la propaganda se juega entre pantallas

Atendiendo a las últimas encuestas, si mañana mismo hubiera elecciones en Italia la Liga de Matteo Salvini sería el partido más votado con casi el 33% de las preferencias. El socialista Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti obtendría el 19% de los votos. Está muy igualado el principal socio del Gobierno de Giuseppe Conte, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Luigi Di Maio, que lograría más del 18% de los consensos. Muy por detrás, como cuarto partido del país, estaría el partido soberanista de Giorgia Meloni, Hermanos de Italia (casi el 9%), el histórico partido del magnate Silvio Berlusconi, Forza Italia (7%); y el recién estrenado Italia Viva (5%) del ex primer ministro Matteo Renzi. En términos de coaliciones, el bloque de centro derecha lograría el 48%, cuatro puntos más que la actual coalición de Gobierno.

A principios de septiembre, el actual presidente del Ejecutivo italiano, Giuseppe Conte, repitió en el cargo cambiando por completo su mayoría parlamentaria. Si durante 14 meses Conte fue la entraña síntesis del Gobierno entre la fuerza anti establishment del Movimiento 5 Estrellas (M5E) y los soberanistas de la Liga de Matteo Salvini; hoy es el resultado de la forzada unión del M5E y el socialista Partido Democrático. En todo esto Renzi, quien siempre ha controlado una corriente muy fiel a él dentro del PD, primero decidió dar el visto bueno a la coalición con el M5E "por el bien de Italia"; y luego apostó por crear un partido centrista todo suyo, Italia Viva, con el objetivo de formalizar su independencia política del resto de la izquierda y crear un centro al más puro estilo Macron en Francia. Atendiendo a sus declaraciones, Renzi no va a "dificultar" el Gobierno de Conte y por él la legislatura se "agotará en 2023". Pero en la práctica Renzi sabe que es único que puede enfrentarse cara a cara al carisma de Salvini. Pero eso no basta. En la era digital, la propaganda se juega entre pantallas.

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