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Madrid, una ciudad habitable

INÉS SABANÉS

Después de casi treinta años de gobiernos municipales gobernando de espaldas a la ciudadanía, Madrid es una ciudad endeudada, contaminada y profundamente desigual. Frente a esta realidad, hay también un Madrid vivo, diverso y alegre que quiere vivir la ciudad de una forma diferente. Una ciudad limpia que mejore nuestra relación con el medio ambiente, cohesionada y participada, que cubra las necesidades de las personas.

Una de nuestras prioridades en materia medioambiental es reducir los niveles de contaminación atmosférica de la ciudad y esto pasa irremediablemente por reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Madrid necesita con urgencia bajar los niveles de contaminación atmosférica, a los que está expuesta la población de manera inadmisible y responsables de la muerte prematura de 2500 personas en la ciudad al año y de la aparición enfermedades crónicas.

Por si esto no fuera suficiente, Madrid lleva desde 2010 sobrepasando los límites legales de dióxido de nitrógeno (NO2) establecidos por la legislación europea. Los "esfuerzos" del Ayuntamiento para reducir estos niveles han sido insuficientes según la Unión Europea y, como consecuencia, Madrid se enfrenta a una multa que puede rondar los 300 millones de euros, deuda que aumenta cada vez que se sobrepasan dichos límites. El problema es aún mayor si se tiene en cuenta que los datos sobre la calidad del aire en Madrid son peores de lo que las cifras muestran.

En 2010, el Ayuntamiento reorganizó la localización de las estaciones de medición de calidad del aire, disminuyendo las estaciones de tráfico, en favor de las de fondo urbano y eliminando la estaciones de Paseo de la Castellana, eje Prado-Recoletos y Paseo de las Delicias, las zonas de mayor contaminación de la ciudad y las que habían marcado con anterioridad los valores máximos de NO2.

Tras la reorganización de los medidores los niveles de calidad del aire sufrieron una leve mejora. Querer esconder los niveles de contaminación de la ciudad supone una negligencia y una burla a la salud de la ciudadanía madrileña. Es por ello que consideramos indispensable una reubicación de los medidores de calidad del aire y obtener así los datos reales de contaminación en Madrid, en primer término.

El 65% de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2, principal componente de los GEI), son producidas por la circulación de vehículos motor, sobre todo diesel. Se hace obvio el proponer que para poder reducir las emisiones es necesario reducir la circulación de los vehículos.

Con el objetivo de conciliar la movilidad con la calidad de aire y la reducción de los GEI, elaboraremos un Plan de Movilidad para la Ciudad de Madrid y propondremos una estrategia de movilidad para toda el área metropolitana enmarcada en una Ley Autonómica para la Movilidad Sostenible.

Así, los principales objetivos son la reducción de las emisiones debidas al tráfico motorizado, buscando estructuras que premien la no utilización del coche en la ciudad; el incremento de la movilidad no motorizada (peatonal, ciclista); y el uso de energías sostenibles y no contaminantes en el transporte público.

Es igualmente importante para reducir los niveles de contaminación una transición hacia un nuevo modelo energético renovable, eficiente y sostenible, que garantice el acceso universal a la energía, adoptando políticas activas de apoyo a la instalación de nueva potencia renovable y la promoción del ahorro y la eficiencia energética. Incorporaremos a los edificios municipales tecnologías más eficientes de climatización y alumbrado, y desarrollaremos planes de intervención en edificios con alta ineficiencia energética.

El apoyo a la rehabilitación energética de las viviendas, junto con medidas de reducción del gasto, podría ayudar a prevenir situaciones de pobreza energética, situación que afecta actualmente a 300.000 hogares en la Comunidad de Madrid.

Además, Madrid está sucio. La ciudadanía ha señalado la falta de limpieza en la calles como el segundo problema más importante de la ciudad. El Contrato Integral de Servicio de limpieza viaria ha sido un fracaso, la ciudad está más sucia y los y las trabajadoras han sufrido despidos y recortes salariales.

Trabajaremos para hacer efectivo el cumplimiento de los objetivos de limpieza fijados en el contrato, además de mejorar el tratamiento de residuos tóxicos domésticos mediante la mejora de la red de puntos limpios y la puesta en valor de hábitos y productos que evitan la exposición a tóxicos.

Madrid tiene que aspirar a ser una ciudad de Residuos Cero, con el objetivo de reducir los residuos, mejorando la sostenibilidad, la resiliencia económica y la cohesión social de nuestra ciudad. Para ello, se tiene que incrementar la recogida selectiva de basuras, fundamentalmente la materia orgánica, y reducir los residuos que no son reciclables ni compostables.

Por todo ello, concluimos que convertir Madrid en una ciudad más sostenible energéticamente, menos contaminada y más limpia es un ejercicio de responsabilidad política ineludible.