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El PP de Feijóo radicaliza su discurso sobre inmigración en plena competición electoral con Vox

El miedo a no adelantar a la extrema derecha crece y se traslada al discurso de los populares.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, con su candidato en las elecciones catalanas, Alejandro Fernánde, en un mitin en Cornellà de Llobregat (Barcelona). E.P./Alberto Paredes
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, con su candidato en las elecciones catalanas, Alejandro Fernánde, en un mitin en Cornellà de Llobregat (Barcelona). Alberto Paredes / Europa Press

En la recta final de la campaña catalana los nervios se han apoderado del Partido Popular, que ve más difícil de lo esperado el sorpasso a Vox. El miedo a no adelantar a la extrema derecha —"objetivo indiscutible" del PP para este 12 de mayo— crece y se traslada al discurso de los conservadores: en las últimas horas han hecho suyos los postulados de los ultras dibujando la imagen de una Catalunya insegura y vinculando inmigración con más delincuencia.

La semilla la plantó el martes Alberto Núñez Feijóo en un mitin en Cornellá. "Le pido el voto a aquellos que están a favor de la inmigración legal, pero los que no admiten que la inmigración ilegal se deje en nuestras casas ocupando nuestros domicilios y nosotros no poder entrar en nuestras propiedades", dijo el presidente nacional del PP. También pidió el voto  "a todos aquellos que se dan cuenta de que Cataluña tiene los índices de criminalidad, de robos y de hurtos y de reincidencia de los más altos de España".

Este martes, su partido ha ahondado en ese discurso. El portavoz nacional, Borja Sémper, también ha querido poner el foco en la "inmigración ilegal" que "acaba en delincuencia". Según Sémper, en Catalunya se dan "muchos fenómenos de delincuencia" y de "inseguridad ciudadana". Además, subrayó el dirigente popular que esta siempre ha sido la postura del PP.

Sin embargo, hace solo un mes Feijóo trasladaba un mensaje radicalmente distinto en torno a la inmigración. El Congreso votó a principios de abril la toma en consideración de una iniciativa legislativa popular (ILP) sobre la regularización de 500.000 personas migrantes y el PP lo apoyó. Feijóo lo defendía así: "Hay un debate que debemos de dar y debemos de zanjar con los inmigrantes que viven y trabajan en España pero que no obtienen o no han obtenido de momento papeles. Esos pueden estar tranquilos de que este partido es sensible con ellos y buscaremos soluciones para una inclusión social correcta y legal en nuestro país".

También Junts la apoyó a pesar de haber endurecido su discurso sobre inmigración en medio de la pelea dentro del independentismo con Front Nacional de Catalunya y Aliança Catalana, el partido de Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll (Girona). Solo Vox votó en contra bajo el lema de "no queremos que España sea Marruecos o Senegal".

Entonces el candidato del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, marcó distancias con la decisión de su partido. A través de sus redes sociales asumió como propia la propuesta de Xavier García Albiol, alcalde de Badalona y reconocido por su duro discurso contra la inmigración:  "Aquí solo debe ser bienvenido el que viene a trabajar y adaptarse a nuestros valores como sociedad", defendieron. Génova siguió adelante con su plan en el Congreso y permitió la toma en consideración de la ILP.

¿Por qué Feijóo y su dirección asumen ahora algunos de los dogmas populistas y xenófobos del partido de Santiago Abascal? Los populares defienden en público que nada tiene que ver con el cuerpo a cuerpo contra Vox por la cuarta posición en las elecciones catalanas porque no se fijan en otros partidos. "Nuestro objetivo no tiene nada que ver con otras fuerzas políticas, va mucho más allá", aseguraba este miércoles la secretaria general del PP, Cuca Gamarra. La respuesta oficial de Génova es que ellos no compiten con nadie.

En privado, fuentes del partido sí reconocen ese "partido" que se está jugando contra Vox. En 2021 los de Abascal sacaron 11 diputados y el PP, 3. Ni Feijóo ni otros dirigentes de peso esconden que es necesario resucitar a la formación en Catalunya, y eso pasa por absorber los votos de Ciudadanos —lo cuál dan por descontado— y también pescar en el electorado de Vox. De ahí que los mensajes se segmenten y se amolden a las necesidades.

Feijóo ha verbalizado este miércoles que el PP “será la cuarta fuerza” en el Parlament después del 12 de mayo y aunque nadie en el partido quiere señalar un objetivo para la victoria el presidente nacional del PP lo ha dejado claro: fracasarán en Catalunya si no superan a Vox.

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