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Las tretas del Ejército para cargarse al rebelde

Expedientes disciplinarios resueltos en base a conjeturas, informes de espías erróneos e instructores que hacen de juez y parte son las armas que están utilizando las Fuerzas Armadas para sancionar y expulsar al teniente Segura del servicio

El teniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura, en una imagen de archivo.

Todo empezó con un libro de ficción donde relataba historias de corruptelas de los mandos militares e injusticias para con los soldados. Nombres y contextos imaginarios en situaciones muy reales. Al poco llegó la sanción de dos meses de arresto por escribir dicha obra —Un paso al frente (Tropo editores)— y la huelga de hambre contra lo que él consideró un ataque a su libertad de expresión. Después, la televisión y la exposición mediática. 

Convertido ya en un referente de la denuncia contra la corrupción en el seno de las Fuerzas Armadas, el teniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura pasó a ser una presencia habitual en los medios de comunicación. Empezó a colaborar con Público. Destapó prácticas dictatoriales, despilfarros, fraccionamiento de contratos para asignarlos a dedo o la penosa situación de las tropas en algunos de sus destinos. Fue entonces cuando los mandos del Ejército le declararon la guerra. 

Segura será, casi con total probabilidad, expulsado del Ejército por uno de los expedientes gubernativos abiertos por la autoridad militar por su colaboración con la prensa y la publicación de su libro. Sin embargo, esto no le librará de nuevas arremetidas de los mandos para conseguir que pase más tiempo arrestado antes de que sea separado definitivamente del servicio. 

Público ha tenido acceso a uno de esos expedientes disciplinarios que pueden acarrearle más arrestos. En él, el instructor le acusa de una "falta de subordinación" por no acudir a una declaración para otro de sus procesos arguyendo una enfermedad y, sin embargo, conceder una entrevista tanto ese mismo día, cinco de noviembre, como el siguiente. 

'Juicio' sin testigos, pero con espías

"Tras practicar cuantas pruebas estimó necesarias", el instructor aprecia que Segura es "responsable" de la falta grave de insubordinación, tipificada en el artículo 8 de la Ley Disciplinaria Militar.

Entre estas pruebas, el instructor no consideró necesario contactar con ninguno de los medios de comunicación; uno de ellos, el programa de La Tuerka, emitido por este medio. En vez de ello, recoge un informe del CESEGET (Centro de Seguridad del Ejército de Tierra, órgano encargado de las labores de Inteligencia de este cuerpo), que conjetura que "poniendo en conexión la entrevista concedida al medio de comunicación Dirigentesdigital.com con la intervención en el programa de TV La Tuerka, pudiera ser que la citada entrevista tuviera lugar el día 5 de noviembre".

La conjetura es en este caso suficiente para que el instructor proponga para Segura hasta 30 días más de arresto, un tipo de sanción por vía administrativa que obligó a España a elevar una reserva a dos artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos. En dichos apartados se prohíben las penas de privación de libertad sin la intervención de un juez, como aún pueden hacer en España los mandos de las Fuerzas Armadas.

"Primero sancionan y luego hacen preguntas, es una caza de brujas", denuncia Segura. Y efectivamente, ese parece ser el método que sigue la autoridad militar, que si se hubiera puesto en contacto con este medio, habría podido comprobar que el horario de La Tuerka es compatible con cualquier otra actividad ya que se graba a las 20.00 horas; o bien, con Dirigentesdigital.com, que no tiene ningún problema en confirmar que la entrevista por la que Segura puede ser privado de libertad durante 30 días se produjo el 4 de noviembre. 

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