Público
Público

Joan Ribó: “La derecha solo gestiona muy bien sus propios intereses”

El alcalde de València hace balance de sus primeros diez meses de gobierno en plena caída de Rita Barberá por el caso Taula

Joan Ribó: “La derecha solo gestiona muy bien sus propios intereses”.- EFE

LAURA L. DAVID

VALENCIA.- De los “alcaldes del cambio”, Joan Ribó (Manresa, 1947) es el único que no llegó a la alcaldía impulsado por una marea o de la mano de un movimiento político al calor de Podemos. Ecologista e ingeniero agrónomo, comenzó en el activismo cristiano de base, para años después ejercer durante doce años como diputado en las Corts valencianes. Entonces parecía que su vida política había terminado. Pero la llamada de la joven Coalició Compromís para que encabezara su candidatura a la alcaldía de València, hizo volver de su retiro a la primera línea a este profesor de instituto jubilado. Su formación logró tres concejales y se convirtió en la oposición más visible a la por aquel entonces imbatible Rita Barberá.

A la segunda, para Ribó, fue la vencida. Ahora lidera un gobierno con PSPV-PSOE y València en Comú, que defiende en esta entrevista por ser “eficaz” y “estable”. Y se muestra orgulloso de haber obtenido una mayoría y un consenso suficientes para haber hecho girar València a la izquierda.

Más allá de Valencia, a usted se le conoce como el alcalde de la bici o el que abrió el balcón del Ayuntamiento en el que antes solo se exhibía Barberá a toda la ciudadanía. ¿Le molesta que, pasados ya unos meses, cuando se hable de usted se destaquen esas anécdotas o como dice la oposición, sobre todo Ciudadanos, usted solo hace política de gestos?

Ciudadanos tiene que poder decir algo (sonríe), pero eso no es cierto. Por supuesto, los gestos son importantes. Plantearse ir en bici al trabajo -como yo he ido en los últimos 25 años, ya sea como profesor de instituto o como diputado- es un gesto importante respecto a la movilidad sostenible y el modelo de ciudad que queremos. Abrir el balcón es otro gesto importante: esto no es la ciudad prohibida de Pekín, sino que es un sitio que es de los valencianos, por lo tanto los valencianos pueden entrar. Indica una forma de gobernar. Son gestos que indican cosas, pero hacemos muchas más. Yo lo resumiría en algo que es muy árido; la economía. Presupuesto de 2014 hecho por el PP, balance final: 10 millones de déficit. Presupuesto de 2015, hecho por el PP gobernado los últimos seis meses por nosotros, balance final: 25 millones de superávit.

"La derecha solo gestiona muy bien sus propios intereses y recursos, pero gestiona muy mal los recursos de todos, y nos lo estamos encontrando de forma evidente en este ayuntamiento"

¿Pero los buenos gestores no eran los de la derecha?

Eso es un mito. La derecha solo gestiona muy bien sus propios intereses y recursos, pero gestiona muy mal los recursos de todos, y nos lo estamos encontrando de forma evidente en este ayuntamiento. No solo nos han endeudado hasta las orejas, no solo han llegado a una serie de acuerdos que ahora son dificilísimos de gestionar, sino también se ha gestionado fatal. Se ha malgastado el dinero por encima de las responsabilidades. ‘Ritaleaks’ es un ejemplo clarísimo. En muchísimas cosas se ha disparado con pólvora de rey para no hacer absolutamente nada. La derecha gestiona mal y hay que decirlo claramente; gestiona muy mal.

¿Cree que no se dice lo suficiente?

No, no y no. Yo quiero decirlo muy alto, porque se tiene el mito de que la derecha gestiona muy bien las cosas y eso es mentira. La derecha gestiona de forma catastrófica. En el Ayuntamiento de València la gestión pública era muy mala, a todos los niveles. Y si te vas a la Generalitat, no te cuento… Tiraban el dinero como si fuera suyo.

Sin embargo, cuando se plantea un gobierno de izquierdas, no faltan las voces afirmando que “no van a saber gobernar” o sugiriendo “poner expertos o tecnócratas”. ¿Cómo ve esta idea de que se les intente sustituir?

Es imprescindible tener buenos técnicos y el Ayuntamiento de València los tiene. A todos aquellos técnicos que trabajan bien, que son la mayoría, los hemos respetado y estamos trabajando muy bien con ellos. No hace falta que un concejal, un ‘conseller’ o un ministro sea un buen técnico, lo que hace falta es que tenga buenos técnicos. Para eso están los funcionarios, pero hay que respetarlos, trabajar con ellos y pactar unas líneas. No hace falta tener un gobierno de tecnócratas, hace falta un gobierno que establezca las líneas a dónde queremos ir y unos técnicos que las ejecuten. Lo que no se puede hacer es como hicieron en Canal 9. Había unos profesionales y llegó el primer presidente [de la Generalitat Valenciana] del PP [Eduardo Zaplana], no se fiaba de ellos y puso una segunda capa. Luego llegó otro presidente, el señor [Francisco] Camps y no se fiaba de los profesionales que había puesto el presidente anterior que era de su mismo partido y puso una tercera capa. ¿Al final qué pasó? Que teníamos Canal 9 más sobresaturado que ningún otro porque no se creyó en los técnicos que estaban muy bien preparados.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó (d), saluda a una de las personas con movilidad reducida que han presenciado el disparo de la décima mascletà de las Fallas de Valencia. / EFE

"No hace falta que un concejal, un ‘conseller’ o un ministro sea un buen técnico, lo que hace falta es que tenga buenos técnicos. Para eso están los funcionarios"

Tras 24 años del gobierno del PP donde seguramente se habrán instalado unas dinámicas de contratación con ciertas empresas, algunas de las cuales hasta están siendo investigadas por corrupción, ¿esas dinámicas se han erradicado o ustedes han encontrado reticencias dentro de los funcionarios de la casa?

La casa lo que estaba es muy falta de dirección. Ahora hemos introducido nuevas líneas dirigidas a la eficacia. La inmensa mayoría de los funcionarios están trabajando en estas nuevas coordenadas e incluso se están felicitando de poder trabajar con ellas, que son respetar su iniciativa e incentivar su profesionalidad. En un porcentaje elevadísimo la gente se está adaptando muy bien. Hay que creer en los trabajadores y ellos entienden perfectamente que cambies determinadas tendencias. Por ejemplo, nosotros queremos introducir la movilidad sostenible. ¿Ha habido que cambiar a algún técnico? Sí, porque tenía una concepción del paradigma de la movilidad que no se corresponde con la nuestra, pero la mayoría están de acuerdo.

A usted se le enmarca siempre en los ayuntamientos “del cambio”, pero forma parte de Compromís, que es un proyecto político anterior a las mareas y Podemos. ¿Qué cree que les une a estos movimientos y qué les diferencia?

Nos unen muchísimas cosas: la voluntad de cambio, de participación, de transparencia y de hacer las cosas de otra manera. Pero quizás el hecho de que llevemos algunos años más nos hace ver las cosas con cierta perspectiva. Por ejemplo, nosotros hemos trabajado desde el comienzo en tener un gobierno estable con mayoría frente a la derecha. Eso implica llegar a acuerdos con València en comú, que ahí no hay ningún problema, pero también llegar a acuerdos con el PSPV-PSOE, cosa a la que por ahí, en Madrid o Barcelona, no se ha llegado fácilmente, o no se ha llegado. Nos gusta trabajar con estabilidad porque aquí tenemos un problema… (resopla) 24 años de Gobierno de la señora Barberá implican un trabajo ímprobo para ir cambiando las cosas y necesitamos hacerlo desde una mayoría y poder tener unos presupuestos aprobados con unas coordenadas. Eso quiere decir que a veces tenemos que trabajar las cosas y discutirlas más, pero nos da una gran ventaja. Creo que esa es la única gran diferencia con respecto a las mareas, a Ada Colau, a Manuela Carmena… el hecho de que el PSPV esté integrado en el gobierno nos da una eficacia para resolver los problemas con mayor facilidad.

"Hemos trabajado desde el comienzo en tener un gobierno estable con mayoría frente a la derecha. Eso implica también llegar a acuerdos con el PSPV"

Su acercamiento a estos gobiernos del cambio le ha valido su primer problema con la justicia. El PP le ha denunciado por cargar al Ayuntamiento los gastos de un viaje a Galicia en el que participó, precisamente, en unas jornadas de trabajo de los llamados “ayuntamientos del cambio”. Usted asegura que si un juez decide investigarle (imputarle) por esos hechos, dimitirá. ¿Tan seguro está de que no hay nada contra usted?

Es que eso no es un problema, es una cortina de humo. Eso lo hacían los barcos cuando veían que las cosas estaban muy complicadas; ponían humo para que no les detectaran. Los del PP con todo el agobio que tienen por si los tiran con sus problemas de blanqueo de dinero han sacado este tema, pero ellos saben que no hay absolutamente nada. Yo estoy muy tranquilo.

Aun así, un juez podría curarse en salud y decidir tirar adelante la investigación igualmente. ¿Qué haría entonces?

No estamos en la fase del juez, estamos en una situación de fiscal aún. Los fiscales son gente muy seria y muy razonable.

La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra (detrás derecha), y el alcalde de Valencia, Joan Ribó (detrás izquierda), asisten a la primera Mascletá oficial de las Fallas 2016 que se ha disparado este martes en la plaza del Ayuntamiento. EFE/Kai Förs

¿No lo contempla entonces?

No contemplo esa posibilidad. Pero sí creo que es importante en estos momentos, y se lo hemos dicho al PP, que ante casos flagrantes de presunción de culpabilidad con un tema como el blanqueo, hay que ser claros y no se puede trapichear y decir como dicen “ahora no somos del PP, ahora somos independientes”. Bueno, ¿y qué? ¿Eso la gente de la calle en qué lo nota? ¿En el Ayuntamiento, en qué lo notamos? Absolutamente en nada. Se necesita tener una actitud clara contra los casos de corrupción, es que estamos atacados. Yo quiero que a València se la conozca por sus valores, no por las situaciones conflictivas. Es muy importante limpiar de una vez por todas.

Usted me hizo en campaña una predicción y acertó. Me decía que estaba convencido de que Rita Barberá no cogería ni el acta de regidora si veía que no podría ser alcaldesa. Ahora que está todo el estado pendiente de qué va a suceder con ella, dígame qué le va a pasar.

¡Uf! Eso de hacer de profeta…

"El hecho de que el PSPV esté integrado en el gobierno nos da una eficacia para resolver los problemas con mayor facilidad"

La última vez le salió bien.

No va a aguantar la presión. Ella ha estado por encima del bien y del mal, pero ahora creo que le están cayendo muchos temas y no va a soportar la presión. Y, si la soporta, el Tribunal Supremo le va a quitar las ganas de soportarla, estoy convencido. Aparte del blanqueo está Ritaleaks y hay más temas por ahí que le van a salir. Intentará agarrarse al máximo para que un juez normal no la pueda juzgar, pero al final será el Supremo y se tendrá que ir de senadora. O por las buenas o por las menos buenas.

Respecto a los asesores del grupo municipal popular imputados por blanqueo en el caso Taula, se les ha suspendido de empleo y sueldo, pero aun así están cobrando alrededor de 1.000 euros. ¿Está atado como alcalde, no se puede hacer más?

Nosotros hemos hecho lo que podíamos hacer. Lo hicimos con Luis Salom porque el juez dijo claramente que estaba encausado y con los otros asesores que no nos han pedido la dimisión, que ha habido dos que nos la han pedido. La ley nos exige mantenerles unas retribuciones básicas porque es una suspensión temporal de empleo y sueldo.

Decía antes que una de las ventajas de su gobierno es que los socialistas están integrados en él. El PSPV se ha quedado con concejalías muy importantes en presupuesto, como Urbanismo o Turismo. A Compromís se le presuponen políticas más progresistas que a los socialistas. ¿Tiene que hacer muchas cesiones a diario?

No, nosotros llegamos a unos acuerdos y ese es el marco general. Los grupos de gobierno nos reunimos semanalmente y analizamos la situación. No hay que hacer grandes cesiones, hay que hacer grandes debates para ajustar los temas. La cosa está funcionando razonablemente bien. A nivel municipal no hay diferencias significativas. En los elementos fundamentales hay consenso. A nivel de política internacional, europea e incluso estatal los problemas pueden ser mayores.

"Barberá intentará agarrarse al máximo para que un juez normal no la pueda juzgar, pero al final será el Supremo y se tendrá que ir de senadora"

¿De qué cambios de su gestión en estos meses de gobierno se siente más orgulloso?

Hemos introducido varios parámetros importantes, como la participación. Están aprobados ya 7 millones de euros del presupuesto en inversiones para este año que se están pasando a concretar después de unas votaciones en los barrios. Eso no se había hecho aún. Me siento muy orgulloso de ese tema, que tiene que mejorar porque lo hemos hecho deprisa; es cierto, el año que viene lo haremos mejor. Me siento muy contento de haber girado toda la degradación del Cabanyal, aunque queda mucho por hacer, pero todas las grandes líneas ya están planteadas: ya no se prolonga, ya no se destruye, ya hemos pedido inversiones. Es cierto que la gente dice “lo quiero y lo quiero ya” y yo lo entiendo, pero un proyecto europeo, la rehabilitación y la concreción de obras tienen su proceso.

¿Cuándo veremos algún resultado palpable en el Cabanyal?

Muy pronto. En el momento en que licitemos las primeras obras.

¿No se atreve a dar una fecha?

No, porque la cosa que menos me gusta de este Ayuntamiento y de la Administración en general es la lentitud de los procesos administrativos, consecuencia de los controles que hay que tener, que son muy importantes. El PP nos ha planteado una serie de enmiendas que nos ha retrasado cuatro meses. Y eso hay que respetarlo.

Joan Ribó: “La derecha solo gestiona muy bien sus propios intereses”.- EFE

¿Qué expectativa especialmente despertada con ustedes cree que todavía no se ha cumplido?

Tengo mucho interés en el tema de la vivienda, que también cuesta mucho de tirar para adelante porque no se puede construir en dos días. Salir por la noche y ver a gente durmiendo en la calle es un problema que me agobia mucho. Eso lo tenemos que resolver. La compañera (regidora responsable de Vivienda) María Oliver está trabajando en ello. Por otro lado no hemos avanzado todavía lo que quisiéramos en el tema del barrio de Nazaret y su relación con la Autoridad Portuaria. Quiero avanzar mucho más en los temas de movilidad. Hemos dado pequeños pasitos en temas de transporte público pero todavía no se acaban de visualizar: los bonos de la EMT que puedan subir gratis hasta cumplir 11 años, las nuevas líneas, la peatonalización de algunas zonas… Respecto a la implantación de carriles bici, por ejemplo, como hemos modificado el anillo ciclista porque lo queremos hacer más grande, pues nos está costando mucho más. U otros temas relacionados con cultura; yo quisiera tenerlos ya.

"Me siento muy contento de haber girado toda la degradación del Cabanyal, aunque queda mucho por hacer, pero ya no se prolonga, ya no se destruye"

Es verdad que se está hablando mucho de movilidad, pero tampoco ustedes en eso es que hayan inventado la pólvora. ¿Es mérito suyo o demérito del PP?

Totalmente demérito del PP valenciano. Hay ciudades gobernadas por el PP con una movilidad mucho más avanzada que está ciudad. València tenía una visión de la movilidad en donde el coche era el dios de la calle. Eso en muchas ciudades no es así ya. Te pongo el ejemplo de Vitoria, donde durante muchos años ha gobernado el PP. Es una tendencia general de toda Europa, en esto nosotros por supuesto que no inventamos la pólvora. Peatonalizar determinadas zonas y avanzar en esos procesos no es un invento de esta ciudad, es poner la ciudad al día en los temas de movilidad.

Uno de los principales escollos que tenía que salvar Compromís era el tema de las Fallas, unas fiestas en teoría críticas que se habían alineado con el conservadurismo promovido por el PP. ¿Qué balance hace de sus primeras Fallas?

Estoy muy contento. La izquierda en València cometió un error histórico y fue pensar que las Fallas no iban con ellos o no valorar adecuadamente las Fallas. Son un elemento fundamental de nuestra cultura popular y son nuestra fiesta mayor. Hemos mejorado determinados aspectos como los problemas de movilidad o establecido controles en la venta callejera. También la Exposición del Ninot y estamos trabajando en el Museo Fallero para convertirlo en un museo de verdad. Y otra vez el tema del famoso balcón, al que hemos dado acceso por sorteo diario de todos los que querían participar y ver la mascletà desde allí. Queremos avanzar en que los materiales sean ecológicos, que la quema sea en sentido más clásico. Es complejo pero estamos trabajando con la Universitat Politècnica. Las Fallas no son de nadie: ni de la derecha ni de la izquierda. Son de la ciudad de València.

Y ha logrado que la política vuelva a las Fallas. Se han hecho casi más ninots suyos –y hasta de sus concejales- este año que de Rita Barberá en todos sus mandatos…

Me parece totalmente normal que en unas Fallas que son críticas aparezcan ninots del alcalde y de sus concejales. Si te gusta, bien. Si no te gusta, pues te apañas. La crítica satírica de las Fallas está para eso. Tiene una tradición republicana de antes de la guerra importante.

Una cosa que no se ha conseguido es que sigue habiendo faltas de ortografía con el valenciano en las Fallas. ¿Cree usted que en esta legislatura se va a conseguir algo que debería ser tan sencillo como que se respete la ortografía?

Vamos a trabajar en eso de manera seria. Estamos a punto de firmar un convenio con la Acadèmia Valenciana de la Llengua para trabajar en esta dirección. Yo creo que poco a poco la gente conoce más el valenciano porque está presente en las escuelas y creo que en las Fallas están desapareciendo las faltas de ortografía, pero a pesar de todo vamos a insistir. Todos los aspectos culturales, donde están los lingüísticos, son aspectos a desarrollar de las Fallas. Creo que vamos a conseguir que poco a poco se vaya normalizando que se hable valenciano correcto, lo que por desgracia era anormal.

"Salir por la noche y ver a gente durmiendo en la calle es un problema que me agobia mucho. Eso lo tenemos que resolver"

¿Entonces erradicaremos las faltas en esta legislatura?

Yo creo que sí. Paulatinamente. Acabamos de cambiar el nombre oficial de la ciudad [Valencia por València] porque queremos dar ejemplo. Yo siempre hablo en valenciano cuando hablo en público porque me parece un elemento normalizador importante y creo que en la calle se habla valenciano cada vez más. Y es imprescindible que tengamos Canal 9.

¿Qué es lo que más le sorprendió encontrar cuando llegó al Ayuntamiento de la herencia de Rita Barberá?

Lo que yo llamo los embolados jurídicos. Cuando intentas entrar en el proceso del parquin de la plaza de Brujas te encuentras con un lío del demonio, que me paso meses y todavía no puedo desmontarlo. Cuando intentas entrar en el Parque Central, te encuentras con otro lío impresionante, siempre con parches y con deudas. En el tema del Consorcio de la Marina, también deudas impresionantes y problemas jurídicos. Eso no me lo esperaba. Me ha sorprendido de forma desagradable. La segunda cosa que me ha sorprendido es el descontrol absoluto en temas fiscales. Ahí el criterio general era que pagaran los ciudadanos normales y de las altas capas, digamos, se olvidaron.

Según las últimas cifras de paro registrado, en València hay 67.000 personas inscritas en el Servef. ¿Qué puede hacer el Ayuntamiento por ellas?

No puede hacerlo todo porque la economía no la controlamos mayoritariamente nosotros, pero puede hacer cosas. Durante los últimos cinco años el Ayuntamiento perdía trabajadores todos los años, de 100 a 120. Este año será el primero en que mejoraremos un poquito; no mucho, pero contrataremos a 200 y pico trabajadores. Pondremos en marcha todos los servicios vinculados al Servef para la búsqueda de trabajo. ¿Qué puede hacer el Ayuntamiento? Impulsar la rehabilitación de viviendas como estamos haciendo porque los trabajadores de la construcción son los primeros grandes damnificados. Impulsar los temas agroalimentarios que estaban totalmente abandonados; estamos en contacto con la FAO para determinados acuerdos. Queremos no sólo proteger la huerta, sino impulsar que sea un centro productor de alimentos y de puestos de trabajo. Y, por supuesto, impulsar no sólo el turismo de sol y playa y grandes eventos, sino uno más sostenible y de calidad. Mirando al territorio, aprovechando que tenemos al lado el Parque Natural de l’Albufera. Más cultural, pensando en que València es una capital musical de magnitud europea como Barcelona o Viena.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias