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Francisco Granados e Ignacio González Los números dos y tres de Esperanza Aguirre comparecen por distintas tramas de corrupción en la Audiencia Nacional

El líder de la 'Púnica' David Marjaliza sabía en 2014 que era investigado por la Audiencia Nacional. Borró ordenadores, escondió patrimonio y visitó a una pitonisa: le dijo que no estaba en 'Gürtel' "y se quedó más tranquilo", según Francisco Granados 

Francisco Granados declara en la Audiencia Nacional por la trama de corrupción Púnica.

julia pérez

Las manos derecha e izquierda de Esperanza Aguirre comparecen a la vez en la Audiencia Nacional. Unos minutos después de las 9.00 horas de este miércoles ha comenzado la declaración en la Audiencia Nacional del exconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid Francisco Granados, acusado de haberse beneficiado del supuesto chivatazo de que era investigado en el caso de corrupción Púnica.

A esa misma hora se ha presentado en el tribunal central el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, investigado por la trama de corrupción Lezo y que fue excarcelado el miércoles pasado bajo fianza de 400.000 euros. González ha acudido para cumplir con su obligación de comparecer cada semana en el juzgado.

González y Granados eran los números dos y tres de Esperanza Aguirre, la expresidenta de la Comunidad de Madrid salpicada a su vez por la trama Gürtel. Ambos son rivales y se han acusado mutuamente de estar detrás de las trama de corrupción

Nada más sentarse en el banquillo por el chivatazo en el caso Púnica, Francisco Granados ha pedido que conste su comparecencia ante el tribunal central ya que es 15 de noviembre y una de las condiciones de su salida de la cárcel tras más de dos años en prisión preventiva es que firme en el juzgado cada quince días.

Francisco Granados ha arremetido en su declaración contra el otro supuesto cabecilla de la trama, David Marjaliza, quien no está acusado por la fiscalía en esta pieza del chivatazo y que colabora con el ministerio público para esclarecer los amaños de contratos públicos y negocios del ladrillo en los que participó.

Granados ha revelado que Marjaliza le llamó el 16 de septiembre de 2014, un mes antes de la operación Púnica, para tomar un café. Le contó que sabía “que la Fiscalía y la Guardia Civil le están investigando y que lleva desde 2013 tomando medidas”. Incluso había regularizado el dinero que tenía en Suiza y borrado sus discos de su oficina.

Francisco Granados ha arremetido en su declaración contra el otro supuesto cabecilla de la trama, su antiguo amigo David Marjaliza

"Se va incluso a ver a una pitonisa para ver si esto de la Audiencia Nacional le va a salir bien. Le dicen que no se preocupe, que no es por el tema Gürtel. Ah, ya me quedo más tranquilo", ha explicado Francisco Granados con media sonrisa dirigida al tribunal.

Marjaliza, ha explicado Granados en su declaración, le contó el 16 de septiembre de en 2014 que había mandado fuera de España parte de su patrimonio. Cuando se ven, "sabe que tiene los teléfonos `pinchados por la Audiencia Nacional y que tiene un procedimiento abierto. Y ha tomado todas las medidas de ocultación necesarias".

Es más, la secretaria de Marjaliza oculta documentos bajo el colchón. Su marido, un guardia civil en activo, viaja a Suiza para ocultar parte de su patrimonio.

Con esta versión, Francisco Granados ha intentado aclarar que él no recibió el soplo de que era investigado en el caso Púnica, por el que está en el banquillo, sino que era su entonces amigo quien sabía de la investigación y tomó medidas para ocultar dinero.

El presunto chivatazo a Granados se produjo la noche del día 5 de septiembre de 2014, en plenas fiestas de Valdemoro (Madrid), donde reside Granados y había sido alcalde. Esa noche se le acercó el guardia civil José Manuel Rodríguez Talamino, también residente allí, y le comentó que tenían tanto trabajo "que la unidad ha llegado hasta Valdemoro".

Granados había dimitido meses antes como senador porque se había revelado que había tenido una cuenta en Suiza, donde tenía un millón de euros. Según él, repatrió a España por medio de una compensación que había hecho con Marjaliza en el año 1999 antes de pasar a la política desde la banca privada: su amigo se quedó con esos fondos de Suiza mediante un poder y le dio el dinero en España.
El comentario "tan inocuo" de Talamino "me sonó a advertencia", expone el político en una escucha interceptada en la investigación. Su interlocutor es el tercer acusado, su exasesor José Luis Caro, que era amigo de Talamino. Le respondió que le extrañaba que el agente le hubiese dicho esto y que estaría "borracho", al ser fiestas.

"Lo único que yo quiero saber es si esto va conmigo", ha sostenido Granados ante el tribunal. Incluso consultó en Google y la Wikipedia qué era eso de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil para la que trabajaba Talamino, "y veo que tiene enjundia". También le salió como resultado de la búsqueda "la Universidad de Córdoba", ha recordado.

El agente Talamino se ocupaba entonces de seguimientos y pinchazos telefónicos. Según la Fiscalía fue el encargado de instalar una cámara frente a la sede de las empresas del socio de Granados, David Marjaliza, en Pinto (Madrid).

Nadie le dijo "nada de si se había colocado una cámara" frente a las empresas Marjaliza, sino que el trabajo era en Pinto "alrededor de un centro comercial, por unas oficinas". Talamino “no me dice nada de que haya una investigación abierta contra mi ni contra nadie".

Seis minutos después de esa conversación con Caro, Marjaliza llamó a Granados y éste le adelantó el comentario de Talamino: “No te mencionó pero dijo como que estaba en tu puerta haciendo cosas", sostiene el líder popular madrileño en una conversación telefónica reproducida en el juicio este miércoles.

Granados ha revelado que dimitió a mediados de febrero de 2014 y que en marzo le llamó Marjaliza para decirle que la fiscal Anticorrupción Carmen García Cerda –la del caso Púnica que le interroga en este juicio— había preguntado en dos juzgados de Madrid por dos causas abiertas contra el constructor por facturas falsas.
El 16 de septiembre de 2014 fue cuando tomó un café con Marjaliza, y éste le reveló que llevaba desde 2013 ocultando su patrimonio porque sabía que estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional. Pero la pitonisa le había calmado.


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