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José Manuel Maza El Gobierno propone al conservador Sánchez Melgar como nuevo fiscal general del Estado

Magistrado del Supremo, su perfil supone una continuidad a la política del Gobierno con Catalunya. Su sentencia sobre la ‘doctrina Parot’ fue tumbada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Julián Artemio Sánchez Melgar, magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo desde enero de 2000.

JULIA PÉREZ

El Gobierno ha optado por un perfil continuista al proponer al magistrado Julián Sánchez Melgar como próximo fiscal general del Estado en sustitución de José Manuel Maza, fallecido la semana pasada en Argentina en un viaje de trabajo. Ambos son amigos, ambos era compañeros en el Tribunal Supremo y ambos tienen un similar perfil conservador.

La propuesta ha partido del ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien ha optado por nombrar nuevamente a un magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo para dirigir el ministerio público en pleno proceso abierto sobre la declaración unilateral de independencia que mantiene como investigados al Govern catalán cesado, a la Mesa del Parlament y a los líderes de ANC y Òmnium Cultural.

Su nombre no ha sido consultado al PSOE, según fuentes de este partido político. Aunque tampoco esperaban –aseguran- consensuarlo con el Gobierno de Mariano Rajoy.

Nacido en Palencia en 1955, Sánchez Melgar ha estado destinado en Catalunya –primero en Mataró y luego en la Audiencia de Barcelona- y ha sido presidente de la Audiencia de Ávila, cuando Ángel Acebes eral alcalde de la ciudad. Fue nombrado magistrado del Supremo en el año 2000 a propuesta de los vocales del Consejo General del Poder Judicial nombrados a instancia del PP.

Doctrina Parot y Botín

Doctor en Derecho, su sentencia sobre la ‘doctrina Parot’ del año 2006 sobre el cómputo de la pena para los asesinos múltiples de ETA fue tumbada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos porque vulneraba el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Esta doctrina se sentó ante la inminente salida de los miembros de ETA de los años del plomo –con numerosos asesinatos en su haber-, que se veían beneficiados por el Código Penal franquista de 1973 porque permite acumular los beneficios penitenciarios en una sola estancia en prisión de 30 años como máximo.
El caso de Henri Parot, autor de 82 asesinatos, llegó al Supremo. Y Julián Sánchez Melgar fue el ponente de la sentencia del 28 de febrero de 2006 que mantenía el límite legal de los 30 años de prisión pero calculaba el cumplimiento de Parot no con el descuento a partir de ese total, sino aplicando los beneficios penitenciarios de una pena tras otra de manera sucesiva.

Sánchez Melgar llegó a votar en contra de la llamada doctrina Botín, con la que el entonces presidente del Banco Santander se libró de sentarse en el banquillo por el caso de las cesiones de crédito al no actuar contra él la Fiscalía o una acusación particular.

Sánchez Melgar es un hombre que conoce bien la santabárbara del Estado, no en vano ha sido hasta ahora el sustituto del magistrado Pablo Lucas en las autorizaciones de investigaciones del CNI a altos cargos.

El proximo fiscal general conoce muy bien al general Félix Sanz Roldán, el director del servicio secreto español por lo que es un puntal de influenciq en la Fiscalía en el pulso que mantiene el general con el comisario Villarejo y ante las horas bajas que atraviesa el CNI por la celebración del 1-O y la compra por los impulsores del proces de 10.000 urnas a una empresa china a traves de la web Alibaba.

Compañeros de la vida

Tanto Sánchez Melgar como Maza son amigos de Manuel Marchena, el presidente de dicha sala. Los dos primeros eran coordinadores de una revista de práctica procesal de la editorial jurídica Sepin, mientras que Marchena es miembro de su Consejo de Redacción. “Adiós, compañero de la vida”, fue el título del conocido tango escogido por el próximo fiscal general del Estado para elogia y despedir a José Manuel Maza en esta revista de práctica procesal.

El fallecido José Manuel Maza optó por una línea dura y pidió la prisión de los líderes políticos catalanes en las querellas que él mismo firmó, en contra del criterio del Gobierno que prefería unas medidas más suaves. Su decisión le provocó una pérdida de apoyo por parte del ministerio de Justicia, que no ha abierto la cartera para otorgar los recursos económicos que demanda la Fiscalía.

La acusación de la Fiscalía en el caso Gürtel, que sentó al PP en el banquillo como responsable civil, o el caso de la destrucción de los ordenadores de Bárcenas, por el que este partido será el primero en afrontar una responsabilidad penal, eran otras piedras en el zapato que molestaban al Ejecutivo de Mariano Rajoy.

¿Seguirá la línea de Maza?

El caso Gürtel ha quedado visto para sentencia, y el segundo de los ordenadores de Luis Bárcenas estará en manos de Sánchez Melgar. Sus primeras medidas indicarán si sigue la línea de Maza en el caso sobre la rebelión en Catalunya que instruye el Supremo.

Ahora se abre un proceso de consulta al Consejo General del Poder Judicial, ya que el cargo exige que el candidato sea un jurista de reconocido prestigio con más de 15 años en ejercicio. Sánchez Melgar, con casi 35 años como juez, comparecerá después en la Comisión de Justicia en el Congreso para exponer su programa y después será nombrado por el Gobierno como nuevo fiscal general del Estado.

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