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Corrupción en el PP de Madrid Rajoy, a Granados en 2011, tras ser cesado por Aguirre: "Paco, estate tranquilo"

El exsecretario general del PP de Madrid declara ante el juez cómo fue su destitución al frente del partido y asegura ante el juez que no fue Aguirre, sino el propio Rajoy quien destapó la trama Gürtel

Granados, a su salida de la Audiencia Nacional. | EFE

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En la declaración que Francisco Granados realizó el pasado lunes de forma voluntaria ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, el exsecretario general del PP en Madrid y supuesto cabecilla de la trama Púnica, cargó contra Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes, a los que responsabilizó de ser los responsables de la financiación irregular del PP de Madrid, y así lo dijo ante los periodistas. Pero otras cosas se las reservó para el juez.

Sin embargo, dos días después se han conocido detalles de la declaración judicial de Granados. El diario El Español revela lo que el principal investigado en el caso Púnica declaró ante el juez a preguntas de su abogado.

Lo más destacado de lo que cuenta Granados ocurrió en 2011. Según narró él mismo ante el juez, cuando Aguirre decidió destituirlo como secretario general del PP de Madrid en noviembre de 2011 —antes lo había cesado como consejero en junio de 2011— mantuvo una conversación con Mariano Rajoy, quien acababa de ganar las elecciones generales y se disponía a ser presidente del Gobierno, en la que el líder del PP le trasladó un mensaje: "Paco, estate tranquilo". Granados asegura que Rajoy le animó a aceptar el puesto de senador por designación autonómica que le ofrecía Aguirre, cosa que finalmente hizo.

Es conocido que la razón por la que Aguirre fulminó a Granados pocos días después del primer triunfo electoral de Mariano Rajoy fue su cercanía al ahora presidente del Gobierno. Aguirre justificó su decisión por "pérdida de confianza".

El relato de Granados ante el juez es un poco distinto: según él, Aguirre le comunicó el cese diciéndole que no podía seguir como secretario general "estando en el Gobierno tus amigos de la séptima planta" [en referencia a Rajoy]. Él le pidió presentar el cese como dimisión y Aguirre se lo negó porque quería escenificar la destitución ante la prensa y de paso mandar un mensaje a Rajoy.

Es conocido que la razón por la que Aguirre fulminó a Granados pocos días después del primer triunfo electoral de Mariano Rajoy fue su cercanía al ahora presidente del Gobierno

Granados también le contó a García Castellón que no fue Aguirre, sino el propio Rajoy quien destapó la trama Gürtel. La expresidenta madrileña siempre ha presumido de ser ella quien descubrió esa red de corrupción, pero Granados asegura que fue Rajoy quien "en 2007 o 2008" llamó a Aguirre porque un empresario se quejó de que había dos parcelas, una en Majadahonda y otra en Arganda, cuya adjudicación estaba decidida de antemano por los Ayuntamientos".

Tras esta llamada, Aguirre convocó a Granados y González para parar las adjudicaciones, asegura el ahora imputado en la Púnica.  Según, El Español, "esta última operación acabó con la dimisión del entonces alcalde, Guillermo Ortega (imputado luego en el caso Gürtel) y los concejales Juan José Moreno y José Luis Peñas, "que estaban en el ajo" de repartirse supuestas comisiones. Peñas empezó a grabar entonces conversaciones a Francisco Correa y entregó las cintas a la Fiscalía Anticorrupción, dando inicio al proceso judicIal que aún hoy persigue al PP".

Granados, además, acusa a Aguirre de estar detrás de todo lo que ocurría en el PP madrileño por esa época. Granados señala a la expresidenta de la Comunidad de Madrid como la persona que decidía los nombramientos de la empresa pública Arpegio, investigada en la trama Púnica y desde la cual se habría financiado el PP de Madrid.

En ese sentido, Granados asegura que Aguirre "designaba a todos los cargos de la Comunidad de Madrid y del PP regional" y la describe como alguien que colocaba a amigos y parientes en puesto clave. Además, asegura que Aguirre estaba encima de los proyectos de Arpegio a través del nombramiento como consejero delegado de Arpegio de Eduardo Larraz, "amigo de ella y de Ignacio González".

A pesar de que Granados era formalmente el presidente de Arpegio, él asegura ante el juez que apenas podía hacer nada y que Aguirre le obligó "a delegar todas las funciones de presidente en Larraz".

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