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Andalucía Susana Díaz aleja la posibilidad de un adelanto electoral en Andalucía

Los partidos calientan motores de cara a los comicios, que están previstos para marzo de 2019. La presidenta Susana Díaz, entre fuertes críticas de la oposición, anuncia una batería de medidas y la tramitación del presupuesto del año que viene

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, durante su intervención en el Parlamento andaluz. (RAÚL CARO | EFE)

Las próximas elecciones en España, a falta de saber qué pasa finalmente en Catalunya, serán en Andalucía. El plazo se cumple a finales de marzo de 2019. Quedan diez meses largos. El Ejecutivo de Susana Díaz (PSOE) cuenta con un presupuesto ya aprobado hasta finales de este año, y, por tanto, con estabilidad, gracias al acuerdo de investidura con Ciudadanos, que le ha permitido llegar al final de la legislatura.

Está por ver, en el otoño, si Ciudadanos opta por ir a otras elecciones con un nuevo presupuesto, que ya tramita la Consejería de Hacienda, pactado con el PSOE o prefiere hacerlo sin él. Y, en ese caso, si el PSOE intenta cerrarlo con otras formaciones políticas o no lo hace y espera a un nuevo Gobierno. El hecho es que Ciudadanos ya ha iniciado una incipiente estrategia de desmarque de los socialistas, e, incluso, hace unos días, su jefe en la Comunidad, Juan Marín, ya dijo que el criterio después de las próximas elecciones no iba a ser la lista más votada, dando por hecho que iba a ser la del PSOE, sino los proyectos. Marín, quien ayer instó a Díaz a explicar hacia dónde quiere llevar a Andalucía, abrió así la puerta, si sumasen juntos PP y Ciudadanos, a la formación por primera vez en la historia de la autonomía de un Gobierno de derechas en Andalucía.

Los partidos andaluces calientan motores electorales en la recta final de la legislatura, se miran unos a otros, como ciclistas, antes de lanzarse al sprint final. El rumor de los últimos tiempos en Andalucía es un supuesto adelanto electoral, que ayer pareció desinflarse. La intención en este momento de la presidenta de la Junta, que tiene la potestad exclusiva de decidir la fecha de las elecciones, es agotar la legislatura. Ayer, desde luego, se comportó como si no hubiera comicios en el horizonte. Podemos e IU consideran que si Díaz no convoca ahora es porque las encuestas no le van como quisiera. Teresa Rodríguez le dijo directamente a Díaz que no piensa en el adelanto electoral porque Ciudadanos le está quitando votos.

Compareció la presidenta en el Parlamento de Andalucía en un formato que es una suerte de Debate sobre el Estado de la Comunidad, que se produce cada seis meses por decisión de la presidenta. Díaz abrió el fuego con su intervención, en un tono tranquilo y sosegado, que mantuvo a lo largo de todo el debate, incluso en los momentos más calientes. En su discurso despejó la sombra del adelanto electoral con una batería de medidas, entre las que destacan un decreto de ayudas que igualen las ayudas a familias numerosas y a familias monoparentales; la creación de unidades de ictus en todas las provincias de Andalucía; la garantía del derecho al agua como mínimo vital para atender necesidades básicas de consumo doméstico; el ofrecimiento a las asociaciones de víctimas andaluzas de ETA de llevar su testimonio a colegios e institutos, y una propuesta de colaboración para mejorar la formación de funcionarios, jueces y magistrados en perspectiva de género, después del caso de La Manada.

En su discurso, Díaz despejó la sombra del adelanto electoral con una batería de medidas

La presidenta tiene trabajo por delante. Este mes de mayo, el presidente Rajoy se comprometió en una reunión con Díaz a abrir el melón de la financiación autonómica en un Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que está aún sin fecha concreta. Díaz defiende una financiación para Andalucía que fue consensuada en el Parlamento por PSOE, PP, Podemos e IU, y que cuenta con el apoyo de numerosos agentes sociales de la Comunidad, incluidas la patronal y los sindicatos mayoritarios. De este pacto, Ciudadanos se ha quedado fuera. El criterio de Albert Rivera, los intereses del líder nacional, han llevado a Juan Marín, su lugarteniente en Andalucía, el hombre que ha aprobado tres presupuestos de la Junta a cambio de diversas bajadas en el impuesto de sucesiones, a jugar una mano arriesgada en Andalucía.

Ciudadanos es el partido de moda, al que todas las encuestas le pronostican un ascenso debido en buena parte a su gestión de la crisis institucional en Catalunya, pero tiene ahora mismo en Andalucía unas cartas que ya penalizaron al PP durante mucho tiempo y también al Partido Andalucista, que fue barrido del mapa después de posicionarse en contra del Estatuto de Autonomía. Como andaluces y andaluzas detecten que alguien no apuesta por Andalucía, cuidado. Díaz vinculó en el debate las dos ideas: defender la financiación de Andalucía es defender Andalucía. Y tanto Teresa Rodríguez, la secretaria general de Podemos, como Antonio Maíllo, coordinador de IU, defendieron como propio el acuerdo que votaron con el que Andalucía pretende lograr más fondos para financiar los colegios, los hospitales, los complementos de las pensiones, la dependencia, en fin, todos los servicios públicos.

Marín defendió con energía su posición, única en la Cámara, lo que le da un perfil propio, pero la realidad es que este es un tema que no le viene bien a Ciudadanos. A menos de un año de las elecciones y después de haber trabajado la estabilidad y de vender las bajadas de impuestos, Rivera ha situado a Marín en un escalón que tiembla.

Díaz se comprometió en el Parlamento a honrar el acuerdo y a que la consejera de Hacienda de cuenta a los partidos de lo que suceda en el Consejo de Política Fiscal y Financiera y en las negociaciones con el resto de comunidades autónomas.

El PP, sin credibilidad en Sanidad y Educación

El debate de ayer se produjo prácticamente un año después de las primarias socialistas a las que se presentó Díaz y que perdió. Desde entonces, la presidenta se ha olvidado de aquello —que sucedió "en el pleistoceno", según dijo en una entrevista—, le ha puesto las pilas al Gobierno y se ha vestido el traje de estadista. El presidente del PP de Andalucía, Juanma Moreno, se lo recordó, le espetó que los militantes del PSOE le habían dicho que no la querían, le afeó el desgobierno, le dijo que le importaba más ella misma que Andalucía y le instó a demostrar lo contrario. Moreno, que llevaba un lazo azul de rechazo a ETA bien visible en la solapa, la acusó de tener soberbia política, prometió 600.000 empleos en cuatro años y dibujó un compromiso de su partido con la sanidad y la educación, con las mujeres, que Díaz rebatió de un plumazo. Moreno recuperó el caso de los ERE, lo que provocó una contundente respuesta de la presidenta: "Desde que soy presidenta no hay un caso de corrupción y por eso se remonta a hace diez años".

Diversas encuestas le pronostican al PP de Moreno un resultado peor que en las pasadas elecciones,

Diversas encuestas le pronostican al PP de Moreno un resultado peor que en las pasadas elecciones, cuando obtuvo 33 escaños de 109. El PP lo tiene difícil en la única plaza en la que aún no ha gobernado, no por las habilidades de Juanma Moreno, como se encargan de recordar sus enemigos, sino porque el Gobierno de Mariano Rajoy le penaliza a cada paso que da. Le es muy complicado a Moreno, habida cuenta de su trayectoria y la de su partido, sostener con credibilidad sus críticas permanentes a la gestión de la sanidad y la educación en Andalucía.

Rodríguez, cuya intervención fue interrumpida varias veces desde la bancada socialista, y Díaz, cruzaron fuertes reproches políticos. Ambas se acusaron mutuamente de hacerle el juego a la derecha y de no querer llegar a acuerdos mutuos. Sin embargo, ambas dejaron también constancia de que sus partidos han podido en esta legislatura llegar a algunos pactos, desde la Ley LGTBi, la de memoria histórica, hasta el acuerdo para la mejora de la financiación autonómica.

Rodríguez habló de un cambio de un modelo productivo que funciona a costa de los derechos de los trabajadores, con salarios de miseria, y de la presión sobre el medio ambiente, hacia otro basado en el turismo inteligente, la agricultura sostenible y las energías limpias. Habló también de pensiones y de seguir mejorándolas y de retomar de una vez los planes de formación para el empleo.

Antonio Maíllo, el líder de IU, fue quien primero contestó a la presidenta (las intervenciones se sucedieron de menor a mayor: IU, 5, Ciudadanos, 9, Podemos, 15, PP, 33 y PSOE, 47). Maíllo afirmó que Díaz no tiene "ideas, ni proyecto para sacar a esta tierra del agujero donde la han metido", que Andalucía estaba en una "legislatura fallida de una presidenta fallida". Maíllo agregó que existía una "distancia sideral, estratosférica, quasi infinita entre las ensoñaciones de Susana Díaz y la realidad que viven las familias andaluzas". "Andalucía está peor desde que llegó. Hay más precariedad estructural, más pobreza y más exclusión", remachó.

Podemos e IU andan inmersos en un proceso de negociación para presentar una sola lista en las próximas autonómicas, que les permita rentabilizar de la mejor manera el espacio que deja a su izquierda el PSOE.

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